Hola queridos comunitarios, llega el fin de semana y los horarios laborales nos permites realizar un nuevo viaje con la Peperota Viajera, el viaje número 5. Decidimos no hacer muchos kilómetros, por lo que buscamos un destino relativamente cercano: Alcalá del Júcar, a unas dos horas de camino. Lo anunciamos en el foro, con poca antelación porque como casi siempre vamos improvisando sobre la marcha, no podemos hacer otra cosa, por si alguien quiere acompañarnos.

Preparamos la autocaravana Peperota Viajera con las cosas básicas para pasar un par de días: comida y bebida para cena, desayuno, comida y merienda/cena. Llenamos los depósitos, cargamos las bicicletas y partimos el sábado 21 de septiembre por la tarde hacia Alcalá del Júcar (Albacete).

En el trayecto no encontramos ni áreas de servicio ni gasolineras con el cartel de descarga de aguas grises o negras. De momento, en todos los viajes que hemos realizado por España, únicamente hemos encontrado zonas de descarga de aguas negras yendo hacia Granada, que además era magnífica y contaba con grifo para llenar el depósito de agua. En este caso, como en el viaje a la Sierra Calderona en Valencia, en Serra, como el viaje a las Lagunas de Ruidera no encontramos zonas de descarga de aguas grises ni negras.

Llegamos muy bien al Alcalá del Júcar, buena carretera, por autovía y por nacional ancha y sin apenas curvas. El parking no nos costó mucho encontrarlo, estaba a la entrada del pueblo. Aparcamiento amplio y con sombra, aunque más bien para coches, las autocaravanas se quedan algo justas de largo, pero bien. Se quedan junto al río Júcar y alejadas de la carretera. El único ruido es el del río y, en nuestro caso, al ser sábado, algunos jovenzuelos que usaron el parking para hacer un botelleo.

Aparcamos, pagamos los dos euros que cuesta tener la autocaravana 24 horas y fuimos a dar un paseo por el pueblo. Nos enamoró, muy bonito. Calles estrechas y muy empinadas. Llegamos al castillo, que para entrar había que pagar, además de que ya estaban cerrando. Todo muy bonito y peculiar. Algunas casas únicamente contaban con la fachada y una puerta, el resto no existía. También había muchas cuevas, casas cueva y callejones estrechos por donde solo cabe una persona.

Autocaravana Peperota Viajera aparcada en Alcalá del Júcar para ruta de ciclismo por Comunidad Biker MTB

Cruzamos al otro lado, ya de noche, y contemplamos una maravillosa vista del pueblo con sus faroles encendidos. Una imagen de postal. Fuimos regresando al aparcamiento, pero antes dimos una vuelta por la parte de Alcalá del Júcar menos bonita, la que tiene los restaurantes y hoteles, en la parte baja. Entramos a un supermercado justo a tiempo para comprar un par de cosas que nos faltaban: servilletas y unas latas de mejillones en escabeche.

Regresamos a la Peperota Viajera y sacamos la mesa para cenar fuera. Hacía buena temperatura, un poco de fresquito. Sacamos las sillas y la cena: tortilla de calabacín y cebolla de mi madre, berberechos, mejillones y humus casero. Cenamos muy a gusto y tranquilos, con el único sonido del agua del río descendiendo por su cauce. Un pequeño perrito de otros campistas que iban en furgoneta camperizada nos ladró un par de veces hasta que comprobó que no éramos una amenaza.

Estuvimos un buen rato a la luz de la luna y las estrellas y una pequeña farola del aparcamiento. Nos comimos un helado (sin azúcares añadidos rezaba su etiqueta, aunque con muchos edulcorantes, no sé qué será peor), cuyo sabor pasó a la historia degustativa sin más pena que gloria.

Cuando nos empezó a dar frío nos metimos en la autocaravana y fuimos preparando la cama. La preparación consiste en darle a un botón para que baje, unos 20 segundos. Cogimos un nórdico del armario por si nos daba frío, pero no hizo falta. La temperatura era idónea para dormir con una manta fina y poco más.

Cena en autocaravana en parking de Alcalá del Júcar por Comunidad Biker MTB

Nos acostamos temprano para madrugar al día siguiente y para descansar. Que por la mañana habíamos trabajado y las dos horas de viaje siempre cansan un poco. Los ruidos al acostarnos únicamente eran naturales, procedentes del río. Pero un par de horas después oímos a unos jovenzuelos que iniciaban su ruta de marcha. Estuvieron unos minutos por la zona del aparcamiento y luego se fueron. Pero por desgracia volvieron un par de horas después, acompañados de más gente. Hicieron algo de ruido, hablando en voz alta. Era un botelleo post-marcha. Afortunadamente empezaron a caer unas gotas de lluvia, lo que hizo que se largaran ¡menos mal!.

Dormimos hasta las 7:49, hora en la que nos levantamos y preparamos el desayuno: bebida de avena a la que le echo cacao 100% sin azúcar y un poco de endulzante natural a base dátiles. Cereales, brownocho, como hemos bautizado a un bizcocho que hizo la comunitaria Patricia y que quedó mitad bizcocho mitad brownie, riquísimo e inesperado. Íbamos a tirarlo la noche anterior pero lo demoramos y a la mañana siguiente estaba muy bueno, con una capa parecida al bizcocho y la otra al brownie. Desayunamos tranquilamente, sacamos las bicicletas del garaje, preparamos todos los utensilios, nos vestimos con la equipación comunitaria, cargamos la ruta en la App Route, nos despedimos de nuestros perritos vecinos (que no ladraron nada por la noche) e iniciamos la ruta.

Desayuno en autocaravana Peperota Viajera en Alcalá del Júcar por Comunidad Biker MTB

Me había descargado una ruta seguida por muchos ciclistas y con buenos comentarios. Todos decían que era impresionante y digna de hacerse. Tenía unos 63 km y solo contaba con un pequeño problema, que había que bajar las bicis unos 4 metros con una cuerda hasta la entrada del túnel.

Salimos desde Alcalá del Júcar, hacia la izquierda, para adentrarnos por la orilla del río Júcar y pasar de camino a senda. Desde el principio pude comprobar que la App que uso en el móvil llamada Route y que es gratuita va bien en general, pero presenta un problema que hay que tener en cuenta. Solo usa el mapa de Google Maps, por lo que necesita de conexión de datos y, además, cuando cargas una ruta para seguirla puede que te marque que vas unos metros por fuera de la ruta. Esto nos supuso muchos problemas en esta ruta.

A los pocos kilómetros desde la salida vimos un pueblecito a la izquierda, era Tolosa y la senda se bifurcaba, una para la derecha y subiendo y otra para la izquierda y bajando. Esa fue nuestra primera pérdida y no sería la única. Como la App Route indicaba que íbamos unos metros fuera por la parte derecha parecía que la correcta era la que subía a la derecha, pero no fue así. Tras hacer 500 metros vimos que la correcta era la de abajo. Media vuelta y a coger la senda correcta.

No transcurrieron muchos metros hasta que volvimos a encontrarnos con otra senda que se bifurcaba. Y volvimos a cometer el mismo error o eso pensábamos. Andamos unos metros por la senda de la derecha que subía y vimos, aparentemente, que íbamos fuera de la ruta, por lo que dimos media vuelta y cogimos la de la izquierda, la más pegada al río ¡craso error!. El triunviro Marco Licinio Craso llevó a siete legiones romanas al más absoluto desastre, nosotros dos legiones. Aunque nosotros, por esta vez, pudimos sacar las legiones intactas.

Nos metimos en una senda que al principio era ciclable pero pronto pasó a no ciclable. Aún así había senda y daba la impresión de que íbamos bien, al menos eso parecía en la pantalla del móvil. Seguimos hacia la presa pero la senda empezó a ponerse más complicada. Fuimos bajados de la bici, empujándola, durante unos cuantos metros. Llegamos a una zona en la que no había forma de seguir, que iba directa a la garganta, al desfiladero, al barranco… Tras investigar un poco, subir con el móvil viendo la dirección y sentido a tomar vimos que parecía que la senda iba más arriba. Otra vez media vuelta y a buscar la bifurcación anterior. Nos tocó subir las bicis por un escalón de piedra de metro y medio y pasar entre alguna zarza.

Perdidos en ruta de ciclismo de montaña por Alcalá del Júcar por Comunidad Biker MTB

Por fin cogimos la senda correcta, que además estaba marcada con algunos carteles como ruta de BTT. Incluso nos encontramos con un ciclista de montaña, el último que veríamos en toda la ruta. Esta senda nos resultó maravillosa. Ciclable al 99%, un poco técnica pero de nivel medio. No apta para todos los públicos pero ideal para nosotros. Disfrutamos mucho aunque sabíamos que íbamos algo retrasados, las pérdidas anteriores nos supusieron más de media hora. Esta senda nos hizo olvidarnos de la demora y disfrutar del paisaje.

Recorrimos varios kilómetros de sendero, circulando y pedaleando sobre nuestras bicicletas de montaña cerca del lecho del río. A veces nos separábamos un poco, subiendo, y otras nos acercábamos bajando. Volvimos a bajarnos de la bici en una subida de la senda, que estaba llena de piedras, tal vez por las últimas lluvias.

Llegamos a unas pocas casas, con coches aparcados, por lo que dedujimos que habría camino o carretera. En este punto volvimos a perdernos, por tercera vez. Vimos un sendero con un indicador de ruta BTT justo al salir de estas casas y justo donde empezaba el camino/carretera. Tomamos este sendero a la derecha, de subida. Pero vimos que no era el correcto. Siguiendo con la tradición volvimos a bajar al camino y continuamos con la ruta.

Pudimos acelerar durante unos kilómetros de camino y carretera asfaltada. Casi siempre circulando muy cerca del río. Llegamos a la siguiente encrucijada. Había una casa vieja abandonada, un camino que iba hacia la derecha y otro que iba recto. Al principio no vimos un sendero que había justo antes de la casa, a la izquierda. Cuando andamos unos metros por el camino y pasamos la casa vimos que íbamos mal. Dimos la vuelta y buscamos la senda. Bajamos por ella hasta el río y lo cruzamos por un puente. Giramos a la derecha y llegamos hasta una zona con puerta. Media vuelta y subimos por un camino hasta llegar a la casa vieja de arriba. Habíamos dado una vuelta a la casa y volvíamos al mismo sitio. Otra vez a mirar la app y analizar, contando con ese maldito error de unos metros, el lugar correcto por el que seguir. O el camino a la derecha o bien estábamos cometiendo algún error. Por fin vimos que efectivamente había que bajar por la senda, cruzar el río, que en realidad no era el río, si no un desvío suponemos que para obtener energía o algo. Nos costó un poco pero encontramos un sendero algo tapado por la vegetación que cruzaba, sobre un puente colgante, el río Júcar y nos dejaba en el otro lado.

Puente sobre el río Júcar en ruta de ciclismo de montaña por Comunidad Biker MTB

Según la ruta ahora nos esperaba una fuerte subida. Y así fue. Por un camino ancho ascendimos casi tres kilómetros muy duros, con pendientes de más del 15%. Por fin llegamos arriba, sudando y cansados, pero felices por ir en la ruta y haber hecho la subida más dura.

En este punto nos esperaban unos kilómetros de llano por encima del río. Me empezó a preocupar la carga de la batería del móvil. Cometí un error que intentaré subsanar para futuras rutas de este tipo. Iba grabando la ruta con el móvil y el Strava y, a su vez, con la App Route siguiendo el track descargado. Esto me suponía tener que llevar la pantalla encendida para ver el camino a seguir, los datos activados y el GPS. Todo ello hizo que antes de llegar a los 30km de ruta ya llevaba gastada casi la mitad de la batería. Mal asunto. Para cubrirnos en salud cogimos el móvil de Patricia y lo pusimos en modo avión, por si nos hiciera falta. Ella iba grabando la ruta con su reloj Garmin Forerunner y su dispositivo GPS iGPSPORT, por lo que no hacía falta que llevara el móvil ni encendido.

En la ruta nos echamos varias linternas, porque según la crónica de donde nos la descargamos decían que había varios kilómetros de túneles sin iluminar. Llevo una linterna que permite conectarle un cable y cargar el móvil, esa hubiera sido una buena opción. Y, además, haber grabado la ruta únicamente con la App Route, y así poder llevar el Strava cerrado. Con esto seguramente me hubiera sido suficiente… pero solo era un sueño para futuras rutas y no una realidad en esta.

Continuamos por caminos prácticamente llanos. Incluso iba apagando la pantalla o bien cerrando la App Route por completo, para ahorrar batería. Llegamos a un pueblecito, Villa de Ves, y continuamos con la ruta por una carretera recién asfaltada. Vimos que había que salirse de esta carretera a la derecha para coger un sendero de bajada. Las vistas eran espectaculares. Las gargantas casi rectas horadadas por el río con millones de años de erosión quedaban a nuestros pies. El sendero, prácticamente desde el principio, presentaba síntomas de haber sido modificado por las fuertes lluvias o siempre fue así, no estamos seguros. Lo que sí sabemos con certeza es que tenía muchos tramos poco ciclables y en los que tuvimos que bajarnos. Muchas piedras, muchos escalones y poca o ninguna tierra. Descendimos montados donde pudimos y empujando la bici en el resto. Fueron muchas veces las que nos bajamos de la bicicleta.

Sendero de descenso MTB BTT BXM XCM hacia Embalse del Molinar por Comunidad Biker MTB

Almorzamos antes de acabar este sendero. Con unas vistas del Embalse del Molinar y un pueblecito que nos quedaba por debajo muy bonitas, llamado Barrio del Santuario, por tener el Santuario del Cristo de la Vida. Cominos un sándwich de jamón cocido, tomate y queso.

En este punto sabíamos que si continuábamos con la ruta se nos haría tarde. Llevábamos bastante retraso y esta senda no ayudó mucho a mejorar los ánimos. Por fin bajamos hasta el pueblo que cruzamos casi improvisando. Tenía unas zonas estrechas y algunas en arreglo, lo que me impedía ir mirando la pantalla del móvil, además de tener que ir corriendo ese fallo de varios metros a ojo. Complicado mirar el móvil, corregir el fallo y conducir en descenso. Más seguro bajar por intuición.

Llegamos a la carretera recién asfaltada, viendo que podríamos habernos evitado ese sendero poco ciclable y haber bajado por ella. Pero queríamos seguir la ruta suponiendo que somos unos ciclistas salvajes y pocos suelen hacer rutas con más senderismo que ciclismo… también nos equivocaríamos en esto.

Embalse El Molinar por el río Júcar por Comunidad Biker MTB

Cruzamos el pueblo, cogimos la carretera y fuimos hacia la presa del Embalse del Molinar. Una zona muy bonita, rodando cerca del lago artificial. Paramos un par de veces a fotografiarnos, merecía la pena. La carretera estaba muy bien, iba haciendo eses. Acababa en un pequeño túnel excavado en la piedra, luego pasamos por encima de la presa a otro túnel corto y subimos un kilómetro hasta el cruce. Hacia la derecha indicaba La Herrá de Abajo y Casa los Cañizos, hacia la izquierda Central Vieja. La ruta de la desidia descargada indicaba que había que ir hacia la izquierda. Y luego subiríamos por este mismo sitio.

Este fue el cruce fatídico, aquí cometimos el craso error con mayúsculas. En este punto avanzamos con las dos legiones hacia su perdición total. Las indicaciones eran claras, Central Vieja a 4 kilómetros. No parecía mucho y aunque íbamos retrasados de tiempo aún conservábamos fuerzas, bebida y alimento.

Avituallamiento en el cruce de la Central Vieja en el Embalse del Molinar por Comunidad Biker MTB

La bajada era larga y empinada, solo de pensar que luego habría que subirla nos daba un poco de miedo, pero continuamos hacia nuestro inexorable destino, escrito en alguna piedra.

Mientras descendíamos vimos la salida del túnel por la que supuestamente volveríamos. Se veía anegada por el agua. Bajamos un par de kilómetros y volvimos a la orilla del río, por otra estupenda senda. Al principio ciclable y maravillosa. Volvimos a animarnos, estábamos en la ruta y todo pintaba bien. En unos pocos kilómetros cogeríamos el túnel de regreso o eso esperábamos.

Salida del túnel encharcada por Comunidad Biker MTB

El sendero era llano, con algún mínimo repecho y alguna pequeña bajada, poca cosa. Disfrutamos de las impresionantes vistas, de esos cortados rectos de los lados. Esas gargantas perfectas y altísimas.

El río se oía rugir a nuestra izquierda. Y la buena senda se tornó muy fina y desgastada por la lluvia y el paso inexorable de los milenios. En algunos tramos había que bajarse de la bici, cosa ya habitual, y lo que era peor, había que ir con mucho cuidado de no resbalar y caer al barranco o al río. Siempre optábamos por ir con la bici por la parte del barranco, mejor perder la bici que nuestras vidas.

Sendero estrecho de camino a la Central Antigua por la orilla del río Júcar por Comunidad Biker MTB

Llegamos a un túnel de los excavados en la roca, alto, de pocos metros, donde no hizo falta ni encender la luz, aunque al principio se veía oscuro al entrar se veía el otro lado. Nos sobrecogió esta zona. Íbamos empujando la bici más tiempo que montados, aún así el sendero era bonito. Otro túnel más, también corto, por el que tuvimos que ir bajados de la bici, para variar, porque el suelo era de piedra y muy irregular.

Túnel excavado en la piedra en río Júcar por Comunidad Biker MTB

Y nos tocó volver a subir algún escalón de piedra, empujando las bicis. Y más zonas no ciclables, con las zarzas dejando su rastro en nuestros maillots. Los oía crujir, también notaba partes de la piel saltar junto a la tela, pero a estas alturas y con la hora que era solo podíamos continuar sin miramientos.

Llegamos la fallada de una casa gigante, con decenas de ventanas, en ruinas. Era muy alta y debió ser una gran construcción en su momento. Seguramente era la Central Vieja, una central hidroeléctrica abandonada, pero en ese momento no lo sabíamos. Lo que sí sabíamos es que la App Route se volvió un poco loca al no tener cobertura de datos y dimos varias vueltas por la zona.

Central Vieja antigua central hidroeléctrica en río Júcar por Comunidad Biker MTB

El miedo a perdernos empezó a apoderarse de nosotros y los nervios afloraron. Dimos varias vueltas y no había forma de encontrar por dónde continuar. Incluso subimos las bicis por tres metros de roca, como si fuéramos cabras montesas, haciendo una cadena humana y haciendo peligrar nuestra integridad física y la de las propias bicis.

Pasamos un mal momento, rodeados de vegetación, con esa gigantesca casa en ruina, la dos de la tarde y sin saber para donde tirar. Siempre nos quedaba el volver por el mismo sitio por el que vinimos, pero solo de pensarlo nos desanimábamos aún más.

Tras dar varias vueltas subimos por un sendero que quedaba a la derecha bajando hacia la Antigua Central. El sendero se las traía, nada ciclable y de ascenso. Otra vez a empujar las bicis. Con zonas comidas por el agua y volviéndonos a perder. Seguimos rectos cuando había que girar a la izquierda. El móvil seguía sin cobertura y la app no ayudaba mucho.

La crispación creció, en medio de la nada, sin saber hacia dónde tirar. Mirábamos hacia arriba y solo se veían gargantas y desfiladeros. Hacia delante solo se veía esa construcción fantasma que daba hasta miedo. Y hacia abajo y hacia atrás el camino por el que vinimos. Salí a explorar un poco por el otro sendero que parecía ir por la izquierda y llegué a una especie de construcción sin puerta. Le dije a Patricia que esta debía ser la entrada a los túneles, así que también subió la bici.

Inspeccionamos la zona. Era alguna construcción para abastecer esa casa gigante, la Central Antigua. Había una puerta recientemente puesta, suponemos que por los propietarios del túnel pero estaba reventada, abierta como una lata de berberechos. Me asomé y vi una escalera que bajaba, si se le puede llamar «escalera», de unos cuatro metros y al fondo el ansiado túnel.

Puerta de entrada al túnel en el río Júcar por Comunidad Biker MTB

Empecé a buscar alguna cuerda para bajar las bicis y también el sitio por el que hacerlo. La comunitaria Patricia se negaba a bajar por ahí. La cosa se ponía complicada. Había unos agujeros al otro lado por donde cabían las bicis, pero no había rastro de cuerda alguna. Seguramente la han quitado para que nadie entre en los túneles. Sea como fuere y después de probar otras alternativas, como ir por abajo hasta la entrada del túnel (por donde se bajarían las bicis con esa inexistente cuerda), vi que era peligroso.

Y otra vez media vuelta y a desandar lo andado. A bajar por la senda no ciclable hasta la parte baja de la otra senda no ciclable, pasar por todas las zarzas, dejarnos el resto de la equipación ahí y unos cuantos arañazos por las piernas y los brazos, bajar las bicis por los escalones de piedra, pasar por las zonas que el agua a roto, justo al borde del barranco con caída al río, pasar por los dos túneles, y hacer el subidón hacia el cruce.

Nos dejamos todas las fuerzas, tanto físicas como psicológicas, en la entrada imposible del túnel. Paramos en el cruce y nos comimos un plátano para intentar recuperar algo de fuerzas a base de fructosa. Miramos con la poca batería que quedaba si nos interesaba continuar la fatídica ruta descargada que ahora iba hacia la izquierda o volver por la presa y la carretera nueva hasta arriba. Parecía que lo mejor y más rápido era continuar la lamentable ruta descargada.

Otros dos o tres kilómetros de subida por carretera, que hicimos como Dios nos encaminó. Tirando más de cabeza que de piernas. Ni quedaba cabeza ni piernas. La comunitaria Patricia, en el cruce de abajo, decía «No ando un metro más, me pido un taxi». Pensaba yo para mis adentros «Menudo taxi va a venir aquí…». Por lo que no tirábamos de nada, solo la necesidad inminente de salir de ese atolladero.

Escalando con la bicicleta como una cabra montesa en la Central Vieja por Comunidad Biker MTB

Llegamos arriba, la carretera asfaltada pasó a camino sin previo aviso. Anduvimos subiendo levemente y llaneando unos kilómetros, saliendo de las gargantas, del río y de las zarzas, lo que nos dio renovadas esperanzas, no diré fuerzas porque no volvimos a recuperarlas nunca. Lo que al principio de la ruta eran risas y exclamaciones de «¡Qué bonito!», días después (parecía que habían pasado días), se tornó en silencio profundo, en pesadez, en miedo, en nerviosismo, en duda y en cansancio extremo.

De vez en cuando encendía la App Routes para ver si seguíamos por la ruta. Sabíamos que estábamos a unos 15 km de Alcalá del Júcar y teníamos ganas de volver. Y cuando menos lo esperábamos, pensando ya en que estábamos acabando, vino el desastre. En esos tramos en los que apagaba la App porque la batería del móvil andaba por el 15%, nos dejamos algún cruce de caminos por tomar. Seguimos rectos por el camino principal hasta que encendí la App y vi que íbamos casi un kilómetro alejados de la maléfica ruta descargada. Y todo empeoró porque mi móvil se apagó. Afortunadamente contábamos con el de Patricia. Pero había que conectarle los datos, rezar para que hubiera cobertura, descargar la App, descargar la ruta, instalar la App, configurarla e iniciar la ruta. Los ánimos estaban para pocas florituras por lo que tuve que aplicar todos mis conocimientos informáticos, todo el sentido común posible y no sé qué más para mantener el pensamiento de la comunitaria Patricia alejando de un lanzallamas dirigido a mí. Cargué la ruta y proseguimos.

La dichosa App, con su error, me indicaba que íbamos a unos 300 metros de la ruta, pero no había forma de encontrarla. Anduvimos perdidos otros tres kilómetros, hasta que decidí, con el miedo de ver una llama por detrás dejándome derretido como ese chocolate que se mete al horno, anunciar que había que dar la vuelta. Incluso con la vuelta dada nos perdimos por algún bancal.

Escalando con la bicicleta como una cabra montesa en la Central Vieja por Comunidad Biker MTB

Volvimos al camino y desandamos lo andando, por enésima vez. Vimos una casa, la única que se veía en kilómetros a la redonda. Afortunadamente había un par de señores a los que les preguntamos si había que ir hacia atrás y hacia la izquierda, como marcaba la app. Pero ellos mostraron cara de escepticismo. Decían que por allí había una senda de dudosa ciclabilidad y luego una subida, y que no sabían si cruzaba el río. Al final nos aconsejaron ir bordeando una loma hacia La Gila. No queríamos saber nada más de la App Route, ni de la maléfica ruta descarada ni de móviles, así que hicimos caso a las indicaciones de los señores autóctonos y partimos buscando una casa blanca, un camino en buen estado, un cruce, una ermita y el pueblo Gila, que sabíamos que estaba cerca de Alcalá del Júcar.

Nos fuimos acordando de las indicaciones y llegamos a la ermita, girando a la izquierda. El viento hizo acto de presencia, por si faltaba algo, y soplando fuerte y en contra. Esto como es lógico no ayudaba mucho, tampoco lo hacía el camino, que no tenía fin. Como cosa positiva, que siempre conviene destacarlas, el camino estaba bien y apenas tenía subidas, todo llano e incluso con alguna bajada.

Ciclismo de montaña hacia La Gila en Albacete por Comunidad Biker MTB

Y por fin, sin agua ya desde hacía un rato, secos como la mojama, exhaustos, cabizbajos, luchando contra el viento y unas cuantas cosas más, como el hecho de que las piernas se negaban a pedalear, vimos a lo lejos unas cuantas casas, suponíamos que era La Gila. Nos animó verlas y pedaleamos hasta entrar en el pueblo. Ahora había que encontrar la forma de llegar a Alcalá del Júcar. Antes buscamos algún bar en el pueblo y lo encontramos, incluso abierto, bastante suerte por nuestra parte. Compramos agua para llenar los bidones, y para apagar la sed, que no se apagó porque íbamos deshidratados y toda agua que bebiéramos siempre resultaba poca.

Pusimos Google Maps en el móvil de Patricia, al ver que aún le quedaba algo de batería y que en La Gila había cobertura. Pero el móvil de Patricia tiene una peculiaridad, la ruta la marca al revés, coincidiendo con su dispositivo GPS, con el que le ocurre lo mismo ¡cosas raras!. No era momento ni de filosofar, ni de ponerse a configura rel móvil ni de nada. Preguntamos a un señor mayor que nos señaló, alzando el garrote o gallao «por allí vais al cementerio y luego camino hasta la carretera…». Le hicimos caso y vi que el móvil, aunque al revés, indicaba que íbamos por la ruta correcta. Eso sí, nos quedaban aún 8 kilómetros.

Pasamos el cementerio y seguimos el camino. Íbamos animados, con agua y viendo el final de esta odisea la perspectiva cambia, siendo las mismas personas. Curioso, pero seguía sin ser momento de filosofar, así que yo, como hombre precavido y temeroso de la furia de los dioses, calladito, en boca cerrada no entran ni moscas ni llamas.

Pasamos por un caserío y vimos un perro de grandes dimensiones que empezó a ladrar efusivamente. Miramos de lado y vimos que arrancó a correr hacia nuestras bicicletas. Las legiones volvía a ser atacadas. Por si faltaba algo en la ruta, ataque de perro. Aumentamos el ritmo para que se fuera cansando. Afortunadamente tras unos 123 metros recorridos el perro fue sacando la lengua y quedando rezagado.

Cena en autocaravana Peperota Viajera tras ruta de ciclismo de montaña por Comunidad Biker MTB

Llegamos a la carretera y los carteles indicaban Alcalá del Júcar a 4 kilómetros. Más contentos que unas castañuelas bajamos por carretera al pueblo. Por fin una zona ciclable, no perdidos y en descenso, no podíamos creerlo. Antes de llegar al pueblo los ánimos estaban tan arriba que hasta paramos a echarnos unas fotos con Alcalá del Júcar a la espalda. Magníficas vistas y estupendo pueblo, muy bonito.

Llegamos a la autocaravana Peperota Viajera con casi 10 horas de ruta, con 1.300 metros de desnivel, con casi 80 kilómetros. Pero la realidad es que parecieron un par de días de ruta, unos 3.000 metros de desnivel y unos 200 kilómetros. Esas pérdidas y esas zonas no ciclables en sitios desconocidos y sin saber si para adelante o para atrás, psicológicamente, hacen que llegues a cualquier límite.

Y acabamos, y no nos lo podíamos creer, y seguíamos vivos, no puedo decir que coleáramos pero sí contentos de haber acabado el mierdel de ruta descargada de no diré dónde ni de quién. Nos quedamos sin entrar en los túneles. Estoy convencido de que si entramos, entre que la temperatura dicen que baja a 15 grados menos, entre que no hay ni pizca de luz, la humedad que habrá, sin saber cómo estará el suelo… bufff… mejor no haber entrado porque seguramente las llamas se hubieran visto desde la luna.

Ruta de Ciclismo de montaña por el río Júcar en Albacete por Comunidad Biker MTB

Nos duchamos con agua calentita, preparamos la cena, cenamos todo lo que encontramos, que no fue poco: tortilla que sobró de la noche anterior, queso parmesano, almendras, alcachofas con jamón, tomate, humos, etc.. Todo ello regado con litros de agua. Por mucho que bebíamos seguíamos teniendo sed.

Es domingo por la tarde, más noche que tarde, mañana trabajamos por lo que lo normal es haber regresado a casa. Pero estamos tan cansados que hemos preferido pasar una noche más aquí, descansar y partir mañana temprano.

Gastos/Consumo del viaje en autocaravana de Molina de Segura (Murcia) a Alcalá del Júcar (Albacete)

Nº ocupantes2
Recorrido330 km
Combustible55€ (46 litros de 60 litros de capacidad)
Depósito agua 55 litros de 120 litros de capacidad
Parking4€
Alojamiento0€ (una tarde/noche, una mañana y otra tarde)
Comida0€ (cena, desayuno, comida. Todo traído de casa y hecho en autocaravana)

Información de servicios del aparcamiento en autocaravana en Alcalá del Júcar (Albacete)

LugarParking Alcalá del Júcar Avenida de los Robles, 02210 Alcalá del Júcar, Castilla La Mancha
AguaNo
ElectricidadNo
AseosNo
DuchasNo
Vaciado de aguas grisesNo
Vaciado de aguas negrasNo
Sombra
Recinto cerradoSemicerrado, área de parking oficial
VigiladoNo, solo vigilante para comprobar ticket de parking

De vuestro comunitario presidente Alonso, el ignífugo.

Moraleja

  • Si vas a un sitio desconocido procura hacer una ruta normal, no muy larga.
  • Estudia mejor las rutas en sitios desconocidos.
  • No uses rutas que tengan varios años desde que se realizaron. El terreno puede haber variado.
  • Batería adicional o bien cable para conectar el móvil a la linterna.
  • Traje ignífugo por si te quiere prender fuego tu compañero de ruta.
  • Fotos de la ruta de ciclismo y senderismo por Alcalá del Júcar hasta Central Antigua:

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