Buenas noches estimados comunitarios, domingo 25 de febrero de 2018, día de descanso laboral, día de visita a la montaña. Nuestros queridos comunitarios Jinetes anunciaron una ruta en el foro para buscar alguna de las trincheras que se excavaron en la Guerra Civil. Nos atraía bastante la idea de visitar esas trincheras y de pasar una mañana en estupenda compañía. Pero la semana había sido dura y estábamos algo cansados, la duda se cernió sobre nosotros.

Hasta última hora del sábado no nos decidimos a salir, más aún teniendo en cuenta que salimos a rodar el mismo sábado en la tarde. Finalmente confirmamos nuestra asistencia a la ruta en el foro. Cenamos bien sabiendo que al día siguiente haríamos más de 60 kilómetros y más de 1.000 metros de desnivel acumulado.

Por la mañana nos visitó Doña Pereza, algo normal tras una semana de madrugones y no parar,  contra la que casi siempre hay que luchar. Desde Molina de Segura solo saldríamos hoy la comunitaria Patricia, Alonsojpd y Antonio Asís. La confirmación en el foro del comunitario @antasis fue la que nos impulsó para ganar la batalla a Pereza, esa gran enemiga que siempre está al acecho, te visitará sin previo aviso, con la que tendrás que aprender a convivir, luchar y vencer, de lo contrario la vida se nos pasará sin haber hecho lo suficiente.

Nos levantamos, nos vestimos, desayunamos, nos preparamos: bidones de agua, comida, cámaras de grabación de vídeo y fotos, móviles y dispositivos GPS para grabar la ruta, luces (solo en mi caso que llevo luz tanto por el día como por la noche) y, por supuesto, revisión básica a las bicicletas, casco en la cabeza (siempre) y salimos a la calle.

El primer impacto nos lo llevamos con la temperatura, aunque íbamos bien vestidos, con varias térmicas, el pijama comunitario y guantes largos, hacía bastante frío, o como decimos en Murcia «hacía helor». Nos animaba el hecho de que el día estaba despejado y soleado, además de las aventuras que nos esperaban por la montaña. Como dice el refrán:

El que no se consuela es porque no quiere.

Partimos pedaleando tranquilamente hacia el encuentro del comunitario Antonio, que nos esperaba al inicio de la Vía Verde en Molina de Segura (Murcia, España). Continuamos todos juntos rodando a buen ritmo para llegar al siguiente punto de encuentro. Unos minutos antes de la hora prevista por la organización (nosotros) llegamos al Inacua, en Murcia, donde nos esperaba el comunitario Rafa @rafafrio.

Continuamos con la ruta por la carretera de Salabosque, supuesta vía amable para bicicletas, que como he dicho en otras ocasiones de amable tiene solo el nombre que figura en los carteles. Dejamos al comunitario Rafa de guía para que nos llevara a la Alberca, tercer punto de encuentro, lo más rápidamente posible, para no retrasar al grupo mayoritario.

Llegamos justos, prácticamente exactos, según el horario previsto por la organización (nosotros). Saludamos a los comunitarios que nos esperaban: Alfonso, Iván, Eduardo, Jose Matías, Toñi, Luis, Juan, Pedro203, Raúl y Pako. La mañana prometía, siempre que nos juntamos más de 5 comunitarios sumamos anécdotas, así que hoy con 14 comunitarios la diversión estaba asegurada.

Unos iniciaban la ruta y otros la retomábamos con unos 20 kilómetros recorridos. Entramos en la montaña, en las faldas del Relojero, en el Parque Regional de El Valle y Carrascoy, dirigiéndonos directamente a visitar la primera trinchera de la Guerra Civil española, la que el comunitario jinete Eduardo conocía, luego iríamos a investigar un poco y localizar una más, los lugareños nos confirmaron su existencia.

Antes de llegar a la primera trinchera el comunitario Jose Matías patrocinó una cruda realidad del ciclista de montaña, se le partió la patilla del cambio de su bicicleta. Le echamos un vistazo pero no tenía arreglo. Finalmente el comuntiario Eduardo acompañó a Jose Matías y regresaron a Molina de Segura para coger otra bici. Mientras tanto el resto haríamos un poco de investigación por la zona sin alejarnos mucho.

Hicimos una buena senda de subida, con un paisaje espectacular, tupida, frondosa, oscura y sobrecogedora. Dimos unas vueltas por el Valle Perdido y descendimos hacia la Arrixaca para coger una rambla de subida. Pero al llegar al inicio vimos que están canalizando las aguas de la zona y nos fue imposible entrar en esta rambla.

Retrocedimos y volvimos a subir al Valle por otro sendero y seguimos subiendo para entrar en calor hasta la rampa de los yesos. Paramos aquí para que cada comunitario fuera probando su habilidad técnica en descenso, grabando y riendo, dando consejos como los que contamos en este artículo:

Pasamos un rato muy divertido, nos encantan estos momentos en la Comunidad, donde nos reímos y aprendemos a partes iguales. Cada comunitario llegó hasta donde sus posibilidades se lo permitieron, lo importante es intentarlo y sumar experiencia.

Recibimos la llamada del comunitario Eduardo, que nos informaba de que ya estaban de regreso con otra bici para seguir con la ruta. Bajamos a su encuentro y retomamos la visita de la trinchera. A los pocos kilómetros encontramos la entrada y paramos a inspeccionar la zona. Era de las de tipo zigzagueante, como contamos en el anexo, bien conservada, había perdido parte de su profundidad debido a la tierra que arrastran las lluvias pero se apreciaba perfectamente, con tramos de más de un metro de profundidad e incluso se podían observar en algunos tramos los distintos niveles de profundidad, para los tiradores y para el paso de los soldados.

Aprovechamos la parada para echar unas fotos, grabar unos vídeos y almorzar, retomando el ciclismo y subiendo hasta el Valle Perdido nuevamente. El comunitario Pedro203 propuso visitar la rambla del Cigarrón, en la sierra de Carrascoy, cerca de la subida del Matahombres. Aceptamos con gusto la proposición y nos dirigimos hacia la Arrixaca para cruzar por carretera hasta llegar a la entrada de esta rambla.

El comunitario Rafa abandonó la ruta al protagonizar una cruda realidad del ciclista de montaña, parece ser que se le metió una rama por el desviador y se le torció un poco, así que decidió regresar a casa.

Bajamos a la rambla del Cigarrón, previa orientación y ubicación para encontrar el inicio. El comunitario guía de este tramo solo la había visitado una vez y no tenía claro por donde tomarla.

Nos adentramos en esta rambla, que además de ser espectacular por sus paisajes, tiene unas esculturas en piedra muy bonitas. Pronto encontramos la primera y paramos echarnos la foto de grupo.

Continuamos subiendo, esquivando las piedras y disfrutando de las vistas ¡espectaculares!. El comunitario Pedro203 nos iba guiando, avisándonos de los tramos más técnicos, donde poníamos pie a tierra, cosa que nos gusta en la Comunidad porque así cambiamos de postura, disfrutamos más del paisaje que si vamos concentrados en sortear los obstáculos y, además, ejercitamos otros músculos.

Llegamos a otra piedra esculpida, bastante más grande que la anterior, en la que también paramos y grabamos para la posteridad. Unos senderistas con una perrita llamada Pepa nos dijeron que la parte «ciclable» de la rambla acabaría pronto y que teníamos la opción de seguir por la rambla pero por una zona de muy dudosa ciclabilidad o bien salir por una senda y llegar hasta el Matahombres. Optamos la segunda opción y dejamos la investigación de ese tramo para otro día con menos gente.

He de agradecer la iniciativa del comunitario Pedro203, sé perfectamente lo que supone el pasar de ir en el grupo charlando y disfrutando despreocupado y relajado a ir de guía, sobre todo cuando somos muchos, la cosa cambia. He vivido esa situación en innumerables ocasiones y estoy muy acostumbrado: nunca llueve a gusto de todos y parece que el de delante es el responsable de los demás, por el mero hecho de haber propuesto pasar por un sitio determinado. Es una tarea nunca agradecida que solo valoras si has estado en esa misma situación. Gracias a los que toman la iniciativa de guiar se conocen sitios nuevos, puede que haya que bajarse de la bici, puede que haya que andar, puede que no tengan salida, puede que… pero por mi parte los guías siempre recibirán una sonrisa, unos ánimos y algún consejo constructivo. El comunitario @paquito206 podría escribir una tesis doctoral sobre esto. En el caso de nuestra ruta todos los comunitarios se portaron estupendamente y con buen talante ante alguna pequeña adversidad que se presentó, sobre todo cuando hubo que salir de la rambla.

Tomamos un sendero estrecho que nos llevó hacia el inicio del Matahombres. Nos reagrupamos y meditamos profundamente en la decisión de si subirlo o no… Hasta que se oyó una voz que dijo algo así como «Quiero sumar metros acumulados para el Strava». Otras voces apoyaron con «Hemos venido hasta aquí… ya que estamos…». Decisión tomada: a por el Matahombres.

Subida que ya hemos descrito en varias ocasiones en la web comunitaria, que hemos grabado y que tenemos en varios track GPS. Pero por mucho que la conozcamos nunca defrauda ni deja a nadie indiferente: dura. Un par de kilómetros que prácticamente empiezan con una rampa de más del 17%, luego vienen las eses o zigzag donde suaviza un poco la pendiente pero seguimos en continua subida, luego un pequeño descanso, levantas la vista y ves otra buena rampa al fondo ¡A por ella! Tras esta rampa viene una curva y otra aún más exigente, que con el cansancio acumulado hace que tengas que usar hasta la más mínima reserva de fuerzas para superarla.

Estupenda subida, no tiene una grandes vistas, no es un sendero estrecho y acogedor, es un camino normal y corriente. Lo que ha hace bonita es la sensación de llegar arriba y poder decir «Lo he conseguido una vez más». Da igual si la hemos subido a mucho ritmo, a poco ritmo, andando o como sea, lo importante es subirla y ganarle la batalla, como a Doña Pereza.

Tras unos minutos de descanso arriba, optamos por descender por el mismo sitio, dejando el sendero que baja paralelo a la autovía para otro momento, al ser algo técnico y dejando la otra posibilidad, el ONO y el Relojero también para otro día, se haría muy largo.

Bajamos rápidos el Matahombres, pasando un poco de frío algunos al haber sudado en el ascenso y hacer todavía algo de fresco. Pero son unos pocos minutos de bajada a la sombra, hasta que llegamos a su base y nos da el sol.

Fuimos regresando a los coches por donde vinimos. Llegamos a la Alberca y despedimos al grupo mayoritario, para regresar el resto a la sede de la comunidad, aún nos restaban algo más de 20 km y se empezaba a hacer tarde.

Acabamos la ruta con casi 70 km y 1.100 metros de desnivel acumulado, pero lo que realmente acumulamos de valor fueron las vivencias, las anécdotas, la estupenda compañía y la gran mañana que pasamos.

PerezaComunidad
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Y no me olvido de esa visita de una de las trincheras de la Guerra Civil española, es muy enriquecedor hacer deporte e historia en un mismo día, no debemos olvidar la historia para evitar cometer los errores del pasado.

De vuestro comunitario presidente Alonso.

Anexo histórico sobre las trincheras

Situadas en los montes de El Valle, en el Parque Regional de El Valle y Carrascoy, entre La Alberca, El Palmar y el Puerto de la Cadena, cerca de 22 trincheras, con longitudes variables entre los 10 y los 100 metros, que actualmente se encuentran en diferente estado de conservación, con unos 3 kilómetros de longitud total. Aprovechando las ramblas y barrancos de la zona constituyeron un entramado de comunicación y defensa en la Guerra Civil española.

Actualmente varias de ellas se pueden encontrar fácilmente, la que recorremos en nuestra ruta de ciclismo de montaña, por ejemplo, es perfectamente visible subiendo por el cementerio de la Alberca (Murcia) y a no mucha distancia, un par de kilómetros, nos la encontraremos a la derecha de uno de los senderos que sube hacia el Valle Perdido (puede verse el track GPS de la ruta en esta crónica).

Estas trincheras se clasifican según su modo de construcción: rectas, onduladas y zigzagueantes. La que pudimos visitar en la ruta era zigzagueante, bastante larga, de unos 100 metros, y aunque ha perdido altura debido a las aguas que bajan de la ladera de la montaña, aún se conserva bastante bien, con orientación hacia la ciudad de Murcia.

Al comienzo de la sublevación y la posterior contienda entre españoles, para ambos bandos la duración de esta se preveía breve, pero fue al intensificarse y prolongarse en el tiempo cuando se iniciaron este tipo de construcciones en Murcia. En junio de 1937 comenzaron las obras con la construcción de búnkeres, trincheras, ramales de comunicación y refugios. En abril de 1938 se dieron por acabados los trabajos.

Estas construcciones tuvieron siempre una función defensiva. Hay que tener en cuenta que en 1937 en esta parte del monte del Relojero y Carrascoy no había arbolado, por lo tanto desde esta zona se podían divisar las comunicaciones entre Cartagena y Murcia a través del Puerto de la Cadena. La función de estas construcciones fue la de proteger Cartagena de una invasión procedente del resto de la península:

Para proteger la Cartagena Naval republicana del bando nacional.

Este plan tenía por objeto completar las defensas que ya existían en la ciudad y en el puerto de Cartagena con sus baterías de costa. El objetivo era proteger el puerto de las tropas enemigas que pretendieran abordarlo desde el interior de la península y también habilitar un corredor que permitiera la evacuación de la ciudad en caso de derrota. En su construcción trabajaron tanto obreros como voluntarios, movilizados y presos políticos.

En algunas de ellas, las mejor conservadas, como la que visitamos en nuestra ruta, se pueden apreciar los distintos niveles de suelo en su interior. El nivel superior servía para el posicionamiento del tirador y en un nivel inferior servía como corredor para el paso de los soldados.

La forma de «T» tenía una función defensiva incluso en caso de que el enemigo llegase a introducirse en la misma. Este tipo de trinchera de tirador se diferencia de la trinchera de ramal de comunicación en que la segunda se construye con un solo nivel de suelo y servía para permitir el paso de los soldados.

  • Fotos de la ruta MTB: