Estimados comunitarios, aprovechando los últimos días de vacaciones, queríamos visitar el río Chícamo, que nos encanta en verano porque tiene unas estupendas pozas para darnos un baño refrescante. Sabemos que está más tupido que otras veces, en cuanto a vegetación se refiere, por lo que optamos por senderismo en lugar de ciclismo.
Partimos con el coche y todo preparado hacia El Partidor, justo al lado del Tollé, unos pueblecitos de Abanilla (Murcia, España). Nos echamos las mochilas con agua, plátanos, sándwiches y escarpines y nos preparamos para hacer una ruta de senderismo con baño y agua.
Salimos a andar los comunitarios Alonsojpd, Paquito206, Patricia Carmona, Kronxito y MA. El día se presentaba muy soleado, por lo que intentamos madrugar en la medida de lo posible. Fuimos buscando el lecho del río Chícamo, que tardamos muy poco en encontrar. Saliendo de El Partidor y El Tollé, cogimos un camino a la derecha y en nada estábamos andando por el río.
Nos mojamos un poco al andar por una zona tupida de vegetación, con esas plantas de zonas de secano que almacenan el agua del rocío por la noche. Pronto nos dimos cuenta de que si hubiéramos venido con la bici habríamos tenido que andar mucho, dado que hay más vegetación que otros años.
Llevábamos las zapatillas con calcetines (todos menos MA) y no queríamos mojarnos los pies, de momento. Pero era complicado, porque el sendero va cruzando el río cada pocos metros y en algunos casos el salto de un lado al otro es grande. Conseguimos mantenernos con los pies secos, más o menos, hasta llegar a la zona de agua insalvable.
Recorrimos varios kilómetros antes de llegar al punto donde nos cambiaríamos las zapatillas por los escarpines. En estos kilómetros nos divertimos mucho saltando de un lado del río al otro intentando no mojarnos. La zona es muy bonita y tiene unas grandes laderas y cortados, generados por los millones de años de erosión de las aguas de este río.
Llegamos a la zona donde solíamos aparcar las bicicletas. Nos cambiamos las zapatillas y calcetines por los escarpines y almorzamos un poco. Partimos ahora hacia el cañón, donde no hay posibilidad de evitar el agua. Metimos los pies en el agua ¡estaba muy fría! y continuamos subiendo por el cañón. Recuerdo que en otras ocasiones el agua nos llegaba hasta a casi la cintura, pero hoy sólo nos llegaba a algo más de las rodillas.
Llegamos a la poza y los comunitarios se dieron un buen baño refrescante. Almorzamos otro poco. Nos secamos al sol y continuamos subiendo. Íbamos improvisando y, en principio, llegaríamos a las pozas, baño y nos daríamos la vuelta, pero nos pudo la curiosidad y decidimos seguir subiendo río arriba.
Mereció el esfuerzo continuar subiendo por la orilla del río Chícamo, tenía bastante vegetación y, de vez en cuando, había que cruzarlo, por lo que seguíamos con los escarpines puestos. Llegamos a una zona más soleada, saliendo del cañón, subimos para ir hacia el antiguo molino y, de ahí, a la poza donde está el fartet, un pez protegido de la zona.
Tras acabar de andar por el río Chícamo, nos pusimos de nuevo los calcetines y zapatillas y tomamos la carretera para regresar al coche. En un principio íbamos a bajar por donde subimos, pero había que volver a la zona del cañón y del agua y nos llevaría mucho tiempo, por lo que preferimos hacer la ruta circular y volver por la carretera.
Recorrimos unos cuatro kilómetros más de carretera, pero secundaria y sin apenas coches. Acabamos esta estupenda ruta con casi 14 kilómetros, en unas 5 horas. Hicimos un «sin saber cómo ni por qué…». Gracias a que nos llevamos una nevera con bebidas y algo de picar, luego pudimos ponernos en una sombra y hacer ese «sin saber cómo ni por qué…».
Nos lo pasamos de maravilla y disfrutamos de la naturaleza, de este magnífico paisaje y de la compañía. Una mañana inolvidable, donde incluso el clima veraniego murciano nos dio un poco de tregua y el aire, a al vuelta al sol, venía fresco.
De vuestro comunitario presidente Alonso.
Comentarios