Iniciamos una nueva ruta de ciclismo de montaña en fin de semana. Aún tenemos ciertas reticencias a publicarlas por el foro. Hay tantas dudas en la población y en ambiente que no estamos seguros de que sea bueno o malo. Y ante la duda, lo mejor, es esperar un poco, que no hay prisa, los montes seguirán donde están por varios miles de años más.

Salimos a pedalear temprano el domingo día 2 de agosto de 2020. Nos apuntamos los comunitarios Alonsojpd, Paquito206, Patricia Carmona, Kronxito y MA. Buen desayuno, bicicletas de montaña preparadas y ¡a rodar!.

La noche anterior preparamos la Monster, en su versión 2.0, con algunos cambios con respecto a la versión 1.0 que os mostramos en este vídeo:

Arrancamos con la ruta tranquilamente hacia la Alcayna, por el carril bici. Allí cogimos el sendero de los Olivos que nos llevaría a la Rambla de las Monjas. Subimos hacia el Coto Cuadros por Senda Rápida, como casi siempre que hacemos estas rutas de reiniciación. Aunque, como novedad, esta vez bajamos hacia el camino por Senda Estrecha, donde coincidimos con nuestro queridísimo comunitario Julio. Estuvimos charlando un rato con él y con otros ciclistas que lo acompañaban.

Descendimos hasta el camino e hicimos unas grabaciones y unas fotos, aprovechando el final de la senda que acaba en una mini-rampa. Mientras hacíamos las grabaciones pasaron decenas de ciclistas, por todos lados. Da gusto ver a la gente haciendo deporte, es buena señal.

Continuamos con la ruta de ciclismo de montaña, por senda, la continuación de Senda Estrecha. En este caso dejamos a la comunitaria MA con la Monster en cabeza del pelotón, que viera lo que se sentía al guiar al grupo. Llegamos al camino y retrocedimos unos metros para coger otra senda de bajada, más técnica. Era hora de que la comunitaria MA tuviera su primer contacto con un sendero relativamente complicado. Y así fue, los primeros metros bien pero luego se torna técnico al tener algo de inclinación y tierra movida mezclada con piedras. Este tipo de sendas, para los ciclistas experimentados, se bajan a mucha velocidad y apenas se nota que el terreno está suelto. Pero cuando las bajas muy despacio por miedo y respeto, por ser de las primeras veces que bajas una senda así, la bici derrapa más y se hace menos controlable. Iba yo delante de la comunitaria MA, que cerraba el pelotón. En esa parte oí un ruido que conozco bien, de caída. Miré para atrás con cierto miedo y vi a la comunitaria MA ya levantándose del suelo. No se quejaba y vi que estaba bien por lo que preferí no insistir mucho en la caída y continuar bajando, despacio, para que ella viera la senda por delante y decidiera si bajar o no. Llegamos al final de esta senda, donde el resto de comunitarios la fueron animando. Incluso bajó el último tramo montada en su bicicleta Monster, dándonos otro pequeño susto justo al final donde casi vuelve a caerse.

Rodamos ahora por gravilla, típica de las sendas de los lechos de las ramblas. Una superficie complicada para los comunitarios iniciados, pero muy necesaria para que cojan técnica. Unos pocos metros de diversión, donde la rueda delantera y la trasera, a veces, van por donde ellas quieren y no por donde nosotros queremos. En estos casos hay que estar atentos y compensar el cambio de dirección con las caderas. Salimos al camino y continuamos con la ruta para ir hacia la presa del Embalse de Santomera.

Llegamos a buena hora, aún con relativo «fresco» al embalse de Santomera. Bajamos al embarcadero y estuvimos un buen rato dándole algo de comer a los pececillos y grabándolos con la GoPro. Cuando empezábamos a calentarnos por el sol del mediodía tomamos el camino de regreso a casa, pues aún quedaban muchos kilómetros y mucha subida.

Volvimos por el Coto Cuadros, para ir por la relativa sombra de los pinos. Cogimos alguna senda y el camino del Nacimiento, donde paramos, como es habitual, a echarnos unas fotos y, sobre todo, a refrescarnos los pies y la cabeza. Sin dilatar mucho la parada volvimos a montarnos en las bicicletas de montaña para seguir subiendo hacia el Camino de las Perdices y los Conejos y llegar a la Alcayna.

El sol empezaba a dar muy fuerte. El agua, nuestras espaladas y cabezas se iban sobrecalentando. Llegamos a la Alcayna y cogimos el carril bici para llegar rápidos y salvos a Molina de Segura. En la entrada aparcamos las bicicletas en un bar para hacer un «sin saber cómo ni por qué…». Unas bebidas refrescantes y para la casa.

Antes de acabar la crónica os hablaré de las ratas almizcleras, son esos seres humanos comunitarios que van más rápidos que los iniciados y van parando de sombra en sombra esperando a los rezagados, al fresco. Son aquellas ratillas que en cuanto van adelantadas unos metros y ven una sombra fresca paran. En cuanto aparecen los rezagados, sin darles descanso, continúan en busca de la siguiente sombra. En esta ruta tuvimos varias ratas almizcleras.

Le preguntamos a la comunitaria MA por sus impresiones tras el cambio de una bicicleta rígida por una de doble suspensión y full-carbon, la Monster. Nos dijo que estaba encantada. Notaba diferencias importantes con el amortiguador trasero, los frenos de disco y el peso ligero de la Monster.

Otra estupenda ruta disfrutando de la inestimable compañía de los comunitarios y de sus vicisitudes. Un rato de deporte, de desconexión, de tomar el aire libre y de visitar la montaña, que tanto amamos y a la que hay que seguir respetando y cuidando.

De vuestro comunitario presidente Alonso.