Dícese de aquella persona que va subiendo el último, bajando el último y llaneando va también el último. Es el que no se calla ni aunque lo maten, es la persona que te acompaña hasta las primeras cuestas y te dice adiós justo cuando empieza la cuesta. Es el que cuando empieza a subir se pone su música y coge su ritmo, es el que como pueda ver un punto de debilidad en alguno de sus compañeros, irá a por él hasta cansarlo mentalmente, pero es el que por más que esté reventado siempre estará sonriendo, por más que por dentro se esté muriendo.