Hola queridísimos amigos, lectores y seguidores  de Comunidad Biker, hoy martes por la tarde, 4 de octubre de 2016, se nos ocurre la descabellada idea de coronar el Pico de la Pila saliendo desde Molina de Segura. Un poco locura hacer una ruta de 80 kilómetros con unos 1.600 metros de desnivel acumulado en un martes por la tarde. Este tipo de rutas, para quien se atreve, suelen hacerse en fin de semana, son largas y duras. Pero los comunitarios Alonsojpd, Paquito206, Luis, Antonio Manuel y el nuevo comunitario Miguel, que no rigen bien, consideramos que era algo factible y casi normal ¡Locos!

Arrancamos con esta ruta a las 16:59, saliendo con nuestras bicicletas de montaña limpias, engrasadas y preparadas (salvo mi Olympia Nitro que está sucia y crujiente) desde la sede de la Comunidad en Molina de Segura. Al principio íbamos con pocas ganas, salvo Miguel y Antonio Manuel, el resto sabíamos a lo que nos enfrentábamos. Esto, a veces, hace que el empezar se convierta en una dura prueba, una lucha contra el pensamiento «bufff lo que me espera».

Hay que decir que llevábamos los músculos de las piernas algo cargados, dado que aún no habíamos recuperado de la ruta del domingo con subida a las antenas de Ricote. Por otro lado el comunitario Miguel lleva poco tiempo saliendo en bici y los demás, como he dicho, íbamos machacados con exceso de kilómetros. Así que esta aventura no pintaba bien ya desde un principio.

Pero en la comunidad somos tercos como las mulas y si hemos dicho de hacer algo, al menos, se intenta hasta la última gota de fuerza. Rodamos tranquilamente por carretera y carril bici pasando por Los Conejos, La Quinta y La Alcayna. Allí paramos a saludar al comunitario Miguel, nuevo en la Comunidad, reemprendiendo la ruta.

Seguimos recorriendo pueblos, El Romeral, Rambla Salada y llegamos a Fortuna. La cruzamos y giramos a la izquierda, hacia el Cortao de las Peñas. Hay que reconocer que cuando vas charlando con los comunitarios de temas variopintos la ruta se hace más amena, por un momento incluso te olvidas de pensar en lo que te espera y, así, vamos consumiendo kilómetros casi sin darnos cuenta.

Llegamos al Cortao de las Peñas, levantamos la cabeza y vemos la subida que nos espera. Dejamos de hablar y nos centramos en pedalear y superar la primera rampa de la tarde. Una subida tendida, no muy inclinada, siempre por carretera. Pero en la que empezamos a sudar un poco y nos vuelven a la cabeza los fantasmas del futuro cercano.

Continuamos subiendo, pasamos por Las Casicas y giramos a la derecha por la carretera de La Churleta. Allí nos encontramos con tres rampas cortas, de unos 100 metros pero duras, muy inclinadas. Mi bici crujiente hace más ruido que nunca, a cada pedalada un par de crujidos. Incluso la bici del comunitario Antonio Manuel cruje. El comunitario Miguel va aguantando bastante bien el ritmo.

Pasamos la Garapacha por la derecha, sin pasar por el pueblo y llegamos a Fuente Blanca, giramos a la izquierda y empezamos el ascenso de Puerto Frío. Otra nueva subida sobre la subida que ya veníamos haciendo. Desde el Cortao de las Peñas prácticamente todo es subida. En esta zona, siempre de carretera asfaltada, nos volvemos a encontrar con algunos repechos duros pero no excesivamente inclinados.

Coronamos Puerto Frío y nos detenemos unos minutos a merendar, descansar un poco y rehidratarnos. Teniendo en cuanta que empezamos a subir en el kilómetro 18 y aquí íbamos por el kilómetro 34 de la ruta, unos 16 kilómetros de subida. Tampoco podíamos parar mucho tiempo dado que la noche se acercaba,  es oscura y alberga horrores.

Seguimos ahora por camino o pista forestal, girando a la izquierda en la subida de Puerto Frío, para adentrarnos en lo más profundo de la sierra de la Pila. Tras un poco de subida empezamos a llanear, por fin, durante unos kilómetros. Esto nos vino muy bien para soltar piernas y descansar un poco; lo peor estaba por llegar.

Nos detuvimos a rellenar los bidones de agua en la fuente natural de antes del cruce de la bola. Continuamos hasta el cruce y, sin más dilación, emprendimos los dos últimos kilómetros de ascensión para coronar el Pico de la Pila (Bola de la Pila).

Cada comunitario adoptó su ritmo y fuimos subiendo todos, pasando por los Pozos de la Nieve. Hasta allí es llevadera la subida, constante y no excesivamente inclinada. A partir de los Pozos de la Nieve, giramos a la izquierda y nos encontramos con un tramo muy exigente, con gravilla y con una inclinación de más del 18%. Por allí la rueda delantera de la bici se levanta un poco incluso, a cada pedalada. Hay que tirar de equilibrio y fuerza. Un tramo de unos 200 metros que nos deja exaustos.

Llegamos al cruce del Pico de la Pila, giramos a la izquierda para continuar. Por allí se divisa la bola de la Pila y se ve cercana, incluso hay un tramo de «descanso», casi llano. Y vuelta a empezar, continuamos la subida, giramos una curva a la derecha y nos pilla de lleno la última rampa de la subida, cerca ya de la Bola, también bastante dura, de unos 100 metros. Con el firme asfaltado pero con gravilla por las orillas y el centro, lo que no te da opción de hacer eses para rebajar la inclinación. Siempre con el riesgo de tocar la gravilla, patinar y tener que poner pie al suelo. Esto le da un plus añadido de dificultad. Nueva curva cerrada a la izquierda y última rampa. Esta se afronta siempre con mejor talante, dado que vamos viendo al fondo la Bola y anima a seguir. Además de que es corta, de no más de 100 metros.

Y, por fin, estamos arriba, vemos la bola en su tamaño real y el cartel de Pico de la Pila, con 1.265 metros sobre el nivel del mar. Un alivo, contentos de haber coronado. Unas vistas de Murcia espectaculares, anocheciendo, muy diferentes a las vistas de día. Echamos unas fotos, charlamos, nos decimos lo locos que estamos y nos preparamos para afrontar el descenso, que también tiene su miga.

Encendemos las luces y bajamos con mucha precaución, por la gravilla de la carretera, es muy peligrosa, un fallo y vas al barranco. Vamos tranquilos charlando hasta llegar al cruce de abajo. Allí nos damos cuenta de que el comunitario Miguel no llevaba el casco, se lo había dejado arriba, colgado en el cartel de «Pico de la Pila». Obviamente él mismo dice «Ni loco subo otra vez a por él». Así que continuamos el descenso por el otro lado de la sierra, hacia la izquierda y hacia la Garapacha.

Pasamos por el cruce del Mojón de las Cuatro Caras y tomamos dirección La Garapacha. Rodamos tranquilos, siempre con precaucion, ya de noche cerrada y este camino que tiene curvas con gravilla y barrancos a los lados. Así que siempre controlando llegamos hasta la Garapacha.

Decidimos volver por El Rellano, por lo que en las Casicas giramos a la derecha y tomamos la carretera del Rellano. Ya prácticamente todo lo que nos quedaba era de llaneo o de bajada. Cruzamos por El Rellano y seguimos hacia la Hurona. Desde allí hasta El Fenazar. Antes de llegar oigo un fuerte crujido y la bici me tiembla incluso, me asusto y deduzco que o bien era un radio roto o bien se me había partido el eje pedalier o algo «gordo». Miro la rueda delantera y veo que se mueve, por lo que verifico que ha sido un radio roto.

Llevaba más de dos meses sin romper radios, cosa rara, así que ya iba tocando. Ahora no tengo duda del motivo, durante el verano hace calor y el hierro se dilata, por eso no se me rompían los radios. Hoy, en el Pico de la Pila y en la bajada hacía fresco, por lo tanto los radios se contraen y se vulve a partir.

Paramos en El Fenazar a quitar el radio y comprobar que no había perforado el fondo de llanta. Aprovechamos para grabar el vídeo de la cruda realidad del ciclista de montaña, como es lógico. Nuestro mecánico en ruta, Paquito206, quita el radio sin necesidad de usar la llave de radios. Durante las decenas de roturas de radios de mis ruedas hemos adquirido cierta experiencia en estas labores y las hacemos rápidas. Guardamos el radio en el maillot (nunca hay que tirar basura) y continuamos la ruta.

Rodamos por carretera pasando por El Fenazar y La Albarda, llegando a Molina de Segura a eso de las 22:09, con 83 km, unos 1.600 metros de desnivel acumulado positivo, en unas 5 horas de ruta. Un rutón, un reto conseguido, todos contentos, locos pero felices.

Tengo que hacer una mención especial para el comuniario Antonio Manuel que cada día está más fuerte y aguantó perfectamente la dura etapa. Y otra mención al nuevo comunitario Miguel, que aún llevando pocos meses en esto del ciclismo también aguantó de maravilla.

Y si alguien se encuentra un casco rojo en el Pico de la Pila que nos lo diga pues tiene dueño: el comunitario Miguel.

  • Fotos de la ruta MTB: