Estimados y queridos comunitarios, tengo la responsabilidad de narrar en esta crónica lo acontenido en la ruta de ascenso a la Bola de la Pila de los comunitarios Patricia Carmona, Matías, Chules, Antasis y Juan Francisco. Los nombro a ellos en primer lugar por su estreno en la coronación de este pico, todos ellos lo subirían por primera vez. Iniciamos esta ruta el domingo, día 30 de octubre de 2016, los comunitarios: Alonsojpd, Matías, Patricia Carmona, Juan Francisco, Luis, Antasis (Antonio), Chules (Jesús) y Juan Caride. Los comunitarios primerizos con muchos nervios y un poco de miedo por lo que se les avecinaba.

Reunidos en la sede de la Comunidad en Molina de Segura, bien desayunados y con las bicicletas preparadas, a eso de las 08:11 arrancamos esta ruta que sería, sin lugar a dudas, muy dura. Nos espaban 80 kilómetros, 7 horas y 1.700 metros de desnivel acumulado ¡Todo un reto! El nerviosismo de los comunitarios que no conocían aún el Pico de la Pila se notaba en el ambiente, podía palparse, nos inundaron con cientos de preguntas ¿cuántos kilómetros? ¿qué desnivel? ¿rampas duras? ¿sendas técnicas? ¿dónde empieza la subida? ¿cuántos kilómetros de subida hay? y muchas más. Y es que los nervios, el temor a lo desconocido, generan este tipo de comportamiento. Por otro lado totalmente lógico. Tanto Luis, como Juan y como yo, conocedores de esta ruta, íbamos contestándoles pacientemente.

Nos acordamos antes de salir de los comunitarios que no pudieron venir, especialmente de la comunitaria Natalia, que también se iba a estrenar en este ascenso a la Bola de la Pila, pero que finalmente no pudo asistir por una avería mecánica seria en su bicicleta Trek días atrás. Aún nos quedan muchos comunitarios que no han subido a la Pila, así que volveremos pronto.

La mañana se presentaba fresca en su inicio, pero soportable en manga corta y con el cielo totalmente despejado de nubes. Los comunitarios acostumbrados a hacer kilómetros sabíamos que no sería necesaria chaqueta ni términa ni nada por el estilo. Una vez que empieza la subida el cuerpo coge temperatura suficiente e incluso se llegaría a sudar. Así que pasamos un poquito de frío los primeros 6km y después ¡Temperatura envidiable para hacer deporte! Es una de las ventajas de vivir en Murcia, también tiene inconvenientes pero en la Comunidad siempre luchamos contra las adversidades.

Rodamos muy despacio al principio, para coger temperatura e ir calentando los músculos poco a poco y para ir reservando, nos esperaba una larga subida. Cruzamos los pueblos de Los Conejos, La Quinta, La Acayna, El Romeral y Los Valientes. Pasamos el término municipal de Molina de Segura y llegamos al de Fortuna, pasando por Rambla Salada, siempre por carretera.

Llegamos a Fortuna y miramos por las calles por si veíamos al comunitario Félix, pero no lo vimos, así que continuamos atravesando el pueblo y girando a la izquierda para ir buscando la montaña. A lo lejos íbamos viendo la bola de la Pila y señalándosela a los comunitarios noveles, diciéndoles «hasta allí suberemos». Poco a poco iba haciéndose más grande, señal de que nos íbamos acercando.

Y avisamos a los comunitarios primerizos de que empezaba la subida, el Cortao de las Peñas, una zona no muy inclinada pero de subida, donde empezamos a echar las primeras gotas de sudor. Los pocos comunitarios que vinierion con manga larga empezaron a quitarse ropa, ya les iba molestando. Paramos en el Cortao de las Peñas a echarnos unas fotos y respirar un poco, también a almorzar antes de que empezaran las subidas.

Continuamos rodando y atravesando el pueblo de las Casicas, al poco giramos a la derecha por la zona de la Churleta. Allí nos encontramos con las primeras rampas duras, de más del 15% de pendiente, cortas pero exigentes. Esto nos sirvió para calentar bien los músculos y mentalizarnos de lo que aún estaba por venir.  A la nuestra izquierda, magestuosa y amenazante, se apreciaba perfectamente la Bola de la Pila. En este tramo con la impresión de que nos íbamos alejando de ella y así era, estábamos yendo en sentido contrario a la Bola de la Pila. Los comunitarios iniciados en este ascenso empezaban a preocuparse y decirnos si nos habíamos equivocado de camino.

Acabamos subiendo la zona de la Churleta y llegamos a Fuente Blanca, a los pocos metros giramos hacia la izquierda para afrontar el primer puerto de la mañana: Puerto Frío. Una subida de unos 3 kilómetros no demasiado exigente, con descansos y sin rampas duras. Los comunitarios seguían invadiéndonos a preguntas de todo tipo ¿cuánto falta para la subida final? ¿cuándo entramos en el camino? ¿es muy largo Puerto Frío? ¿qué rampas nos encontraremos? y cientos más. Como siempre, los comunitarios conocedores de esta subida íbamos respondiendo estas preguntas, de vez en cuando con cierta ironía.

Y así fue como coronamos Puerto Frío, yendo muy bien de ritmo, así que aprovechamos para hacer una pequeña parada a estirar piernas, comer y beber algo y charlar un poco. Y, sobre todo, responder otra tanda de preguntas pues ahora se veía ya el camino de tierra o pista forestal por el que entraríamos para llegar al temido tramo final de subida.

Cogimos este camino, que al principio tiende a subir, una subida suave de un kilómetro y, por fin, llegan los 5 kilómetros de llaneo y, por lo tanto, de descanso de piernas. En esta zona, donde no daba el sol, hacía bastante frío, pero solo en tramos cortos. Estábamos a unos 900 metros de altitud y en la zona de la humbría de la sierra, así que es muy normal.

Pasamos por la fuente Mina del Engarbo pero no paramos, todos los comunitarios llevaban agua suficiente para afrontar la subida final. Llegamos al cruce de la Bola y paramos unos minutos a mentalizarnos, descansar un poco y sin más dilación, a subir… Nos esperaban unos 2 kilómetros y 300 metros de subida dura y exigente.

La comunitaria Patricia, siempre valiente y decidida, tomó la iniciativa y emprendió la subida por asfalto a la Bola de la Pila, incluso cogiendo buen ritmo. El resto de comunitarios la seguimos y poco a poco fuimos poniéndonos a su altura. El comunitario Juan Francisco hizo alarde de su buen estado físico y tomó la delantera. El comunitario Matías, probablemente el más asustadizo en ascensos, rodó a buen ritmo, lo pasó mal en las dos rampas duras de esta subida (como todos) pero acabó de maravilla. El resto de comunitarios íbamos subiendo como buenamente podíamos.

He de hacer un mención especial a los cinco comunitarios que hicieron este ascenso por primera vez: Patricia Carmona, Matías, Chules, Antasis y Juan Francisco. Y en concreto a la comunitaria Patricia Carmona, que hizo toda la subida sin poner pie al suelo ¡Bravo! Y al comunitario Matías, orgulloso estoy de él, que suele tener miedo de subir a las antenas del embalse de Santomera (unos 200 metros de desnivel) y hoy se marcó y se bebió una ruta de 1.600 metros de desnivel, casi sin despeinarse.

Volviendo a la descripción de la subida, nos encontramos con una zona de 1 kilómetro aproximadamente de ascensión constante, con pendiente exigente pero que no superá el 15%, hasta llegar a los Pozos de la Nieve. Tras pasarlos viene una zona con algo de gravilla en el centro y en la cuneta, pero perfectamente subible si no nos salimos de la trazada limpia. Ahora bien, por aquí empieza lo más duro del ascenso a la Bola de la Pila, nos encontramos pronto con una rampa con pendientes de más del 19%, una auténtica pared, más aún cuando ya llevamos 15km de subida desde el Cortao de las Peñas y 30km de ruta. En esta zona, de unos 200 metros, hay que echar el culo hacia la punta del sillín y el pecho hacia el manillar, es asfalto y está limpio pero la inclinación así lo exige.

Al pasar esta parte, la más dura, llegamos al cruce del Pico de la Pila (a la izquierda) o del Pico de los Cenajos. Por aquí el terreno es más amable con los ciclistas que lo itentan subir y hay unos metros de llaneo con subida suave, lo que hace que podamos descansar un poco la tensión de los músculos acumulada en la zona anterior. Además, si giramos la cabeza levemente hacia la izquierda y podemos ver la Bola de la Pila, ahora ya no tan amenazante pues se ve de cerca. Esto siempre anima a seguir pedaleando y luchando contra la fuerza de la gravedad.

Últimas curvas, ahora giramos a la derecha en una curva y nos encontramos una dura rampa, la última, con pendientes del 18%, que nos dejan el rictus serio, pero siempre nos anima el ver la bola acercándose. Y así llegamos al final, por fin, de esta dura subida, los comunitarios que habían llegado antes animaban a los que iban llegando más rezagados.

Nos encontramos con la grata sorpresa de ver al comunitario Alejandro que estaba también por allí. Al final no nos acompañó en la ruta porque era muy larga y la hizo desde Puerto Frío. También nos encontramos unos amigos ciclistas que muy amablemente nos grabaron al llegar. Disfrutamos de las vistas espectaculares que nos brinda el Pico de la Pila, con sus 1.265 metros de altitud. Desde aquí puede verse parte de la Región de Murcia y siempre es gratificante para la vista y los sentidos.

Sin demorarnos mucho emprendimos el descenso para no coger frío pues arriba hacía un poco. Con precaución bajamos los 2 kilómetros de subida, con su gravilla se hace peligrosa. Llegamos al cruce y giramos a la izquierda para ir hacia la Garapacha. Rodamos con nuestras bicicletas de montaña por la pista forestal hasta llegar al cruce de la senda Nino Schurter. Allí paramos para tomarla pero vimos que algunos comunitarios no venían. Los esperamos y llegaron Matías y Patricia, diciéndonos que Luis había tenido una avería mecánica, un episodio de la cruda realidad del ciclista de montaña. En este caso se le rompió la roldana y no rodaba bien. Lo esperamos y continuamos ahora por senda haciendo un descenso con zonas técnicas por la senda Nino Schurter.

Seguimos bajando hacia el camino de la Hortichuela. Nos detuvimos unos minutos para enseñar a los comunitarios que no la conocían la cueva que hay por esta zona. Un paso de agua excavado por el ser humano en la piedra, es artificial pero muy bonita. Aprovechamos para echarnos unas fotos y grabarla, siempre con la intención de enseñársela al resto de comunitarios que no pueden visitarla.

Continuamos nuestra ruta hacia la Hortichuela. En esta zona iba haciendo de guía y me perdí un poco, aunque muy poco dado que siempre sabía dónde estábamos. La idea era llegar al Rellano sin tocar la carretera, por darle el gusto al comunitario Matías que iba quejándose de que la ruta de hoy solo era por asfalto. Conseguimos encontrar el camino que nos llevaría al Rellano. Haciendo un bonito descenso con la sierra de Lúgar a la izquierda y llegando al pueblo.

Paramos a ver si estaban mis padres, como es costumbre, pero solo vimos a mi sobrino David. Lo saludamos y continuamos la ruta. Bajamos por carretera hacia la Hurona, el Fenazar, Albarda y Campotéjar Baja.

Acabamos esta magnífica ruta con unos 80 kilómetros, 1.600 metros de desnivel acumulado positivo y casi 7 horas de ruta. Una ruta dura, exigente y que todos los comunitarios superaron con creces. Desde aquí quiero felicitar sobre todo a los que se estrenaban en la coronación del Pico de la Pila: Juan Francisco, Matías, Patricia Carmona, Antonio y Chules. Superaron este reto de maravilla, lo cual hace que el resto de comunitarios nos sintamos orgullosos.

De vuestro comunitario Alonso.

  • Fotos de la ruta MTB: