Dícese de aquel comunitario o ciclista que, en rutas de mucho sol y calor, va por delante a más velocidad que el resto y en cuanto encuentra una sombra para a descansar al fresco, hasta que llega el pelotón de rezagados. Justo cuando llegan vuelve a la ruta, al sol, para coger velocidad hasta la siguiente sombra.

La rata almizclera es una devoradora de sombras, se alimenta del fresco que producen y busca, principalmente, las más frescas de la naturaleza. Una de ellas es la de los pinos. La ratilla es capaz de oler los pinos a kilómetros de distancia, e incluso de intuir si tendrán buena sombra o no.

Este ser vivo ciclista no suele dejar que los rezagados también puedan disfrutar de esa sombra. Al contrario, en cuanto ven venir el grupo de rezagados se incorporan a la ruta, ellos que ya están frescos y descansados. Al resto les toca continuar pedaleando al sol.

En su favor diremos que las ratas almizcleras, cuando ven llegar a los rezagados y se incorporan a la ruta, suelen decir un «¡vamos comunitarios que ya falta poco!».

Cuando hay varias ratas y la sombra es escasa, puede producirse una leve discusión para ver qué rata se queda en la sombra y cual en el sol. Esta última suele continuar la ruta en busca de otra sombra. No suelen producirse estas situaciones porque, lo habitual en ellas, es que la primera que llega es la primera en ocupar el mejor lugar de la sombra.

En el siguiente enlace tenéis una crónica de una ruta donde aparecieron varias de estas ratas: