Hola estimados amigos, son días de mucho estudio y trabajo, antes de las vacaciones de Semana Santa. Apenas podemos salir con la bicicleta, pero de cuando en cuando hacemos una escapada para tomar el fresco y despejar la mente. Eso mismo hicimos el sábado día 17 de marzo de 2018, previo anuncio en el foro de la web comunitaria, salimos a rodar los comunitarios Alonsojpd, Kronxito y Patricia Carmona, con la idea de visitar el Rellano y explorar una zona nueva para nosotros, por detrás del Parque Ecológico Vicente Blanes.

Amaneció una mañana estupenda que no íbamos a dejar escapar metidos en un frío habitáculo. Nos vestimos, desayunamos, revisamos las bicicletas de montaña y empezamos a pedalear. La ruta sería larga, dado que hay que ir hacia el Rellano, que se encuentra a más de 20 km.

Decidimos ir por carretera para disponer de tiempo de exploración una vez en la montaña, para acortar al máximo la ida. El día se empezaba a poner algo oscuro, con viento, lo cual nos preocupaba un poco. Llegamos al Rellano a buen ritmo, paramos a visitar a la familia, aunque solo pudimos saludar a Chispa Trepadora.

Continuamos con la ruta pedaleando hacia la Hoya Marzo, una zona montañosa que se encuentra por la parte de atrás del Rellano y del Parque Ecológico Vicente Blanes. Pronto subimos la última rampa y pasamos de asfalto a camino, saliendo del pueblo. Hicimos una pequeña bajada y giramos a la izquierda, hacia el monte. Desde allí bajamos hasta el final del camino, entre oliveras, almendros y el bonito piar de los pájaros de la zona.

Nos encontramos con algún conejo o libre y alguna perdiz, síntoma inequívoco de que nos habíamos alejado lo suficiente de la bulliciosa ciudad, es esa sensación de tranquilidad y paz que solo es capaz de transmitir la naturaleza en su más puro estado, libre de toda contaminación humana.

Llegamos al final del camino y nos encontramos con una especie de rambla o bajada de agua, al menos eso parecía por sus formaciones geológicas, por la erosión y por la orografía del terreno. Decidimos seguir un poco de senda muy difuminada que aparentemente discurría por el cauce. Tenía algunos tramos ciclables y otros en los que había que empujar las bicicletas andando. Sin duda en este tipo de rutas, las que más nos gustan en la Comunidad, bien muy bien unos pedales con plataforma y unas zapatillas no rígidas. Los tres comunitarios íbamos bien pertrechados en ese sentido, buenos pedales y buenas zapatillas para andar.

Formas caprichosas producidas por la erosión del agua en Hoya Marzo en el Rellano por Comunidad Biker MTB

Paramos de cuando en cuando a ver e inspeccionar la zona, las caprichosas formas de las rocas lo merecían. Fotos y vídeos no faltaron, además en esta zona estábamos protegidos del viento que se levantó justo tras pasar el Rellano.

Exploramos los recovecos de la montaña, bajando poco a poco por un sendero con mucha vegetación, se notaba que era solo de paso de animales. Había alguna marca de moto de motocross, que esperemos no se haga habitual, pues con la tracción del motor y con los tacos de sus ruedas horadan las sendas que, junto con las aguas torrenciales, acaban haciendo auténticos pozos intransitables.

Nos detuvimos en una especie de cueva natural, de tierras rojas arcillosas y de otros colores. Aprovechamos para almorzar un poco y para ver de cerca esas formas creadas por el transcurso de los miles de años de vientos y lluvias. En este punto la comunitaria Patricia fue «atacada» (según decía ella) por un «bicho» grande, tenía una cara de susto muy importante. Según la investigación que realizamos de los hechos creemos que fue un saltamontes, que en uno de sus saltos y de forma involuntaria, fue a dar con el pecho de la comunitaria, la cual se lo tomó como un ataque.

Cara de susto de la comunitaria Patricia tras ser atacada por un bicho grande en la Hoya Marzo y Coloraos por Comunidad Biker MTB

Seguimos pedaleando y andando a partes iguales por esta parte de la montaña, en dirección a los Coloraos y a las faldas del cerro de la Pedrera. Pasamos por sitios magníficos, que daban algo de miedo si los recorrías montado sobre la bici, dado que tenían algún pequeño barranco a un lado o pozos grandes excavados por el agua.

Nos encontramos todo tipo de vegetación, desde pinos hasta palmeras pasando por piteras y llegamos al final de la rambla, a una plantación de frutales. La atravesamos y empezamos a subir por caminos de tierras rojas, haciendo entrenamiento involuntario de la técnica de ascenso. Luego pasamos por algún bancal de oliveras centenarias y almendros, siguiendo con la investigación y exploración de la zona. En este caso no encontramos una senda ciclable y tuvimos que andar empujando las bicis por los márgenes de los bancales.

Vimos un hormiguero gigante con miles de hormigas frenéticas, corriendo de un sitio para otro, disfrutando de los primeros días de libertad tras meses de hibernación. Se las notaba deseando de encontrar las primeras pizcas de comida para llevar al hormiguero, empezando a prepararse para el próximo invierno. Ellas no paran, son un ejército silencioso perfectamente disciplinado. Cada una sabe lo que tiene que hacer, cómo y cuándo tiene que hacerlo. Son miles, cientos de miles, coordinadas y adiestradas genéticamente para ejercer su labor. Me quedé mirándolas y grabándolas un buen rato, casi hipnotizado por sus movimientos rápidos y sincronizados. Seguramente estaban haciendo la labor de limpieza del hormiguero tras los meses de lluvia y viento del invierno, acondicionando la zona para empezar a recoger comida. Casi seguro que otras salieron a explorar y marcar rutas donde haya comida, otras estarían vigilando a posibles depredadores, las habría encargadas de mimar a la hormiga reina, otras estarían cuidando de las larvas, ninguna ociosa.

Comunitaria Patricia pasando por bancales de oliveras centenarias en Los Coloraos por Comunidad Biker MTB

Descendimos, ascendimos, pasamos entre árboles y llegamos a al camino del Parque Vicente Blanes. En un principio íbamos a subir al mirador pero la senda de subida es poco ciclable y se hacía tarde. Optamos por ir hacia los Coloraos y subir al Rellano por La Poza. Siempre que pasamos por Los Coloraos me quedo admirado al ver esas fallas o fracturas de las capas de sedimientos, que en el corte de la montaña (hecho por el ser humano) se aprecian perfectamente.

Bajamos hacia la Poza, este paraje natural de palmeras y subimos sin parar al Rellano para emprender el camino de vuelta a casa. El día se estaba oscureciendo, incluso nos cayeron algunas gotas y era el momento de regresar.

Volvimos por carretera a buen ritmo, seguramente porque íbamos teniendo hambre y por ver el cielo muy cerrado. Acabamos esta estupenda mañana de exploración, investigación, aventura y diversión con 52 kilómetros de ruta y unos 600 metros de desnivel acumulado, todo ello realizado en unas 4 horas de auténtico disfrute: animales, plantas, montaña y buena compañía, componentes esenciales para una ruta inolvidable, y ¡sin crudas realidades!.

De vuestro comunitario presidente Alonso.

 

  • Fotos de la ruta BTT: