Muy buenos días/tardes/noches queridos comunitarios de todo el mundo, aficionados al ciclismo y al MTB en particular, os habla o escribe el comunitario Presidente Alonso, quien tiene el honor de relataros el magnífico día de convivencia que ha tenido lugar el domingo 24 de abril de 2017. Hace un tiempo nuestros amigos del Club Ciclista Fortuna Team nos comentaron que realizarían la Peregrinación a Caravaca de la Cruz desde Fortuna, aprovechando el año jubilar. Por supuesto nos invitaron a unirnos con ellos en esta ruta MTB de peregrinación y obviamente aceptamos la invitación. Con las dos posibilidades de hacer la ruta de ida y quedarse por Caravaca a comer para regresar posteriormente en autobús o bien hacer la ida y la vuelta. Para los más atrevidos nos esperarían 150 km de recorrido.

Como siempre, pusimos la quedada en nuestra sección de Eventos de la web comunitaria y el foro correspondiente, para animar a todos los comunitarios que quisieran a acompañarnos en la ruta MTB de peregrinación. Finalmente se apuntaron a esta aventura/reto los comunitarios Alonso, Paquito206, Kronxito, Patricia Carmona, Matías, Patricia Montero, Alfonso, Antonio Antasis, Antonio Manuel, Iván, y los nuevos comunitarios Ramón y Pedro y, por supuesto, nuestros amigos del Club Ciclista Fortuna Team que realizarían la ida desde Fortuna: el comunitario Félix, Henfri, Eusebio, Chencho, Pepe, Ginés Víctor, Javi el Maestro, Salva, Ángel, Andrés, Jose Costas y Periquín.

Al ser una ruta tan larga, la noche anterior hicimos unos preparativos especiales consistentes en unos bocadillos compactados para llevarlos en los bolsillos de los maillot comunitarios, como explicamos en un vídeo que pronto publicaremos. Se trata de un truco que nos enseñó nuestra querida comunitaria Sandra, para hacer bocadillos y así variar la alimentación durante la ruta, que no todo sean barritas y geles (los que los tomen). Entre barritas y fruta un bocadillo. También cenamos adecuadamente, bastante pasta (rica en carbohidratos) para recargar las reservas de glucógeno de nuestros músculos. Es más importante la alimentación del día anterior (o días anteriores) que la del propio día de la ruta.

Llegó el domingo 24 y nos levantamos temprano, a eso de las 07:01, para desayunar bien y preparar los elementos de grabación, vestimenta, revisar las bicicletas, colocar la luz por si fuera necesario, bidones de agua, echarnos los bocadillos compactos, barritas y fruta. Algunos con mochila y otros sin ella, los que la llevaban todo a la mochila, los que no buscamos la forma de meter todo en los bolsillos del maillot. Nos esperaban más de 10 horas de ruta y más de 150 km así que un buen desayuno es fundamental: tostadas de jamón cocido, leche o bebidas de avena, cereales de maíz, frutos secos, plátano y manzana. Como he comentado antes lo más importante es la comida y cena del día anterior, incluso de dos días antes de la ruta.

En la sede de la Comunidad nos esperaban nuestros amigos del Club Ciclista Fortuna Team, que venían desde Fortuna, por lo que llevaban unos 18 km en las piernas. Hicimos los saludos oportunos, últimas revisiones de las bicis, últimos repasos mentales a lo que llevábamos por si nos faltaba algo, últimas dudas sobre si ir de largo o de corto, dado que hacía algo de frío pero sabíamos que el día sería caluroso, últimos comunitarios llegando y arrancamos con este nuevo reto y aventura comunitarios.

Los que decidimos ir de corto pasamos un poco de frío en los primeros kilómetros, pero sabiendo que el día sería muy caluroso, con el sol primaveral murciano acechando en el horizonte, nos mentalizamos y a los 23 minutos, como era de esperar, ya no teníamos frío.

Salimos del pueblo tranquilos, pasando por las calles de Molina de Segura y cruzando, por la vía verde, el pueblo de Alguazas. La Vía Verde del Noroeste ha sido arreglada y acondicionada este año, por lo que rodar por ella es como rodar por carretera. Anteriormente había tramos de dudosa ciclabilidad y con muchos baches, barro, cañas, pasos muy estrechos, etc.. Todo eso, por fin, ha sido acondicionado y reparado y ahora da gusto rodar por ella.

Fuimos sumando kilómetros a nuestras piernas y a nuestras bicicletas de montaña, tragando un poco de polvo. Aunque ha llovido mucho en Murcia los últimos meses, con el sol que tenemos, en poco tiempo, se va secando todo. El camino de la Vía Verde del Noroeste tenía tierra suelta en muchas zonas y con los más de 20 que éramos en la ruta íbamos levantando algo de polvo.

Charlamos con Javi el Maestro, un amigo comunitario con el que siempre aprendemos algo nuevo, es un conocedor de las sendas de Murcia y siempre que hablamos con él nos aconseja alguna senda chula para visitar. Conversamos también con los demás amigos comunitarios del CC Fortuna, con Eusebio del Rayo Team, con Ginés Víctor, Pepe, Ángel y todos los demás.

Recorrimos los pueblos de Alguazas (km 5), Los Rodeos (km 13), Campos del Río (km 16) y Albudeite (km 20), a buen ritmo, parando de cuando en cuando para reagruparnos e ir todos juntos en pelotón. A la altura de Los Baños paramos unos minutos, en la antigua estación de Los Baños de Mula (km 24), a almorzar: bocadillos compactos, barritas, fruta y frutos secos. Aprovechamos la parada para pesar la mochila de nuestro comunitario Antonio (@antasis), sabíamos que llevaba de todo: bocadillos, comida, herramientas, botiquín y agua. No revelaré su peso en la crónica, podréis verlo en el vídeo de la peregrinación.

La comunitaria Patricia Montero (@patri08) me ofreció amablemente unos orejones de albaricoque, sabe que no me gustan nada y quería ver la cara que ponía. Me los dio a probar un una ruta que hicimos al Alto del Ope y al masticar el primer y único bocado puse una mueca en la cara que se le quedó grabada, así que hoy me los ofrecía otra vez, le dije que no, aunque fuese la última comida que quedara sobre la faz de la tierra. :yahoo:

A la altura de Mula (km 30) surgió la primera cruda realidad de la mañana, al pasar el pueblo de nuestro querido comunitario Nicolás (@nicolasgabarron), Ginés Víctor vio que se le iba saliendo el pedal izquierdo de su bicicleta. Se percató de que no iba bien, iba muy endurecido y tuvimos que parar a revisar la avería. Efectivamente el pedal no rodaba de forma fluida, alguna de las bolas de su rodamiento estaba mal. Lo apretamos y volvió a montarse para ver si podía aguantar. Justo en ese momento el comunitario @kronxito, en uno de sus típicos despistes, perdió el equilibrio casi parado y cayó al suelo al no poder quitarse la cala a tiempo, sin consecuencias afortunadamente, más allá de su orgullo algo lastimado por las risas de los que lo vieron caer en directo, al menos Matías (@aleman), @patricia y alguno más.

Continuamos subiendo por la carretera del Niño de Mula, la primera subida de la mañana. La Vía Verde es prácticamente llana, en dirección a Caravaca tiende a subir un poco, de media el 3%, una subida muy suave y tendida que casi no se nota (salvo que lleves el viento en contra). Tenemos algunos pequeños repechos, uno de ellos estábamos haciéndolo ahora en el Niño de Mula (km 34).

Durante toda la ruta fuimos admirándonos por los paisajes de los lados del camino, con mucha hierba verde, con amapolas y otras plantas típicas de nuestra región cuando las lluvias han sido abundantes. La verdad es que nos da mucho gusto ver los montes así, no es lo normal y se agradece verlos verdes. Sabemos que si no llueve en verano todo ese verde pasará a amarillo y marrón, es lo normal por muchas zonas de Murcia.

El amigo comunitario Ginés Víctor fue aguantando como pudo su avería mecánica, que no se solucionó del todo, en algunos momentos temimos que no podría continuar pero finalmente no volvería a salírsele durante el resto del trascurso de la ruta.

Seguimos rodando por la Vía Verde, pasando por el pueblo de Bullas, en el kilómetro 50. Si hubiéramos continuado por la Vía Verde, por las indicaciones, nos habríamos encontrado otro pequeño repecho, pero nos lo saltamos bordeando el pueblo por la parte de abajo, para llegar a buena hora a Caravaca.

Con 63 km en las piernas llegamos al pueblo de Cehegín, donde paramos a tomar un bocado, rellenar los bidones de agua en un bar cercano a la Vía Verde y pesar las bicicletas de todos los amigos comunitarios que quisieron. Mientras descansábamos llegaron nuestros amigos de Los Simao, nuestro querido amigo comunitario Pedro y también el Cebolla de Ciclos Conde. Los saludamos y charlamos un rato con ellos. Por allí también estaban nuestros amigos Agus, Jose Quero y Jose Francisco, ellos ya habían subido a la Cruz de Caravaca y estaban de regreso.

Continuamos la ruta sabiendo que íbamos muy bien de tiempo y nos quedaban solo unos 6 km para llegar a Caravaca de la Cruz. Terminamos este tramo tranquilamente y cruzamos Caravaca de la Cruz hacia el Castillo-Santuario de la Santisíma y Vera Cruz de Caravaca, lugar donde acaba la peregrinación, con unos 70 km. Se trata de una calle empredrada con una rampa de subida un poco inclinada, de unos 500 metros desde abajo, nada que no pueda hacerse y más aún animados por la gente que había por allí, que era mucha.

El sol era implacable y el calor también, había misa en la explanada del castillo por lo que no pudimos hacernos la foto con la Vera Cruz cerca, improvisamos y nos echamos la foto de grupo con la Cruz al fondo. Saludamos a algunos familiares de nuestros amigos del Club Ciclista Fortuna Team, que estaban por allí venidos de Fortuna en autobús.

Tras las fotos, saludos y acreditaciones como peregrinos, fuimos bajando al pueblo de Caravaca con la intención de acercarnos a las Fuentes del Marqués a comer y luego continuar la ruta de regreso. En este punto nos liamos un poco y unos comunitarios acabaron en Cehegín comiendo, otros perdidos en Caravaca y Antonio en las Fuentes del Marqués. Nos fuimos para las fuentes y comimos allí tranquilamente, a la sombra de los árboles, escuchando el sonido de la naturaleza de este enclave natural con ardillas, ratas almizcleras, peces, cangrejos y otros animales. Cada comunitario traía su comida: bocadillos, croquetas, pasta, sándwiches, empanadillas, pasteles de carne, bebida que compramos en una gasolinera, algún dulce, …

Tomamos el camino de regreso cruzando Caravaca de la Cruz y volviendo por la Vía Verde. Al salir de Caravaca nos sucedió otro episodio de la cruda realidad del ciclista de montaña, un pinchazo de la nueva cubierta tubelizada de la rueda trasera de la bicicleta del comunitario Matías. Vimos que el líquido sellante hizo su efecto y continuamos hacia Cehegín. Allí estaban los comuntiarios Antonio Manuel y Patricia Montero, comiendo un arroz.  Aprovechamos para revisar el pinchazo de la bici de Matías, pues seguía escuchándose el sonido típico del aire saliendo junto con líquido sellante, síntoma de que no ha sellado del todo. Vimos que tenía una grapa clavada en la cubierta, se la quitamos y esperamos a que sellara.

Nos dirigimos hacia el pueblo de Bullas, con el viento en contra. Los primeros kilómetros tras pasar Cehegín tienen cierta inclinación de subida, entre esto, el viento y recién comidos fuimos un poco lentos, haciendo la digestión. Luego el terreno se hace más amable y empieza a bajar levemente, por lo que se rueda más rápido y casi sin esfuerzo.

Paramos en Bullas para recargar los bidones, comprar algunos helados (Kronxito) y algunas otras cosas, con la idea de no volver a parar salvo causa de fuerza mayor. Intentamos volver por la Vía Verde, sin saltarnos ninguna zona, por gusto de hacerla completa dado que a la ida tomamos un par de atajos. Pasamos por el repecho de Bullas, una zona donde la Vía Verde se desvía a la derecha hacia el monte y hay una pequeña subida, de unos 2 km. A algunos comunitarios les costó subir un poco, sobre todo a los que no están acostumbrados a rutas tan largas, dado que en este punto llevábamos más de 96 km en las piernas.

Pronto empezamos a descender, tras pasar Bullas la Vía Verde se hace más «amable», con una leve pendiente de bajada  hace que se coja mucha velocidad con poco esfuerzo, completando los 100 km de ruta a unos cuatro kilómetros de Bullas. Después realizamos unos 20 km casi sin apenas darnos cuenta, a buen ritmo, hasta llegar a la zona de Albudeite donde llaneamos pero también sin mayor problema.

Al pasar uno de los túneles entre Bullas y Mula, los que están oscuros sin iluminación, el comunitario Matías tuvo un despiste y tocó con la zapatilla en el muro del túnel, produciendo una raspadura en el lateral, a la altura de su dedo pequeño del pie. Afortunadamente no se golpeó el pie ni se cayó, solo quedó el agujero en la tela de la zapatilla y el raspado fruto del rozamiento con la piedra.

Los comunitarios sin experiencia en rutas largas aguantaban muy bien, la verdad es que prácticamente no tuvimos que esperarlos, salvo en algún repecho, sobre todo al comunitario Kronxito que sigue en recuperación de su operación de rodilla y se fatiga en las subidas. Así que llegamos a Molina de Segura a muy buena hora, contentos y felices por el reto conseguido, por la estupenda jornada de convivencia con los comunitarios y con nuestros queridos amigos del CC Fortuna Team.

Acabamos haciendo 150 km, 10 horas de ruta y unos 1.200 metros de desnivel acumulado positivo subiendo. Pero lo más importante es que nos lo pasamos de maravilla, risas, charlas, aventuras, entretenimiento, todo lo bueno tuvo cabida en esta estupenda ruta de ciclismo de montaña. Y es que cuando te juntas con buena gente todo es más fácil, no hay quejas, no hay disgustos, no hay enfados, todo es disfrute y diversión.

Quiero acabar agradeciendo a los comunitarios que han asistido a esta quedada, por acompañarnos y por ir cuidando unos de otros, por ir esperando a los más flojos, por ayudar en las averías mecánicas y en todo lo demás ¡Gracias! Y, por supuesto, agradecer al Club Ciclista Fortuna Team y a todos sus miembros el que nos invitaran a la ruta, además de que al llegar a Caravaca nos ofrecieron muy amablemente el quedarnos a comer con ellos y regresar en el autobús ¡Gracias a todos!

De vuestro comunitario Presidente Alonso.

 

  • Fotos de la ruta MTB: