Buenos días comunitarios, al habla el comunitario Presidente Alonso, con la labor de escribir las crónicas de diario de la Comunidad, tarea que llevo a cabo con mucho gusto. Hoy tocaba ciclismo de carretera y nada mejor que acompañarnos comunitarios expertos en esta modalidad como Félix y Antonio Manuel. Salimos tarde de la sede de la Comunidad, a eso de las 11:31, en la mañana del jueves día 13 de abril de 2017. Hoy asistiríamos unos minutos a un evento ciclista que tenía lugar en Molina de Segura y al que no podíamos faltar. La idea de la ruta era dar la vuelta a la sierra de Carrascoy, por carretera, pasando por El Cañarico, El Escobar, La Murta, Corvera, Los Martínez del Puerto y el Garruchal.

Al salir a la calle la temperatura nos volvió a sorprender: calor, bastante alta, tiempo propio de verano murciano, aunque estemos en primavera. Arrancamos esta ruta los comunitarios Alonso, Félix, Patricia Carmona, Paquito206 y Antonio Manuel. Nos dirigimos hacia la plaza del Mudem, donde estaba el comunitario Guillermo de Ciclopasión. Allí nos encontramos con la sorpresa más grata que mi mente recuerda, nos esperaban nuestros amigos comunitarios Pelegrín y su mujer, que habían venido a Murcia en viaje de vacaciones, desde la isla de la Palma en Canarias y vinieron a visitarnos y conocernos. Fue un auténtico placer charlar con ellos un rato. Saludamos también a nuestro amigo Jose Miguel, uno de los organizadores del evento de Murcia en Bici, repartimos unas pegatinas y emprendimos esta ruta, saliendo a eso de las 12:29.

Por la hora en que salimos sabíamos que tendríamos que comer en algún sitio, en mitad de la ruta, así que el comunitario Antonio Manuel propuso comer un arroz en El Cañarico, que estaba a unos 30km y llegaríamos a la hora de comer. Reservamos una paella de arroz y salimos de Molina de Segura con nuestras bicicletas de carretera.

Recorrimos a buena velocidad los pueblos de La Torrealta, La Ribera de Molina, Alcantarilla y salimos por la carretera que va por las faldas de Carrascoy. Tranquilamente, entre charlas y risas y alguna que otra broma del comunitario Félix, nos íbamos acercando al pueblo del Cañarico, a comernos el rico arroz. De repente al fondo vemos un ciclista con los colores comunitarios, era el comunitario @juan_caride. Pasarmos a saludardo pues hacía un tiempo que no lo veíamos, aprovechamos también para pesar su bicicleta de carretera, dado que estamos haciendo un vídeo de pesado de las bicicletas de carretera de los comunitarios. Tras los saludos continuamos la ruta, la verdad es que el calor era sofocante, sobre todo cuando estábamos parados y no nos daba el viento.

Llegamos justo a la hora de comer al bar donde nos esperaba la paella. Metimos las bicicletas en la parte de atrás del bar y nos sentamos a devorar el arroz. Tras la comida nos montamos en las bicicletas de carretera y nos sobrevino esa sensación de pesadez y sueño, que se aumentó considerablemente por el calor y el viento en contra.

Durante varios kilómetros luchamos contra el calor, el viento y el soponcio que da el hacer la digestión. Por añadir otro inconveniente el terreno empezaba a picar hacia arriba. No nos quedó otra opción que luchar contra todos estos elementos, tratar de buscar la mejor rueda para protegernos del viento y pedalear hasta pasar este momento.

Y como todo en la vida, a base de constancia, pedalada a padalada, llegamos a una zona donde el viento ya no soplaba de frente, la digestión del arroz estaba llegando a su fin e incluso parecía que hacía menos calor. Rodamos paralelos a la autovía, en dirección al pueblo del Escobar, a buen ritmo. Esto nos animó bastante para seguir con la ruta planificada.

Normalmente en ciclismo de montaña no solemos hablar del firme, del asfalto, del camino, pero en carretera a veces no queda más remedio. Pasamos El Escobar y cogimos la carretera de La Murta, para acercarnos un poco a las faldas de Carrascoy. El firme (el asfalto) de la carretera estaba muy roto, con muchos baches. Una de las cosas que menos me gustan del ciclismo de carretera: los baches. Llevamos las ruedas con más de 7 kg de presión y sin amortiguadores, por lo que la vibración e impacto de cualquier bache nos llega directamente al cuerpo, es muy desagradable. Cuando vemos el bache venir levantamos un poco el culo del sillín y se pasa relativamente bien, otras veces apretamos un poco la pedalada para elevarnos unos milímetros del sillín con la fuerza. Pero cuando no vemos venir el bache y «nos lo tragamos», el golpetazo es monumental.

Por esta parte empezó a hacerme un ruido fuerte el eje pedalier de mi bicicleta, llegaba una cruda realidad. El sonido era un chirrido muy sonoro, además de que cada vez que sonaba me vibraba el pedal. Paramos a apretar un poco el eje para ver si se solucionaba el problema. Aprovechamos la parada para echarnos unas fotos con unas margaritas florecidas muy bonitas que había en la cuneta de la carretera.

A duras penas, con un temblequeo importante, llegamos al pueblo de La Murta. El comunitario Félix conocía una tienda de las de toda la vida en el pueblo, así que fuimos a rellenar los bidones de agua, tomar alguna bebida refrescante, algún dulce, frutos secos, barritas y plátanos. Pasamos un momento estupendo a la sombra de un árbol, en la puerta de la tienda, que tenía de todo: embutidos caseros, dulces, salados, bebidas, comida de todo tiempo, en fin, una tienda de las de toda la vida.

Continuamos la ruta hacia Corvera, donde el terreno era favorable, llano o con una leve pendiente hacia abajo, lo que nos permitía coger bastante velocidad con las bicicletas de carretera, con la ventaja de llevar las ruedas finas y pesar poco. Pasamos por el pueblo de Los Martínez del Puerto y continuamos sin detenernos hacia el puerto del Garruchal.

El ruido del eje pedalier continuaba, con un poco de miedo por si se me salía el eje o algo similar, pero sin detenernos dado que no queríamos que se nos hiciera de noche. Subimos hacia lo más alto del puerto del Garruchal, donde está el restaurante. Paramos en esta zona a comer un poco y emprendimos el descenso. Esta carretera también tiene tramos de asfalto malo, con baches.

En mitad del puerto volvimos a parar para pesar las bicicletas de carretera de los comunitarios Paquito, Félix, Antonio Manuel, Patricia y la mía también. Aprovechando que íbamos bastantes comunitarios saqué el peso y procedimos con esta tarea con la idea de hacer un vídeo de pesado de las bicis de carretera de los comunitarios, al igual que hicimos con la de Juan Caride.

Continuamos bajando el puerto hasta Los Garres y desde allí fuimos hacia Murcia, la cruzamos por completo y volvimos a Molina de Segura por la Vía Verde, despidiendo al comunitario Antonio Manuel en la entrada del Campus de Espinardo de la Universidad de Murcia.

En vez de acabar en la sede llegamos hasta Ciclopasión, nuestro taller de confianza, para dejar la bici al comunitario Guillermo que le echara un vistazo a ese ruido del eje pedalier. Cogí la de montaña que la tenía reparada también de ruido en el eje pedalier, cadena estirada y piñones desgastados.

Acabamos esta estupenda ruta de ciclismo de carretera con 123 km, 800 metros de desnivel acumulado positivo y unas ocho horas de ruta, aunque en movimiento fueron unas cinco. Un estupendo día de Jueves Santo, disfrutando del deporte y de la compañía comunitaria y, en especial, de los minutos que pasamos con nuestros queridos amigos comunitarios de La Palma.

De vuestro comunitario Presidente Alonso.

 

  • Fotos de la ruta de ciclismo de carretera: