Hola amigos/as de Comunidad Biker, seguidores, amantes de la naturaleza y de la vida en general, soy la comunitaria Patricia Carmona y quisiera relataros lo acontecido en la magnífica marcha de la Sagrabike, realizada en la Puebla de don Fadrique (Granada). En marcha bonita y espectacular, a la vez que dura, que bien merece una crónica por mi parte.

Todo comienza el sábado en la tarde, salgo de trabajar a eso de las 15:02, me dispongo a comer y a las 16:33 salimos desde la sede los comunitarios Paquito206, Kronxito, Alonso, nuestra querida comunitaria María y yo. Nos dirigimos hacia Huéscar, a 25 kilómetros de la Puebla de Don Fadrique, donde reservamos una casa cueva (Cuevas La Atalaya) para dormir el sábado por la noche y así no pegarnos el madrugón dominical.

Antes de llegar a la casa cueva paramos en la Puebla para recoger los dorsales. Allí algunos participantes nos reconocieron y quisieron fotografiarse con nosotros, y yo preparada para todo, llevaba en mi riñonera pegatinas de la Comunidad, y las repartí a unos chicos muy amables, que venían de Huéscar, el Club Huéscar 1925. nos hicimos las fotos encantados y desde aquí les agradezco su simpatía y el que nos sigan ¡Gracias!

Nos dirigimos hacia la casa cueva, al llegar nos llevamos una grata sorpresa, al ver el lugar donde dormiríamos. Una casa labrada en la piedra, con una belleza entrañable, preciosa, con unas vistas increíbles de Huéscar al fondo. Todo limpio, todo bien ordenado, tanto dentro de la casa cueva como fuera. Nos dimos una vuelta por los alrededores y fuimos a ver un lago natural que había cerca, muy bonito, lleno de peces.

Sin darnos cuenta se nos hizo la hora de la cena y fuimos a una pizzería-tetería-cervecería y no sé cuántas cosas más… La verdad es que cenamos muy a gusto y la cena muy buena, me zampé una rica pizza de verduras. Por cierto, el restaurante también era una cueva, con sus distintas habitaciones, sin puertas, excabadas en la pared y una chimenea de lecha encendida.

Llega el día de la marcha MTB Sagrabike, madrugamos un poco, sobre las 6:33, desayunamos bien y nos dirigimos hacia la Puebla. En unos 29 minutos estábamos allí, bajamos las bicis de la furgoneta, les pusimos la rueda delantera, las revisamos, les pusimos los dorsales.

Mientras tantos fuimos esperando al comunitario Félix que venía directamente de Fortuna. Saludé a Yolanda, una compañera que participó e hizo pódium ¡¡una máquina!! También saludamos a nuestro comunitario Ricardo, del grupo los Simao. Me llevé una agradable sorpresa al verlo, no sabía que participaba.

Nos dirigimos a la línea de meta un poco pegados de tiempo, la policía allí presente nos advirtió que la carrera empezaría enseguida Nos pusimos a la cola y allí nos encontramos con más amigos comunitarios Pedro, Alfonso, Álvaro, Truji del grupo los Diablos y alguno más cuyo nombre desconozco. Después de saludar a todos sonó el pistoletazo de salida y a dosificar que esto promete, y a disfrutar que es de lo que se trata.

Salimos por un camino de tierra tranquilamente, charlando y riendo, menos el comunitario Paquito206 que sale disparado, como si estuvieran repartiendo algo gratis, como si hubiera encargado pescado, ya no le volveríamos a ver en todo el trayecto.

El paisaje cada vez iba siendo más bonito a nuestro alrededor, sabía que me encantaría, he pasado en la Puebla muchos fines de semana con amigos, pero nunca en bicicleta, esta vez vería el paisaje en todo su esplendor y en rincones que jamás he estado. Sin bicicleta es más complicado pues todo es muy grande, muchos kilómetros por recorrer.

Llegamos al primer avituallamiento, paramos y tomamos un trozo de sandía, que por cierto estaba muy rica. Continuamos la marcha Sagrabike, pasamos por una senda de piedras espectacular, un rock and roll en toda regla, disfruté a tope. De repente oigo a Félix que había pinchado, pararon a arreglar el pinchazo y María y yo seguimos, puesto que nos pillarían más adelante

Seguimos rodando por los montes de La Sagra con nuestras bicicletas de montaña, llegamos al segundo avituallamiento, María y yo dudamos sobre si esperarlos o no, finalmente paramos unos minutos y aprovechamos para comer más sandía, una galleta frita rellena de crema que estaba buenísima y un vaso de bebida isotónica. Mientras tanto un grupo de chicos ciclistas nos reconocieron por la Comunidad y nos preguntaron que si haríamos video de esto, a lo que les contesté que por supuesto.

Decidimos de continuar la marcha, me costaba seguirle la rueda a María, que está más fuerte que el vinagre. Entramos por una senda espectacular, una maravilla, estrecha, serpenteante entre los árboles. Nos encontramos a una chica que iba sola, le pregunté y me dijo que su grupo había tirado para adelante, una mujer fuerte, de unos 50 años, eso nos dijo, ¡¡Bravo por ella!! Siempre digo que la edad es un mero número, lo importante es el espíritu de superación.

Empieza un subida en mitad del monte, justo aquí los chicos nos pillaron. Miro hacia el cielo y veo, con sorpresa, que nos sobrevolaba un alcón. Miraba por delante de mi rueda delantera y veía su sombra dibujada en el suelo ¡Una maravilla! También vi que llevábamos detrás de nosotras una fila de ciclistas.

Tercer y último avituallamiento, me tomé otro trozo de sandía (otro más ¡Qué rica!)  y una bebida isotónica. Continuamos la marcha, a partir de aquí recogí algún envoltorio de geles y barritas del suelo. Da mucha pena ver el monte así, los comunitarios Alonso y Félix hicieron lo mismo.

Se nos cruzaron muchos animalillos por el camino… lagartijas, lagartos, insectos varios… Todo estaba tan verde, tan bonito, sin duda quedará grabado en mis retinas para siempre.

Entramos en un cortafuegos, jamás hubiera imaginado que fuera así, antes de bajar tenía que hacer unos deberes importantes o me mearía encima, con tanta sandía que comí como para no hacerlo, así que cuando terminé empecé a bajar. Un descenso muy peligroso, con tierra suelta, conseguí bajarla completa montada en la bici, con algún momento de duda, culeando y derrapando mi rueda trasera, pero aún así la disfruté muchísimo, desde allí arriba el paisaje era espectacular.

Ya casi acabando la marcha nos encontramos a Kronxito que había pinchado. Seguimos todos juntos, subiendo por una senda que parecía que no acababa nunca, así me lo dijo también nuestro comunitario Pedro. Llegamos a camino y seguimos subiendo un poco, hasta que finalmente se veía el pueblo a lo lejos e hicimos el descenso para acabar esta magnífica marcha con 58 kilometros, con 1.300 metros de desnivel acumulado, en casi 5 horas.

Disfrutando como siempre procuramos hacer en la Comunidad, parando cuando consideramos, echándonos fotos, levantando la vista y admirando el paisaje… Un bonito pueblo y una bonita marcha a la que seguramente volvamos el año que viene.

Agradecer siempre a la organización por el trabajo que hacen, a los voluntarios y a un club ciclista de Águilas (no recuerdo su nombre), que se fotografiaron conmigo y me hizo mucha ilusión, me llamaron por mi nombre algo a lo que nunca me acostumbraré. Es muy bonito y entrañable que nos reconozcan con tanto cariño ¡Gracias de todo corazón!

De vuestra comunitaria Patricia Carmona.

  • Fotos de la marcha BTT Sagrabike 2017: