Estimados comunitarios de todo el mundo, lectores habituales y lectores esporádicos, amigos de la Comunidad y amantes del ciclismo, el deporte en general y el disfrute de la naturaleza y el aire libre, en el día de Noche Buena, sábado 24 de diciembre de 2016, salimos a rodar los comunitarios Alonsojpd, Paquito206, Luis, Félix, Aurelio, Clemente, Jose, Sandra y Bingen. Decidimos recorrer la sierra de la Navela entre Ulea, Blanca y Ojós.

Salimos desde la sede de la Comunidad en Molina de Segura a eso de las 09:11, provistos de indumentaria invernal, con nuestras bicicletas de montaña, todos de largo salvo el comunitario Paquito206 que hoy quiso afrontar la ruta de corto abajo. Nos dirigimos hacia el trasvase por carretera. La mañana prometía, los comunitarios Félix y Paquito206 juntos son una caja de bombas (en el mejor sentido), podríamos acabar perdidos en medio de cualquier rambla de cualquier sitio.

Como es habitual en las salidas comunitarias, charlamos y reímos hasta la saciedad, diversión y disfrute ante todo. Aprendiendo de los sabios consejos del comunitario Bingen, que siempre va pendiente de nuestra posición en la bici y de otras cuestiones que nos hacen ir mejorando poco a poco. El tiempo siempre pasa rápido cuando vamos acompañados de todos ellos, buena señal.

Al llegar al Apedaero de Ulea el comunitario Paquito206 propuso tomar el camino de la Vera Cruz así que fuimos a localizarlo. Rodamos por la carretera del Apeadero de Ulea en dirección a Las Salinas. Vimos un camino a la izquierda y lo tomamos sin pensárnoslo mucho, aparentemente llevaya la dirección correcta. Lo fuimos recorriendo, disfrutando de las vistas de las montañas de alrededor, sobre todo de una curiosa y caprichosa formación geológica, en foma de ojo de aguja. Nos detuvimos a admirar tal obra natural, como siempre maravillados por lo que la erosión y el transcurso de los millones de años puede formar, auténticas obras de arte naturales. Por supuesto echamos algunas fotos para inmortalizar ese recuerdo que, si bien quedó grabado en nuestra retina, la mente acaba por olvidar, así que nada mejor que unas fotos para cuando ese momento llegue.

Continuamos pedaleando por camino, con algunas piedras pero perfectamente ciclable. A los pocos kilómetros ya se veía al fondo la montaña que debíamos atravesar. En un descuido continuamos el camino sin girar a la derecha, divisamos en el horizonte unas montañas con formas curiosas y allá que nos adentramos, entre matorrales y bancales, hasta llegar a su base. Una pequeña montaña con formas ovaladas, alternando zonas con vegetación y zonas completamente limpias, solo piedra. Los comunitarios más aventureros no dudaron en intentar ascender estos montículos. Se fueron probando hasta conseguir subir y coronar para luego volver a bajar y hacer así un circuito improvisado.

Seguimos por el camino y continuamos la ruta, ahora volviendo sobre nuestros pasos dado que vimos que nos habíamos equivocado. Fuimos recorriendo el camino para girar hacia el monte que formaba parte del camino a seguir. Justo cuando íbamos a girar para subir la rampa, los comunitarios Clemente y Félix vieron al fondo una cueva gigante. Empezaron a decir que sería un buen sitio para grabar un belén viviente de felicitación navideña, así que no nos lo pensamos mucho y cruzamos los bancales yermos para subir hacia la cueva.

Buscamos el sitio propicio, nos asignamos un papel cada comunitario: los ángeles Clemente y Paquito206, el niño Jesús el comunitario Jose, el buey y el asno los comunitarios Félix y Alonso, San José el comunitario Luis, la virgen María la comunitaria Sandra, etc.. Preparamos todo sobre la marcha, decidimos el villancico a cantar y empezamos a grabar. Nos salió a la primera, por supuesto a nuestra manera, a la manera comunitaria, improvisando. Muchas risas, comimos un poco aprovechando la parada y retomamos el ciclismo de montaña bajando de este cerro para volver al camino.

Subimos la pequeña cuesta que corona el monte, bajamos por el otro lado. Nos encontramos con un cruce de caminos, no teníamos clara la dirección a seguir, por instinto giramos a la izquierda y fuimos de vuelta al Apeadero de Ulea, para cruzar la autovía por debajo y subir hacia el camino de la sierra de la Navela.

Cogimos este camino y el comunitario Félix se detuvo, llevaba unos kilómetros con un ruido en su freno trasero, como si el disco tocara con las pastillas. Al ver que no venía algunos comunitarios almorzamos un poco, manzanas, plátanos y barritas energéticas y regresamos para ver qué le ocurría al comunitario Félix. Vimos que estaba con Aurelio y procedimos a echarle una mano y grabar, por supuesto, el vídeo de la cruda realidad del ciclista de montaña. Tenía una avería en la patilla de sujeción de las pastillas del freno de disco de su rueda trasera, parece que no hacían bien el retroceso y se quedaban un poco encajadas, rozando en el disco.

Desarmamos y quitamos las pastillas, también la patilla de sujeción, para enderezarla con unos alicates. Luego vino el montaje, nos costó un poco, no dábamos con la posición correcta de las pastillas, hasta que por fin lo conseguimos. Montamos las pastillas, ajustamos el tambor, pusimos la rueda y reemprendimos la marcha.

Ahora tocaba ascenso, por camino, hacia el centro de la montaña. Primero un poco de sube y baja, una pendiente inclinada, corta pero que fue poniendo a cada comunitario en su posición natural. Por detrás se oyó un fuerte crujido, la cadena de la bicicleta del comunitario Aurelio que se había salido, sin consecuencias afortunadamente, más allá del susto típico cuando casi pierdes el equilibrio. Otra bajada, otra subida y, finalmente, la rampa de un kilómetro aproximadamente, con pendientes del 18%, que nos dejó exaustos y sudando. Nos sobraba toda la ropa que llevábamos, en un día fresco pero soleado, nos hizo sudar la gota gorda.

Seguimos rodando por plena sierra de la Navela, hasta la entrada al sendero del Martillo, que tomamos y grabamos. En esta entrada, hace unos meses, la comunitaria Sandra sufrió una pequeña caída, hoy la solventó con éxito. Rodamos por esta bonita senda, con zonas un poco técnicas pero perfectamente ciclable. Nos dejaba como regalo unas vistas espectaculares.

Llegamos a la parte final de la senda del Martillo, de bajada, nos posicionamos cada comunitario acordes a nuestra técnica. Avisamos de que era un descenso técnico y peligroso por el barranco de la izquierda, que no te da margen al error. Emprendimos el descenso, sorteando las piedras del camino, las que ya había de siempre y las nuevas que las lluvias fueron depositando. Había que ir esquivando las piedras en muy poco espacio, la senda es estrecha y tiene ese precipicio a un lado que hace que vayas concentrado al 100%. Nos encontramos un pedrusco gigante en medio de la senda, desprendido tras las fuertes lluvias. Tuvimos que atravesarlo o bien por encima o por un lado. Continuamos el descenso acabándolo, con la adrenalina por las nubes, suspirando y recuperando el aliento.

Una vez reagrupados todos los comunitarios continuamos bajando ahora por pista o camino. Este camino no es técnico, solo tiene alguna curva peligrosa por su gravilla y alguna zanja en medio que hay que tomar correctamente. Nos lleva al Scalextric, ese sendero adoquinado que baja hasta la carretera de Ulea. Nos echamos la foto de grupo tradicional y descendimos el Scalextric.

Rodamos ahora por carretera, atravesando Ulea y cruzando el río Segura. Nos colocamos en su orilla derecha para recorrer un tramo en la zona de los Miradores, en Villanueva del Río Segura. Llegamos a Archena y cruzamos el balneario. Seguimos rodando por la orilla del río, que no dejaríamos hasta casi llegar a Molina de Segura.

Una magnífica ruta de ciclismo de montaña, disfrutando de la excelente temperatura murciana y de la inmejorable compañía que nos proporcionan los comunitarios. Acabamos haciendo 54km en unas casi cinco horas, con unos 600 metros de desnivel acumulado. Quizá lo mejor de la mañana fue el belén viviente, os dejo con él:

De vuestro comunitario presidente Alonso.

  • Fotos de la ruta MTB: