Estimados comunitarios, otro fin de semana en el que podemos disfrutar de este maravilloso deporte que tantas cosas buenas nos aporta. El ciclismo de montaña. Los comunitarios jinetes anunciaron una ruta para visitar la Navela, el Martillo y el Scalextric y nos apuntamos a acompañarlos.
Con las bicicletas de montaña preparadas, con la chaqueta de invierno comunitaria, partimos a eso de las 09:01 hacia el punto de inicio. Hoy tocaba ruta con frío y participarían los comunitarios Alonsojpd, Patricia Carmona, Eduardo, Pedro203, Pedro Luis, Juan, Iván y David.
Nos dirigimos, entre charlas y risas, hacia el trasvase para subir parte del Puerto de la Losilla. Justo en el puente de la autovía nos encontramos con la carretera rota por los efectos del DANA y con un gran charco de agua. El comunitario Eduardo se adentró en el charco y dio con la rueda delantera en una de las irregularidades, oculta por el agua. Cayó de lado y tuvo que meter los pies en el agua y una mano para apoyarse.
Tras un par de kilómetros, sintiendo el frío del agua en los pies y en la mano, el comunitario Pedro Luis se ofreció a darle uno de los dos pares de calcetines que llevaba puestos. Paramos para hacer el cambio de calcetines mojados a calcetines secos.
Continuamos con la ruta por el trasvase. Charlamos y nos pusimos al día con los comunitarios que estábamos tiempo sin ver. Hicimos los primeros 20 kilómetros sin darnos cuenta, calentando y rodando sobre nuestras bicicletas de montaña, con la excelente compañía y las charlas animadas.
Llegamos al inicio del Puerto de la Losilla y giramos a la derecha para subir parte de él por carretera, hasta justo antes de la gasolinera. Allí nos adentramos en el monte, en la montaña, en la sierra de la Navela. Empezaba la auténtica diversión. Incluso el comunitario Pedro203 se echó al suelo y le dio un beso, al estilo del Papa cuando aterriza en algún país tras bajarse del avión.
Afrontamos por camino de tierra la subida de la mañana. Un camino que con las fuertes lluvias ha variado un poco el firme, que en algunos sitios está en mal estado. Pero esto, para el ciclismo de montaña, es una aliciente e incluso nos gusta, para salir de la monotonía y pone a prueba nuestras habilidades técnicas.
La subida es de unos 4 kilómetros, no tiene mucha dificultad y la pendiente no suele superar el 15%, salvo en algunos tramos cortos. A partir de aquí el frío se nos quitó de golpe, incluso sudamos un poco.
Paramos un rato en la entrada a la senda del Martillo y nos adentramos en ella uno a uno. Esta senda, al igual que el camino, estaba algo cambiada también por las fuertes lluvias, pero ciclable. Muy bonita, en su parte más oscura, en la umbría de la sierra, donde la sombra hace que la humedad perdure y todo esté más verde. Nos daba tiempo a mirar a los lados solo de vez en cuando. La mayor parte del recorrido hay que ir concentrados y buscando el lugar por donde meter la rueda delantera entre las piedras. No es apta para ciclistas que estén empezando y aún no tengan un mínimo de técnica de conducción. Si bien, despacio y sin prisa, se puede hacer, aunque en algún tramo hubiera que bajarse de la bici ¡no es delito!.
Llegamos a la curva donde nos da el sol y donde empieza la última bajada. Paramos a almorzar, a grabar la bebida isotónica casera del comunitario Pedro Luis, consistente en agua de mar, chía y limón. El comunitario Eduardo puso los calcetines a secar al sol. Nos hicimos la foto de grupo, con algunos amigos comunitarios de MTB Abarán, que nos saludaron y con los que estuvimos charlando un poco. Por supuesto hubo reparto de pegatinas comunitarias, por parte de la relaciones públicas de la Comunidad, de Patricia Carmona.
Tras unas cuantas fotos, un poco de almuerzo, algunos vídeos, las pláticas, las risas y la admiración de las vistas que nos deja este recoveco de la montaña, partimos en descenso de la senda del Martillo. En general está bastante bien, teniendo en cuenta su dificultad inherente. Ese barranco que queda al lado izquierdo y la senda, de no más de medio metro de ancha, en algunos sitios menos. Si la bajas a toda velocidad el peligro aumenta proporcionalmente, hay muy poco margen de maniobra en caso de encontrarte alguna piedra o irregularidad importante. Y con las lluvias mejor asegurar y bajarla despacio. Con la ventaja de que de cuando en cuando, durante un par de segundos, puedes levantar la vista y ver el maravilloso paisaje que nos brinda.
Descendimos la senda y el camino, prácticamente más peligroso al estar lleno de gravilla y con varias zanjas que lo atraviesan. Si coges un poco de velocidad la conducción se hace totalmente incontrolable. De hecho varios de los que lo bajamos tuvimos algún susto.
Antes de bajar el mítico scalextric, esa senda adoquinada en medio de la montaña, paramos de nuevo a echarnos una foto con las vistas del Valle de Ricote al fondo. Tras la foto de rigor descendimos esta divertida senda/acera y pusimos rumbo a casa, para llegar a buena hora.
Volvimos por la Algaida y Lorquí. Desde el DANA no nos atrevemos a recorrer la orilla del río desde Archena a Molina, aún no sabemos en qué condiciones está.
Llegamos a la hora justa para hacer un «Sin saber cómo ni por qué…». Paramos en un bar a tomarnos unas bebidas y comidas reconstituyentes y a darnos un homenaje de risas, la mejor medicina para el cuerpo y el alma.
De vuestro comunitario presidente Alonso.
- Fotos de la ruta MTB BTT BXM:
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