Hola estimados comunitarios, se acerca el fin de semana y es momento de analizar si nos es posible sacar a pasear a la autocaravana Peperota Viajera. Los astros se alinean y podemos hacer una pequeña escapada, saliendo el sábado por la tarde hacia algún lugar cercano, en este caso Polop en Alicante (Valencia). Buscamos alguna montaña que visitar y Puig Campana nos gustó. Lo anunciamos en el foro, como siempre.
Buscar el aparcamiento para dormir en autocaravana
El estudio previo antes del viaje resultó arduo. Tras la nefasta ruta en Alcalá del Júcar, siendo la primera vez que nos descargábamos un track GPS y lo seguíamos a pies juntillas, fue un fracaso total. La zona espectacular, recomendable su visita, pero la ruta descargada un gran mierdel. En este caso queríamos ir sobre seguro, para no tener otra mala experiencia. Varias horas mirando track GPS y lugares, buscando aparcamiento para la autocaravana Peperota Viajera. Barajamos varias posibilidades: Benidorm, La Nucia, Polop, Alfaz del Pi y otras poblaciones cercanas a la montaña. Finalmente optamos por Polop y una urbanización, la última, pegada a las faldas de la montaña. Nos gusto la vista satélite del final de una calle que se hacía más ancha y parecía buen sitio.
Muchos os preguntaréis cómo se encuentra el lugar idóneo para pernoctar en autocaravana. Pues bien, salvo que vayas a la relativa seguridad de un camping o bien a una zona específica para parking de autocaravanas, tendrás que hacer un trabajo de investigación previo. Las herramientas para este trabajo las encontrarás en Internet normalmente: Google Maps, Google Street View, buscadores, páginas de turismo de la zona, … Al final se trata de analizar información y aplicar el sentido común en base a esos conocimientos adquiridos (vista satélite del lugar, comentarios y reseñas, información turística, carreteras de acceso, Google Street View) y decidir.
En nuestro caso y para este viaje, el número 6 con la autocaravana Peperota Viajera, miramos durante un buen rato posibles aparcamientos de autocaravanas. Solo vimos uno por Benidorm y la vista satélite (que pudiera no estar actualizada) no nos convenció porque no se veía aparcamiento alguno. Por lo tanto el plan B es mirar algún camping de la zona. A mí personalmente no me gusta ir a los camping, menos con una autocaravana, salvo que sea estrictamente necesario. Había varios pero algo caros, la noche a unos 20 euros por persona. Finalmente pasamos al plan C, el que más me gusta, buscar algún lugar donde pasar la noche sin molestar a nadie y que no fuera «ilegal». La ventaja de la autocaravana frente a la caravana es que en la primera con encontrar un aparcamiento que quepa ya es suficiente y puedes pasar la noche (sin desplegar el toldo ni sacar sillas y mesa), en el caso de la segunda, solo puedes pernoctar en lugares autorizados expresamente (habitualmente camping). Y esa es la ventaja de la autocaravana, que te da más autonomía y «libertad».
Aplicando el principio de autonomía y libertad encontré, mediante Google Maps y su vista satélite, ese final de calle en una urbanización de Polop, lo vi idóneo porque era amplio y seguro que no molestábamos. Fijamos ese destino y partimos, una vez preparado todo, hacia tierras de Alicante.
Viaje, aparcamiento de la autocaravana, revisión de la zona, cena
Al viaje me acompañarían la comunitaria Patricia, para hacer ciclismo de montaña y la comunitaria Yolanda, para hacer senderismo. En cuestión de menos de dos horas estábamos en el sitio. Cuando vamos fuera de camping o aparcamientos de autocaravanas, antes de llegar al sitio, miramos por los alrededores en busca de más opciones, por si nos falla la original. En este caso vimos un par de sitios antes de llegar, entre La Nucia y Polop, donde se podría dormir si fuera necesario.
Tuvimos que subir un par de rampas bastante inclinadas, por carretera, que no resultó problema para la autocaravana y llegamos a esa calle. Estaba todo como se veía en Google Maps y Google Street View, afortunadamente. Hay que decir que no siempre es así. Las vistas satélite de Google pueden tener un año o más de antigüedad y en ese tiempo puede haber muchos cambios en la zona.
Aparcamos, nos bajamos, comprobamos que la autocaravana estaba nivelada (más o menos), que no molesta, que hay espacio para el resto de coches, etc.. Lo vimos todo correcto, quedaba cerca de una farola pero eso, en principio, no tiene por qué ser un problema, poniendo el oscurecedor de la claraboya. Y, como siempre, tenemos la costumbre de dar una vuela por los alrededores, observar el sitio y los vecinos por si molestamos o por si vemos que nos pueden molestar.
Una vez verificado el lugar de aparcamiento abrimos las ventanas y claraboyas y nos sentamos un rato a ver rutas de senderismo para el día siguiente para la comunitaria Yolanda. Nos pusimos a preparar la cena, que como casi siempre consiste en pasta, para cargar las reservas de glucógeno que al día siguiente tocaría sesión deportiva de varias horas.
Sabemos que en pueblo, en un aparcamiento y en la acera no se pueden sacar sillas, mesas ni desplegar el toldo, pero en este caso no teníamos vecinos ni casas al otro lado de la acera, solo monte y, además, la acera acababa justo donde aparcamos. Por lo que sacamos la mesa y tres sillas para cenar al aire libre y a la luz de la farola y la luna.
Cenamos muy a gusto, con una estupenda temperatura y con los árboles a medio metro. Solo vimos que uno de los vecinos, cuando fue a sacar el perro a pasear, se quedó mirando y no dijo, al menos, un «buenas noches». Consideramos que sencillamente tenía poca educación y no hicimos caso, seguimos a lo nuestro.
Nos tomamos un té y unas cuantas onzas de chocolate al 85% de cacao y reposamos la cena al fresco, mirando las estrellas y la luna. Recogimos todo, la mesa también y preparamos las camas para leer un rato antes de dormir. Tras un rato de lectura apagamos las luces y a dormir.
Desayuno, preparación y ruta de ciclismo de montaña por Puig Campana
Nos levantamos temprano para aprovechar el día. Hacía fresquito pero no frío y se notaba que haría calor a lo largo de la mañana. Pasamos la noche muy bien, sin apenas ruidos, más allá de algún castillo de fuegos artificiales lejano y la música de alguna fiesta de algún pueblo muy lejano, se oía un leve susurro. Como era una calle sin salida no hubo molestias de coches.
Preparamos el desayuno, consistente en bebida de avena con bizcocho, cereales y yogur. Hicimos los bocadillos para el camino y sacamos las bicicletas del garaje. Las engrasamos y las revisamos. Llenamos los bidones de agua y la mochila. En la mochila echamos los bocadillos, frutos secos y los dispositivos de reserva de grabación: baterías auxiliares y soportes.
Un vecino pasó con un perro cuyos ojos nos cautivaron, Lara. La comunitaria Yolanda le preguntó por rutas de senderismo por la zona y muy amablemente nos estuvo explicando un par de ellas. Mientras hablaban, Lara, la perrita de ojos llamativos, entró en la autocaravana a inspeccionar. Lo olió todo y donde más se entretuvo fue en los sándwiches, pero no estaban a su alcance. Es el primer perro que entra en la autocaravana, fue divertido. El vecino nos informó de las rutas de ciclismo y senderismo de la zona. Lo cual le agradecemos y le agradecimos in situ.
Cargué el GPX de la ruta en la App Route del móvil, lo puse en el soporte y partimos, Yolanda en senderismo y Patricia y Alonsojpd en ciclismo. Hoy la idea era no sufrir como nos ocurrió en Alcalá del Júcar, así que si veíamos algo de la ruta que no nos convenciera daríamos la vuelta o buscaríamos una alternativa. Es fácil decirlo, cuando estás en plena montaña lo de «dar la vuelta» o lo de «buscar otra alternativa» no siempre puede llevarse a cabo.
No estábamos en el punto de partida de la ruta. Según las indicaciones de la app, nos encontrábamos a un par de kilómetros del punto inicial. Dimos varias vueltas por la urbanización y casi llegando a Polop retrocedimos para ir hacia la parte derecha de la montaña en la que estaba la autocaravana. Siempre pensando que daríamos la vuelta por esa zona y encontraríamos el paso de la ruta. Pero conforme avanzábamos por carretera la app indicaba más lejanía con el punto de inicio o de intersección.
Tras meditar optamos por dar la vuelta, regresar por la misma carretera e intentar buscar el dichoso inicio. Nos costó bastante, se nota que estamos muy verdes en el arte de seguir rutas con el móvil. Por fin hicimos lo que debimos hacer desde el principio: ampliar el mapa de Google Eath e ir viendo las calles y el lugar por donde ir. La app, que es para montaña, no indica qué calles seguir, solo dice «El punto de intersección más cercano está a xxxx metros…» y marca la dirección a seguir. Ese fue el error, porque pedalear por encima de los edificios es complicado o imposible. Debimos mirar el mapa y trazar, mentalmente, una ruta para llegar por carretera, o bien iniciar Google Maps e indicarle el punto de inicio.
Tras 12 kilómetros iniciales de vueltas encontramos, por fin, el punto de inicio de la ruta. Nos tocó, incluso, tener que atravesar parte de un mercado que había cerca de La Nucia. Empezamos la ruta con esos 12 kilómetros de calentamiento inicial.
Entramos en camino, los primeros metros con una inclinación suave, pero pronto la cosa cambió y nos encontramos con rampas de más del 20%. Sudamos la gota gorda. El camino estaba bien hasta el primer tramo. Llegamos a un cruce, tras unos dos kilómetros de subida, sudando a mares. Vimos por dónde seguir y la cosa se puso aún más empinada y el camino se tornó más técnico, con mucha tierra movida, lo que hizo que tuviéramos que empujar la bici casi un kilómetro.
Aproximadamente, del kilómetro 14 al 19 de la ruta afrontamos este rampón, que nos encantó. Cada vez que parábamos a descansar un poco y mirábamos atrás las vistas eran magníficas. Se veía Benirdorm en una parte y el mar en la otra. Paramos en lo alto del Coll de Pouet, donde unos senderistas nos comentaron las posibles rutas. Nosotros seguiríamos hacia el frente, por una senda que ahora sería de bajada.
Iniciamos el descenso, pasando un poco de frío. Íbamos sudados tras la subida y entramos en la zona de umbría de la montaña, la más fría, donde no da el sol. Al principio era camino estrecho, luego pasó a senda y llegamos a unos escalones donde tuvimos que bajarnos de la bici, justo en el refugio Jose M.. Paramos a echar un vistazo. Nos sorprendió ver el refugio bien cuidado, con utensilios de cocina, sal y otras cosas básicas para poder pasar alguna noche.
Continuamos bajando. La senda se estrechaba e iba presentando unas vistas impresionantes de todas las montañas colindantes. Nos encontrábamos con algunas zonas no ciclables, en las que teníamos que empujar o frenar la bici, en función de si era subida o bajada. La senda nos encantó pero cada dos por tres había que bajarse de la bici.
Un barranco bastante alto quedaba a la derecha. Nos encontramos con muchos senderistas, algunos nos decían que esta senda no era muy apta para el ciclismo y tenían razón. La senda era espectacular, nos dejaba sin palabras, pero poco ciclable.
Fuimos bajando, esquivando a senderistas que, a veces, nos adelantaban a nosotros. Muchos escalones de piedra y zonas resbaladizas de gravilla o piedras pequeñas.
Paramos a almorzar, con unas vistas de la montaña y del resto del macizo que quitaban el aliento. También se veía el mar. El pico del Puig Campana quedaba cubierto por una neblina que le daba un aspecto aún más imponente.
Un goteo continuo de senderistas que subían y bajaban. Se notaba que era una zona más bien para andar que para ir en bici. Aún era temprano, no teníamos prisa. Seguimos bajando tranquilamente. Unos cuantos metros montados y otros tantos empujando la bici.
Algunos senderistas nos decían que deberíamos ir subidos en la bici. Os puedo asegurar que había tramos que ni los más experimentados podrían subir o bajar.
Última rampa de bajada a la carretera, que tampoco resultó ser ciclable. Estaba destrozada por las últimas lluvias. En la carretera el track y la lógica nos indicaban que giráramos a la izquierda, para continuar dando la vuelta a la montaña.
Pasamos por algunas urbanizaciones pequeñas, subiendo y bajando por carretera. Pensábamos que estaríamos acabando la vuelta. A veces subestimamos la amplitud de la montaña. Volvimos a adentrarnos en ella, primero por camino y luego por senda. Pero la senda se tornó no ciclable. Otra vez a empujar las bicis. Llena de piedras y socavones, imposible pedalear.
Empezábamos a estar cansados de empujar la bici. Nos mantenía aún viva la esperanza el hecho de que era temprano y aún nos quedaban fuerzas, agua y comida. Subíamos a una loma y mirábamos para buscar un punto de referencia conocido. Pero en lugar de eso veíamos más montaña y el mar, en incluso Benidorm.
Salimos a camino pero pronto volvimos a otra senda. Y una vez más muy poco ciclable. Empezábamos a ponernos nerviosos, sabíamos que no estábamos lejos de la casa, pero en la montaña siempre hay sorpresas. Nos metimos en una senda de bajada que iba a un barranco, con un 20% de ciclabilidad. Subimos luego el barranco y salimos a camino. Estábamos deseando volver pues se hizo la hora de comer y siempre tenemos en mente la ruta de Alcalá del Júcar.
El ser humano es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra. Nosotros, por supuesto, también. Nos descargamos un track GPS de una ruta realizada hace más de 5 años y en ese tiempo las sendas y caminos pueden variar. Seguramente en aquel entonces las sendas eran ciclables, ya os digo que hoy, 6 de octubre de 2019, la gran parte eran no ciclables.
Por fin estábamos en un camino. Sin dudarlo nos orientamos y buscamos algún punto conocido para ir hacia la carretera y dar por finalizada la ruta. Bajamos a toda velocidad y el camino nos llevó a la carretera. Aún nos quedaba subir al aparcamiento de la autocaravana, a un par de kilómetros por asfalto.
Acabamos la ruta con unos 40 kilómetros y 1.400 metros de desnivel acumulado ¡no está mal!. Sin duda la montaña, las vistas y las sendas espectaculares, pero para ir en senderismo.
Nos escapamos de una buena por los pelos. Afortunadamente la ruta no era muy larga, por lo que llegamos a la hora de comer a casa. La comunitaria Yolanda nos tenía preparada la comida. Una buena ducha, guardar las bicis y a comer una rica y sana ensalada de garbanzos.
Tras la comida vinieron a visitarnos los comunitarios Fernando Pérez y Juan Espino, desde Benidorm. Fue un auténtico placer charlar con ellos. Y muy agradecidos de que nos sigan, de que sean comunitarios y de los regalos que nos trajeron ¡gracias!.
Justo cuando estábamos finalizando la charla unos vecinos se acercaron diciendo que no podíamos poner la mesa en la acera. Tenían razón, la pusimos porque era final de calle, una calle cortada sin tránsito y que da al monte. Pero es cierto que, aún así, no se puede ocupar la acera. Pedimos perdón y recogimos todo para partir de regreso a casa.
Un estupendo viaje campista con la autocaravana. Nos quedamos con ganas de más y sin duda volveremos a esas fantásticas montañas de Alicante.
Gastos/Consumo del viaje en autocaravana de Molina de Segura (Murcia) a Polop (Alicante)
| Nº ocupantes | 3 |
| Recorrido | 298 km |
| Combustible | 48€ (45 litros de 60 litros de capacidad) |
| Depósito agua | 65 litros de 120 litros de capacidad |
| Parking | 0€ |
| Alojamiento | 0€ (una tarde/noche, una mañana y otra tarde) |
| Comida | 0€ (cena, desayuno, comida. Todo traído de casa y hecho en autocaravana) |
Información de servicios del aparcamiento en autocaravana en Polop (Alicante)
| Lugar | Calle Mariola, 80, 03520 Polop, Alicante |
| Agua | No |
| Electricidad | No |
| Aseos | No |
| Duchas | No |
| Vaciado de aguas grises | No |
| Vaciado de aguas negras | No |
| Sombra | No |
| Recinto cerrado | No |
| Vigilado | No |
De vuestro comunitario presidente Alonso.
- GPX de la ruta MTB BTT vuelta al Puig Campana haciendo ciclismo y senderismo.
- Fotos del viaje 6 con la autocaravana Peperota Viajera a Polop y Puig Campana:
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