Hola amigos/as de Comunidad Biker, seguidores/as, amantes de la naturaleza y la vida en general, quisiera relataros mi experiéncia en esta magnífica marcha de Banyeres de Mariola (Alicante), transcurrida en el día 12 de febrero de 2017. Una marcha BTT un tanto especial por lo que relataré a continuación. Madrugamos como de costubre cuando vamos a alguna marcha, en este caso algo más, puesto que está más lejos. A eso de las 6:04 de la mañana tocó el despertador, dormí poco ya que la noche de antes tuve cena familiar, pero me levanté entusiasmada y positiva por lo que nos esperaba.

Desayunamos y nos preparamos, como podréis ver en el vídeo de la preparación de la marcha. En la sede nos esperaban los comunitarios Paquito206, Alonso, Juan Francisco y los comunitarios reporteros Kronxito y Raúl. En Banyeres nos esperaba el comunitario Aurelio. Llegamos al pueblo, aparcamos y nada más bajar los chicos se disponen a ponerme la GoPro para que grabara, a lo que me negué desde el principio, puesto que no estoy acostumbrada a grabar, pero finalmente acepté encantada de la vida, advirtiéndoles que grabaría poquito.

Recogemos los dorsales y bolsa del corredor y nos vamos con las bicicletas a calentar un poquito, dando unas vueltas por allí. Nos colocamos en el cajón de salida, saludé a algunos amigos, uno de ellos, a Jose, amigo de nuestro comunitario Luis, una persona admirable. Me gusta su filosofía sobre cómo ve la vida y sus pensamientos de cómo participar en las marchas, en disfrutar y pasarlo bien ¡Bravo!

Nos disponemos a salir, no muy rápido, puesto que es una tontería correr al principio, enseguida empiezan los tapones y hay que parar. A los pocos metros de la salida, efectivamente, llegó la primera rampa de la mañana y el consiguiente tapón. Esto nos vino bien para ir calentando piernas. Seguimos llaneando y unos giros pa’llá y pa’cá  :wacko:, y llega otro tapón, una subida bastante fea, de piedras y algún socavón. Conseguí subir  poco a poco, aguantando el equilibrio como buenamente podía, sin poner pie al suelo, diciendo a los zagles que llevaba delante de mí ¡Allá voy! Me hicierón hueco para pasar. De repente veo a nuestro presidente comunitario Alonso que pone pie al suelo, consigo pasarlo por la izquierda montada en mi Vitoria Sioux. Me miró asombrado, en ese momento me vine arriba y dije «Oléeee oléeee ¿me has grabado?»  :yahoo:, este acontecimiento no se ve todos los días, pasar al comunitario Alonso en una subida muy técnica viéndolo bajado de la bici es algo rarísimo. Al final tuve que bajarme de la bici sí o sí, pues había delante mucho tapón.

A continuación vino una bajada por senda, un poco técnica, con algunas curvas. Una senda bonita por montaña para disfrutar, aunque se hizo corta, me lo pasé pipa. Llaneamos unos kilómetros y por aquí me encontré a nuestra amiga comunitaria Esther, del club ciclista Cronobike Altea, que me preguntó si era Patricia, me comentó que iba a venir a la quedada que hicimos en el Coto Cuadros, pero finalmente no pudo. Dejamos el parloteo y afrontamos una subida complicada, por la que veo a algunos participantes tirando de sus bicicletas para arriba, andando. Pensé que al menos lo intentaría y así hice, miré al frente, aplicando los consejos que he ido aprendiendo de los comunitarios para hacer ascensos técncios, mirar por dónde trazar y pasar, por el sitio más limpio y más cómodo, culo en la punta del sillín sin levantarme, pecho hacia el manillar y a darle a los pedales pero sin exceso de revoluciones para no derrapar, también la horquilla de suspensión bloqueada. Lo intenté hasta que mi rueda delantera dio con una piedra y me quedé a mitad de camino, tuve que parar y bajarme de la bici, muy a mi pesar.

Tras una subida no muy larga llegó la bajada, con piedras inmensas y escalones. Conseguí bajarla bastante bien, concentrada y siguiendo los consejos de mis queridos comunitarios para afrontar las bajadas técnicas. Ahora descenso, diferente posición al ascenso, culo atrás del todo, brazos flexionados, un dedo en cada maneta de freno, los puños bien cogidos, vista al frente, trazando con antelación y fijando la vista en el sitio por el que voy a pasar y ¡para abajo! La verdad es que la bajé muy bien, sin poner pie al suelo, disfrutando de cada piedra y cada salto que daba.

Seguimos nuestra marcha, divirtiéndonos y pasándolo bien, admirando el paisaje y charlando y riendo con los compañeros que llevábamos cerca. Nos encontramos algunos corredores que nos animaban y nos conocían, estaba asombrada de la gente que nos reconoció este día ¡Increíble! Seguimos haciendo kilómetros con nuestras bicicletas de montaña y nos encontramos con un pedazo de rampa de hormigón en mitad del monte. Siempre que vemos hormigón o asfalto en mitad de la montaña nos hacemos una idea de lo que viene, esto quiere decir que va a ser una subida dura.

No defraudó el hormigón, empezamos suave pero se fue inclinando más y más, se hizo eterna. Subiendo por allí me encuentro a mi amigo Javi que iba en sentido contrario, bajando con la bici a un lado y andando. Le pregunté si ncesitaba algo, me respondió que no, que era la cubierta que se le había rajado (o algo así entendí). Seguí subiendo y arriba me esperan los comunitarios Alonso y Aurelio, cámara en mano fotografiándome o grabándome.

Empezamos a bajar por fin, alternando tierra con asfalto, de repente vino un giro brusco a la derecha, por donde casi me caigo pues me derrapó un poco la rueda delantra. Luego el camino pasó a senda estrecha en una curva hacia la izquierda, por donde entramos a una especie de bosque espectacular y divertido, precioso. Por esta zona cogí algo de velocidad, la senda estaba limpia e iba confiada.

Llegamos al avituallamiento y paramos a comer un poco, me zampé medio plátano y unas gominolas. Había de todo: plátanos, empanada, frutos secos, gominolas, naranjas, bizcocho, bebidas y no sé qué cosas más. Estuvieron muy atentos con los participantes para que no les faltara de nada ¡Gracias!

Tras varios kilómetros entre monte, de camino y sendas, pasamos por una senda de bajada por la que corría agua, muy bonita aunque algo peligrosa, resbalaba bastante. Fui bajando despacico y con buena letra, al ir lentos no nos salpicaba el barro y no nos manchábamos. Los de la organización, muy atentos con todos nosotros, nos iban indicando por donde trazar para no resbalar ¡Bravo por ellos! Por esta zona había seguidores de la Comunidad y nos lo hicieron saber. También dijeron que esperarían la crónica para leerla ¡Qué grandes! Me alegra saber que la gente nos ve y nos lee, me emociona cada vez que nos lo dicen y ya cuando nos llaman por nuestros nombres casi lloro ¡¡Gracias a todos!!

Cruzamos un río y seguimos la marcha, nos encontramos una subida bastante inclinada y fea, allí los participantes estaban exaustos y empujando las bicicletas. Aguanté subida en mi Vitoria unos metros más, animando a los que iba pasando. Tuve que parar al llegar a un pedrusco gigante. Por allí uno de ellos me dice «¡Oléee qué grande eres! Me reí y los animé también. La verdad es que en esta subida me reí y divertí bastante, porque los participantes iban quejándose de este rampón, y a mí me encantó, me miraban como si estuviera loca o algo así  :yahoo:.

Parecía que no acababa esta marcha, cuando ya creíamos que estábamos finalizando nos vino la gran subida, la que acabo de comentar y luego otro más. Siempre venía alguna nueva sorpresa. Me gusta encontrarme con sorpresas en las marchas y si es al final ¡Mejor! Haciendo mi papel en la Comunidad como relaciones públicas, les hago saber a varios participantes que iban a nuestro ritmo, uno de ellos en su primera marcha, que somos Comunidad Biker y que saldrían en el canal de Youtube.

Empezamos a bajar por carretera, viendo el pueblo al fondo y, por fin, la línea de meta a lo lejos. Por allí nos esperaban todos los comunitarios y nuestro comunitario Nicolás con su familia. Cruzamos la línea de meta y saludamos a los padres de Nicolás, su madre me dio un abrazo como si fuera mi madre. El comunitario Nicolás nos dio la gran noticia de que había quedado segundo de su categoría y tenía trofeo ¡¡Enhorabuena campeón!!

Acabamos la marcha en 3h. 40 minutos, con 41 kilómetros y unos 1.000 metros de desnivel acumulado. Pero lo bueno fue que disfrutamos mucho, me lo pasé de miedo, poniendo mis cinco sentidos en las bajadas. Y sobre todo una marcha muy especial por toda la gente que nos reconoció y nos saludó, que fueron muchísimos y con cariño. De verdad que es algo que me emociona, transmitir a la gente cosas buenas, sobre todo que te digan que gracias a nosotros se han aficionado al mountain bike, como nuestro querido amigo comunitario Alberto de Banyeres de Mariola, con el que nos fotografiamos ¡Gracias de corazón!

Agradecer a toda la organización del trabajo que hacéis , que es espectacular. Quiero hacer un pequeño apunte sobre el catering, que está todo buenísimo, pero yo recomendaría que se hicieran unos macarrones para todos (o algo así), sería lo suyo, mas económico y mejor alimento para después del ejercicio físico, es una sugerencia solamente. Un 10 para todos y nos vemos en la próxima.

De vuestra comunitaria de la sonrisa eterna Patricia Carmona.

  • Fotos de la marcha MTB BTT Parte 1:

  • Fotos de la marcha MTB BTT Parte 2:

  • Fotos de la marcha MTB BTT Parte 3: