Hola estimados comunitarios, llegó un día festivo, el del trabajador y ¿qué mejor manera de celebrarlo que haciendo una buena ruta? El comunitario @patrick anunció que haría una ruta larga en este día, en el foro de la web comunitaria y, por supuesto, decidimos acompañarlo para que no fuera solo.

Hicimos los preparativos habituales para rutas largas, de más de 80 km: buena cena, buen descanso y buen desayuno. Revisamos la bicicleta (presiones de aire, cubiertas, ruedas, transmisión, dirección, frenos) y el resto de elementos de seguridad (casco, guantes, gafas).

La comunitaria @patricia saldría algo más tarde con el coche hasta la Hurona, por cuestiones de salud personales y por prescripción médica de su doctora. Aunque la doctora le dijo que hasta la semana que viene no cogiera la bici, así que no podríamos decir que aplicara dicha prescripción al pie de la letra.

Salimos algo tarde, como le gusta a @patrick, a eso de las 09:37. Llegué unos 4 minutos tarde al punto de encuentro porque intenté arreglar mi problema con el roce de la mochila con la rueda, poniendo un imperdible entre la brida gigante y la matrioska.

Partimos desde Molina de Segura (Murcia, España) por carretera buscando rápidamente la primera senda, en el Tomillar y el Chorrico. Subimos hacia Montepríncipe para seguir subiendo al Altorreal y cruzar al Coto Cuadros por el Portón de la Condesa.

Además de larga, si acabamos la ruta sería dura por el desnivel acumulado, más de 1.400 metros. Casi desde el principio empezamos a subir y dejaríamos de hacerlo solo en momentos puntuales, en alguna bajada y algún tramo llano.

Bordeamos el Coto Cuadros por el camino principal, subiendo hacia la Iglesia pero tomando la bajada hacia el Cabezo de las Pilas y saliendo por un camino secundario hacia la carretera de los Valientes a Fortuna.

La mañana se presentaba estupenda, con un espléndido sol. Un día más cercano al verano que a la primavera. Al principio hacía algo de fresco pero no había duda de que eso cambiaría a lo largo de la jornada ciclística, por lo que salimos de corto ¡incluso @patrick!.

Fuimos pedaleando tranquilamente, charlando y calentando los músculos. De repente el comunitario Patricio dijo «no, no, no, abeja, no, no, no…». Y fue que sí, una abeja se le coló por el casco y le picó en la cabeza. Cruda realidad que ya había patrocinado yendo también hacia la Pila y hoy le tocó otra vez. Justo en ese momento la comunitaria Patricia nos anunciaba por Telegram que ya había llegado al punto de encuentro, adelantándose (o retrasándonos nosotros). Aún nos quedaban más de 40 minutos para llegar a la Hurona.

Continuamos por el camino del Tomillar de los Valientes, pasando por la Casa Carrillo y los limoneros. Sin previo aviso y pro sorpresa vimos a la comunitaria Patricia que venía de frente. Nos quedamos anonadados, sobre todo porque no sabía llegar a la Hurona en coche, mucho menos pensábamos que podría llegar de la Hurona a donde nos encontrábamos en bici por caminos.

La saludamos, echamos un poco de barro en la picadura de abeja del comunitario Patricio y seguimos con la ruta. El freso mañanero y las pocas nubes que había en la mañana dejaron paso al calor y a un cielo azul completamente despejado.

Subimos de forma paulatina, hacia el Fenazar pero más abajo, por la fábrica de Saeco. Cruzamos la carretera y seguimos por el sendero de los Cordeles hacia la Hurona. En este tramo nos encontramos con algunos repechos cortos pero duros.

Llegamos a la balsa del Ratón y circulamos por camino hacia la Hurona. Desde allí podía verse la Sierra de Lúgar. Seguimos subiendo hacia las faldas de la sierra de Lúgar.

Cuando entramos en la parte más técnica del sendero, el comunitario Patrick clavó su rueda delantera en un badén, no llegó a parlo y destalonó. Oímos desde lejos como la rueda perdía todo el aire en cuestión de un segundo. Otra cruda realidad patrocinada por el comunitario Patricio. Paramos a intentar talonarla con la bomba de aire, pero fue imposible. Finalmente optamos por poner una cámara y así poder continuar con la ruta.

Ascendimos por este bonito sendero, que va ensanchándose y convirtiéndose en camino. Cruzamos la carretera de las Casicas al Rellano y nos dirigimos hacia la Hortichuela, pasando por la antigua hacienda del Conde de Roche.

A partir de aquí empezaban a notarse los kilómetros, más de 35 y los metros subidos, con más de 800. Y pensando en que aún nos quedaba por subir la senda de Nino Schurter y la pista forestal de la sierra de la Pila hasta el Mojón de las Cuatro Caras.

Llegamos a nuestro objetivo de la ruta y al punto más alto, a unos casi 900 metros de altitud, con algo más de 40 kilómetros. Paramos un rato a ver el famoso mojón o hita que limita Fortuna, Abarán, Blanca y Molina de Segura y su refugio, sin puerta ni ventanas, un poco abandonado. Comimos manzanas y orejones, echamos unas fotos estudiamos el camino de vuelta.

En un principio pensaba que volveríamos por el mismo sitio por el que vinimos, incluso cogiendo la carretera del Rellano – Hurona – Fenazar – Albarda para acortar. Pero el comunitario Patricio tenía otros planes: ir hacia San Joy, luego a la carretera Rellano-Estación de Blanca, ir hacia las Salinas y luego bajar a la rambla del Carrizalejo para subir hacia la sierra de la Espada y hacia la Hurona de dejar a la comunitaria Patricia en el coche ¡ahí es nada!.

Nos pusimos manos a la obra, aún quedaban varias horas de pedaleo bajo el sol murciano. Bajamos a toda velocidad por la pista forestal hasta San Joy, las canteras y la carretera. Giramos a la izquierda y en el primer camino a la derecha para ir hacia las grandes balsas de agua de riego de frutales, cerca de la Lo Magea. Fuimos bajando por un camino nuevo para nosotros hasta las plantaciones de frutales y luego cruzamos la rambla del Carrizalejo pasando por encima de unos palés. Algunos de los comunitarios sufrieron salpicaduras del cieno del agua estancada.

Tras cruzar la rambla vimos el cuestarrón que nos tocaría subir y suspiramos con cierta resignación. No quedaba otra, tocaba ascender poco a poco hacia la sierra de la Espada, que nos esperaba al fondo, imponente.

Llegamos al camino y giramos a la izquierda para ir hacia la carretera de la Hurona. Una vez allí decidimos acompañar a la comunitaria Patricia al coche, para «ayudarla» a echar la bici en el portabicis de bola de remolque. Subimos un kilómetro y unos metros de carretera hasta la Hurona, «ayudamos» a colocar la bici y rellenamos los bidones de agua. Mientras charlábamos oímos un «Comundad Biker», miré y era el comunitario Javier que paró a saludarnos. Charlamos un poco con él y partimos raudos para volver a casa, se estaba haciendo muy tarde.

La comunitaria Patricia regresó en coche, haciendo unos 45 km y unos 800 metros de desnivel, que no está nada mal para haber tenido una operación de ojos la semana anterior. Nosotros continuamos por el Fenazar y la Albarda para llegar a Molina lo más rápidamente posible.

En carretera y en en llano las 29 pulgadas con tres platos van más rápidas que las 27,5 pulgadas y monoplato, por lo que el comunitario Patricio tuvo que apretarse un poco para seguirme el ritmo, aunque no quise ser muy cruel y no apreté en exceso.

Llegamos poco después que la comunitaria Patricia y acabamos esta estupenda ruta, por sitios nuevos, disfrutando de la inestimable compañía de los dos Patricios, de Patricia y Patricio Francisco.

Rutón con 82 kilómetros, algo más de seis horas, algo más de 1.300 metros de desnivel acumulado.

Tras la ruta nos comimos un rico arroz hecho por unas buenas manos y miguelitos de la roda de chocolate.

De vuestro comunitario presidente Alonso.

  • Fotos de la ruta MTB: