Hola queridos amigos de Comunidad Biker, llegó el domingo y es día de fiesta para nosotros. Fiesta que celebramos casi siempre montados en la bicicleta y disfrutando de la montaña. Anunciamos ruta en el foro de la web comunitaria, para acercarnos a la Sierra de la Pila por el Caramucel, que hacía meses que no visitábamos. El comunitario Patrick nos propuso esta ruta y no pudimos resistirnos.

En este caso cogeríamos el coche para salir del Rellano, así disfrutamos de más tiempo de la montaña y evitamos muchos kilómetros de carretera. Además, la ruta se haría muy larga saliendo de Molina de Segura y el día se avecinaba caluroso.

Nos acompañarían a esta salida de ciclismo de montaña los comunitarios: Alonsojpd, Paquito206, Patricia Carmona, Kronxito, Henfri, Patrick, Pako, Chema, Luis, Jose Costas y Francisco. Algunos se estrenaban en el ascenso de la Bola de la Pila, objetivo último de la ruta.

Nos preparamos como de costumbre, cenando bien la noche anterior y desayunando muy bien el día de la ruta. Equipación comunitaria, bicis cargadas en el portabicis de bola y hacia el Rellano, punto de salida.

Dejamos los coches bajo la protección de la perra Chispa Trepadora y emprendimos esta nueva aventura, con cierto miedo por el sol que ya estaba dando fuerte a las nueve de la mañana, hora en la que empezamos a pedalear. Subimos por el Rellano hacia la Hoya Marzo, haciendo algún repecho tempranero para ir cogiendo tono.

Los guías improvisados, Henfri y Paquito206, conocedores de la Sierra de la Pila y de sus entresijos, nos hicieron pasar por tramos de la 100KSiPico de Comunidad Biker, ruta dura donde las haiga porque la haya es un árbol… Nos adentramos por una senda muy bonita pero también técnica, cuyo nombre no recuerdo, cerca del Pico del Águila y en dirección a la Rambla de la Cerversosa y el Barranco del Mulo. Se coge en el camino de la Casa Serrano a San Joy.

En algunos tramos de pura piedra tuvimos que poner pie al suelo y empujar las bicicletas. Para los comunitarios de toda la vida esto es motivo de alegría y diversión, incluso de júbilo. Bajarnos de la bici nos viene genial: cambiamos de postura, ejercitamos otros músculos, empleamos nuestras estupendas zapatillas todo terreno, esas con las que se puede andar por las piedras sin mayor dificultad, echamos algunas fotos a las florecillas, observamos algún animalillo, dejamos que la sangre fluya por la entrepierna, despinzamos los nervios pinzados…

Lo que os decía, para los veteranos y curtidos en mil batallas, esto de bajarse de la bici por una zona pedregosa, es sinónimo de diversión. Pero en las rutas, como en la vida, hay muchos colores y no todo es blanco o negro. A otros comunitarios se les ve como patos fuera del agua. Esos botines heredados del ciclismo de carretera, rígidos como piedras, que hacen un cloc cloc al «andar» (entrecomillo porque eso en mi pueblo no es andar) por las piedras y se les ve padecer un poco.

Pedregal en la Rambla de la Cerverosa y el Barranco Mulo por Comunidad Biker MTB

Pero todo tiene su recompensa y siempre hay que ver el lado positivo, ellos también pueden disfrutar del entorno y variar la postura en la bici, dejando que la sangre fluya por la zona perineal y desentumeciendo los nervios pinzados por el sillín y la badana. Solo han de andar con más precaución que los que llevamos zapatillas de montaña, por lo demás estamos en igualdad de condiciones y, por lo tanto, de disfrute.

Ya sé que todo no gusta a todo el mundo y que sobre gustos los colores. Ya sé que hay ciclistas a los que no les gusta bajarse de la bici y menos para empujarla por un pedregal. Ya sé que el padecimiento como la diversión son muy relativos y subjetivos. Como dice la canción, que la cambio un poco para adaptarla a la situación:

Depende, todo depende, según quién mire, todo depende.

Salimos de esta zona, no sin antes ver a los comunitarios Henfri y Paquito206, ingenieros de caminos, estudiando cómo hacer ciclable un tramo de la senda. Hicieron sus cálculos y mediciones, trazaron el plano (mental), hicieron un estudio de necesidades y procedieron a echar unas piedras en la parte más hundida. Unos minutos después el tramo era ciclable. Un estupendo trabajo de estos dos grandes ingenieros de caminos que no recibió un merecido aplauso. Los sentimientos de los comunitarios espectadores, en ese momento, eran contrapuestos.

Se depositó la semilla del miedo y la incertidumbre. La ruta se preveía dura de por sí, tenía mucha subida, añadir este tramo técnico al principio hizo que el desánimo se apoderara de algunos de nosotros. Y para colmo, el comunitario Luis anunció que se encontraba mal y se retiraba, acompañado del comunitario Pako. Esto aún sumó más incertidumbre al ambiente. El temido pollo nos fue sobrevolando y acabó bajando y picando a algún comunitario.

Los demás continuamos con la ruta, yendo hacia el Barranco del Mulo, que solo tocamos de pasada para subir a San Joy. En esta parte cogimos camino forestal y empezamos a subir, poco a poco, hacia la Fuente del Lobo. Unos cuantos kilómetros de pista forestal subiendo, con el sol dándonos en el lomo, pero apreciando los estupendos paisajes de la zona. Conforme íbamos aumentando en altitud se podía divisar, a lo lejos, parte de la Región de Murcia.

Llegamos a la Fuente del Lobo, lugar de obligada parada para repostar. Recargamos con agua rica y fresca los bidones o caramañolas. Aguan recién salida de las entrañas de la montaña. Sin demorarnos mucho empezamos a subir la senda que va al camino. Unos comunitarios consiguieron hacerla sobre la bici y otros empujándola.

Fuente del Lobo en la Sierra de la Pila por Comunidad Biker MTB

Nos dirigimos hacia las paredes del Caramucel, en la parte de la Sierra de la Pila de Blanca. Es un privilegio poder rodar por esta zona. Mirando a la izquierda se ven los campos de Murcia y mirando a la derecha, imponentes, las paredes de piedra horadada en la montaña, rectas e inmensas, casi infinitas. Cada vez que pedaleamos por esta zona nos sentimos tan diminutos como un grano de arena. Silencio, respeto, nos callamos para escuchar el lejano eco de las aves que sobrevuelan por la cima.

Paredes del Caramucel en la Sierra de la Pila de Blanca por Comunidad Biker MTB

Seguimos con nuestro pedalear para girar hacia la derecha e ir dándole la vuelta a la sierra por su parte de umbría. Ahora, por fin, tras unos 800 metros de desnivel acumulado subiendo, toca algo de llano e incluso de bajada. Aumentamos la velocidad para que la ruta no se nos haga excesivamente larga y empezamos a subir suavemente hacia el cruce del Mojón de las Cuatro Caras, donde paramos unos minutos para tomar aire, a la sombra del pino del camino.

Recorrimos los tres kilómetros de camino que nos llevaron al cruce de la Bola y empezamos esta subida asfaltada. El calor apretaba y la inclinación aumentaba de forma proporcional. Tomamos el ritmo adecuado para aguantar estos casi tres kilómetros de subida al 20%. Con paciencia, pedalada a pedalada, tranquilamente, fuimos sumando metros y coronando la cima, a 1.261 metros, en el Pico de la Pila o la Bola de la Pila.

Todos los comunitarios subieron con éxito, unos con más pena que gloria, otros con más gloria que pena. Lo importante es que todos llegamos arriba sanos y salvos, esperando al lastre que era yo. Una vez arriba nos echamos las fotos oportunas, algunos estaban esperando a la sombra de la bola y al fresco del hormigón. Foto de grupo en el cartel del Pico de la Pila, foto de grupo que se está convirtiendo en tradición cogiendo la bola, foto individual también cogiendo la bola y ¡a bajar!

El descenso se hace rápido, con un poco de precaución por las zonas con gravilla y por ese miedo intrínseco que se tiene, siempre tenemos en mente que se pueden romper los frenos (por cualquier motivo), o se puede pinchar una rueda y desinflar de golpe, cualquier cosa que nos haga perder el equilibrio. A más de 50 km por hora con barrancos a los dados eso da miedito.

Fuimos directos a la Fuente Mina del Engarbo, a avituallarnos antes de emprender el camino de regreso. Algunos comunitarios aprovecharon y se remojaron la cabeza. Bidones o caramañolas llenas, refrigerados por el agua, tocaba hacer los 15 kilómetros que nos quedaban hasta llegar a casa, ahora casi todo de bajada.

El hambre, la sed de algo fresco, el calor, todo influyó para que la energía volviera a nuestras piernas y nos impulsara a la máxima velocidad. Bajamos por la pista forestal que va a la Garapacha. Antes de llegar al pueblo giramos a la izquierda para descender la Senda de Nino Schurter, así acortábamos unos kilómetros.

Paella de pollo y conejo en el Rellano por Comunidad Biker MTB

Pasamos a toda velocidad por la Hortichuela, hasta que oí un crujido, sonido típico en mi bicicleta de rotura de radio. Intenté aguantar sin parar pero el radio se lio por el buje y me frenó la rueda de golpe. Paré y tenía la punta torcida, señal de que se había visto sometido a una fuerte tensión. Lo lie con otros radios para que no molestara y continué la bajada.

Llegamos al Rellano para acabar la ruta con más de 56 kilómetros y 1.200 metros de desnivel acumulado. Un rutón de los que nos gustan en la Comunidad, con un poco de sacrificio y mucha satisfacción y diversión. La compañía de los comunitarios hizo que todo fuera más llevadero.

Nos comimos una rica paella de pollo y conejo con verduras en casa de mi madre, no sin antes ver que la perra Chispa Trepadora había hecho su labor de guardiana de los coches.

De vuestro comunitario presidente Alonso.

  • Fotos de la ruta MTB BTT BXM: