Hola amigos de Comunidad Biker Mtb, soy el comunitario Paquito206 y os voy a relatar lo vivido en este bonito día, en esta bonita marcha. Domingo 25 de septiembre de 2016, una nueva marcha a realizar por esta nuestra Comunidad, Marcha BTT Sierra de la Pila, en la que participaríamos los comunitarios Alonso, Kronxito, Alino, María, Guillermo, Patricia Carmona, Antonio Manuel, Aurelio, JesúsSamuel, Sergio y por supuesto un servidor. Esta marcha para mí tiene un aliciente especial, además de ser una marcha en mi pueblo, dándome la posibilidad de participar como corredor local, también es una marcha en la que nos hemos involucrado ayudando en la medida de lo posible a nuestros amigos del Club Ciclista Fortuna Team, para que fuese y sea una marcha (aunque durilla) bonita y para que la gente la disfrute.

Esta vez yo no saldría desde la sede pues al ser de Fortuna me traje la bici el día anterior a mi casa para no tener que estar dando vueltas con el coche, aun así me levanté temprano a esto de las 7 de la mañana, me aseo y me visto (no me peino pues luego con el casco no se ve la pelambrera) y me tomo mi desayuno, esta vez un vaso de zumo de naranja y zanahoria y una empanadilla, que sobró del almuerzo del día anterior en la señalización de la marcha que, casualmente, estaba en mi coche. Cojo todos los enseres y tomo camino hacia La Garapacha donde llego a la zona de parking habilitada para el evento y ya comienzo a saludar a los primeros amigos de Fortuna y voluntarios de la marcha.

Subo al parking y ya estaban los primeros participantes preparando sus bicis y, por consiguiente, hice lo mismo. Bajo la bici y le doy un poquito de limpieza y engrase a mi estilo, me preparo los bidones de agua con mis sales WINBI, un par de cámaras de repuesto temiéndome lo peor y mi casco, guantes y gafas. Voy charlando, mientras tanto, con los demás compañeros ciclistas, entre ellos Jesús López de Molina y Jesús Vicea, dándome este último el primer disgusto de la mañana jajajaja. Digo «disgusto» pues Vicea participa como corredor local y es un hueso muy duro de roer, aún para mí, por lo que las opciones de pódium se reducían bastante.

Con todo preparado me dirijo a recoger mi dorsal afrontando, a primera hora de la mañana, la subida de adoquines jejeje. Me busco en la lista para ver mi número de dorsal, que aunque ya lo sabía pues Félix y el club tuvieron el detalle de guardarme mi número 206, siempre hay que buscarse en las listas. Muchas gracias por el detalle. Vuelvo al coche a dejar la bolsa de corredor y empiezo a dar vueltas por La Garapacha, calentando y charlando con los ciclistas que hacían lo mismo y con algunos colaboradores que ya estaban colocados en sus puestos.

Junto con Aurelio voy en busca de los restantes comunitarios que como es normal llegaban tarde y también charlamos con nuestros amigos de Los Simao y Ciclos Conde, con Antonio, Ricardo, Antonio y Juan «el cebolla». Llegados los comunitarios procedo a meterles prisa, era ya casi la hora de la salida, así que vamos raudos y veloces para que recogieran sus dorsales y colocarnos en la zona de salida, no sin antes hacernos la foto de rigor con la caña selfie.  Con la hora casi cumplida aún faltaba el comunitario Antonio Manuel, que tuvo un pequeño lío para llegar, aunque finalmente llegó justo a tiempo. Nos colocamos en la zona de salida, esta vez yo adelantaría unos puestos, eso sí, no muchos, estaba todo lleno de «pros» y ahí aún no me atrevo a meterme jajaja.

Justo en la salida de la marcha comienza mi mundo particular de fantasía e ilusión. Salimos desde la puerta de la iglesia de La Garapacha, descendiendo la empinada rampa de adoquines. Desde el principio aprovecho el tumulto y me voy buscando algún hueco para poder meterme en el mogollón. Saliendo de La Garapacha me doy cuenta de que lo mío no son las salidas rápidas. Entro entro en la pista forestal de la Sierra de la Pila con un buen número de ciclistas raudos y veloces por delante, aguantando el tipo como buenamente puedo.

Tomo el camino que nos lleva hacia el tramo denominado por nosotros como el Nino Schurter y ahí veo al «Lute» (que luego quedaría tercero local, siendo uno de los participantes con los  que me tendría que disputar la clasificación local) en la orilla del camino. Al parecer había sufrido un pequeño percance, aunque nada grave, así que continué mi camino para comenzar el ascenso de la «Nino». Por allí tuve que poner el pie a tierra en la primera parte debido a un pequeño parón y la gran cantidad de piedras sueltas que hay en esta zona. Superado el traspiés continúo el ascenso y justo en su parte final vuelvo a tener otro pie a tierra, ahí me adelanta de nuevo el Lute con el que llego  a la pista para emprender el camino hacía el barranco del Mulo, animados por los voluntarios que había en ese cruce.

Yendo por la pista voy acelerando la marcha, empezaba a ir con algo más de alegría que en la salida y adelantando algún puesto. Antes de llegar a la entrada del camino doy un pequeño apretón para bajar hacia el barranco del Mulo en solitario, dejando atrás al compañero que iba delante de mí. Voy bajando raudo y veloz y afronto toda la bajada pedregosa, el camino y la rambla a un buen ritmo, al igual que la senda de subida a San Joy.

Justo en la senda estaba Abel indicando para dónde seguir y dándome ánimos. Emprendo esta subida que para mí es lo más pesado de la marcha debido a que es  larga y por pista, algo que, particularmente, no me gusta mucho. Voy a mi ritmo adelantando algún puesto, aunque esta vez los adelantamientos no eran de más de una o dos personas pues en esta marcha el nivel de participación era de unas 130 personas, no es como en Albacete donde hay entre 400 y 900 participantes en las marchas y es más normal tener gente repartida durante todo el trayecto y no rodar mucho en solitario.

Pódium de Paquito206 en Marcha BTT Sierra de la PilaSubiendo por la pista veo a un compañero con problemas mecánicos (cadena partida) y me pide el tronchacadenas, cosa que me resultó extraña, pues ya sabía de antemano que lo llevaba tronchacadenas y, como todo en esta vida, tiene su explicación. Resulta que lo sabía debido a que era Matías Martínez, vecino de la sede de la Comunidad y al que en la marcha de Cieza también le presté el tronchacadenas, para que veáis lo pequeño que es el mundo jejeje.

Justo cuando estaba sacando del bolso la herramienta, un grupo de unos 4 ciclistas pasan y entre ellos iba el Lute, así que empecé a cavilar y preocuparme pues en esta zona me resultaría difícil alcanzarlos, por lo que mis opciones de pódium se iban reduciendo. Pero lejos de rendirme emprendí la marcha tras el grupo, aunque tardé un poco en alcanzarlos, llevaban un buen ritmo. Conseguí pillarlos pasados unos minutos y me coloqué a la cabeza, comenzando a tirar. Di varios apretones, al alcanzarlos, anímicamente, iba reconfortado y esto hizo que renovara fuerzas. A unos metros del Mojón de las Cuatro Caras me percaté de que el Lute se había descolgado. Por  allí también vi que estaba mi familia y algún grupo más de gente animando a los corredores que iban llegando, por lo que otro subidón de chulería se apoderó de mi ser y volví a apretar dejando atrás a mis perseguidores, emprendiendo la siguiente parte de la subida en la que tan solo logré alcanzar a otro corredor, antes de llegar al cruce de la Bola.

Llego al cruce de la Bola donde estaba situado el primer avituallamiento, me ofrecieron víveres y líquido, los cuales rechacé pues aún llevaba los recursos hídricos en los niveles óptimos. Por allí estaban, que recuerde, Matías y José Chiri haciendo alguna foto y animando. Bajo la senda de la Bola y ahí estaba el comunitario Félix, que me dice literalmente: «Con cabeza que vas primero» (de los locales claro está jejeje), lo que me dio por pensar que así era y que Vicea iba por detrás, pero bastante es que te digan que con cabeza para casi tocar el suelo, justo en ese momento se me descontroló la bici y pasé por encima de unas hierbas, aunque me pude hacer con el control de la situación y solventarla con éxito. Terminé de bajar la senda para llegar a la pista y seguir mi camino por la hacia la senda del Esparto.

Al llegar a la senda del Esparto estaba el «Porras», me dio ánimos así que tomé la senda con fuerzas renovadas. Descendí esta senda cual alma que lleva el diablo. Llegué a Fuente de la Higuera y me encuentré con el «Porricas», que me indicaba la dirección a seguir entre las barbacoas de Fuente de la Higuera, para ir a la rambla. Antes de llegar a la rambla hay un pequeño tramo de unos 100 metros de carretera, aprovecho para tomar un poco de mi barrita de «pienso de los pollos», ahora tocaban las sendas Oscura y de la Víbora y son hacia arriba, técnicas y duras, por lo que el desgaste sería importante. Intentando tragar la barrita llego a la rambla y de ahí a la zona de raíces en donde, pasada más de la mitad y la parte mas difícil, me salgo de la trazada y pongo pie a tierra. En esta zona he de reconocer que entré algo revolucionado de más y también fatigado, por lo que realicé un tramo de unos 100 metros a pie para recuperar el fuelle. Con las fuerzas en su sitio vuelvo a subirme en la bici y prosigo con la senda hasta el llano de los Conejos, por allí estaba el otro avituallamiento y el amigo Diego ofreciendo bebida, tampoco tomé nada pues aún llevaba bastante en los bidones, pero sí tomé el ánimo que me dio para seguir tirando millas ¡muchas gracias!

En estas sendas hay dos partes complicadas y técnica, que afronté sin problemas y me dio por pensar ¡vaya cosas tiene la vida! En la zona de las raíces pongo el pie y, en cambio, en esta zona la paso sin problemas. Sigo la senda hacia el refugio y me encuentro al amigo Jesús que había pinchado, pero ya tenía el problema resuelto, así que subimos casi juntos al refugio. Algo fatigado veo a José Julián diciéndome que tirara y yo diciéndole que no me apretara que iba casi muerto jejeje. Por aquí tenía unos kilómetros de pista en los cuales podría recuperar algo de fuelle y volver a ponerme bien.

Mientras rodaba por la pista para ir al cruce de la Bola bebí y volví a comer, ahora me venía la dichosa subida de los Pozos de la Nieve, otra vez estaba Jesús dándole aire a su rueda, al parecer no terminaba de sellar el pinchazo. Finalmente llego al cruce de la Bola donde estaba el último avituallamiento de la marcha. Allí sí que paré para llenar uno de los bidones y beber un trago y, ya de paso, hacer un descanso que nunca esta de más. Estaban Mario, Matías, Chiri y Emilio,  que me trataron a cuerpo de rey y me dieron otro empujón moral para seguir subiendo ¡muchísimas gracias!

Comienzo la subida de los Pozos de la Nieve y, esta vez, decido subir reservando algo de fuerzas, dado que luego viene la bajada de la Solana y afrontar esa bajada cansado puede suponer una caída o algún fallo de trazada con la correspondiente avería mecánica. Así que, despacico y con buena letra, voy asfalto para arriba hasta llegar a la entrada de la senda, donde estaba Eusebio, indicando la dirección a tomar  y, como no, dando ánimos, la cuestecica se las trae. Entro al sendero y afronto con fuerza los dos repechos que hay justo antes de comenzar la bajada de La Solana.

Ahora tocaba descender esta bonita pero complicada bajada, donde nos encontramos tramos de piedra, tierra suelta, bajadas grandes, escalones, zanjas y demás cosas que hacen que esta senda tenga ese encanto especial. Voy con cuidado, intentando pillar los menores obstáculos posibles por miedo a pinchar, ya que en la premarcha me tocó la cruda realidad del ciclista de montaña y eso en plena marcha me supondría tirar por la borda el esfuerzo de la mañana. A media bajada estaban Portillo y Rubenike avisando de un tramo peligroso, por lo que volví a relajarme un poco para acabar sin percances.

Por fin llego al final de La Solana y por consiguiente a La Garapacha, pero no se iba acabar ahí la cosa, si no que volvería a la pista de nuevo para dirigirme hacia la Nino Schurter que se haría esta vez de bajada. Durante el tramo de pista voy relajando las piernas y brazos en los primeros metros, para posteriormente aumentar el ritmo hasta la bajada. Llego a la entrada de la Nino y comienzo a bajar raudo y veloz, grácil cual ardilla en época de celo y con la soltura que me caracteriza. Llego al cruce del Pino y a seguir bajando en direccion a la Hortichuela, disfrutando de este camino que es bastante rápido.

Por fin llego al cruce de la Hortichuela, así que ya solo me quedaban unos 2 kilómetros para dar por finalizada esta marcha. Una vez en el cruce a rodar por pista hasta la Garapacha, que aunque en el resto de marchas suelo hacer los últimos kilómetros a un ritmo fuerte, esta vez me estaba costando terminar. Pero aún así pude adelantar algún que otro puesto justo antes de llegar. Entro a La Garapacha y veo a Samuel que ya había terminado  e iba corriendo (supongo que debido a su entrenamiento de triatleta o yo qué sé jajajaja) y me anima nuevamente, también veo a mi madre y a mi sobrino que iban hacia la zona de meta. Toqué el timbre para que me vieran y continué hacia la meta.

Comienzo la subida de adoquines que me llevaría hasta la gloria y por los altavoces escucho a Félix recibiéndome como segundo clasificado local, con estas palabras más o menos: «Por aquí ya veo el casco verde, el segundo clasificado local, Paquito206, de Comunidad Biker». Palabras que me llenaron de emoción y más aún cuando al cruzar la meta el público aplaudía,  hacía fotos y me animaban como si hubiese ganado.

Terminé esta bonita marcha muy contento y orgulloso con el resultado, por fin había conseguido mi primer pódium y nada mejor que hacerlo en casa, con un tiempo de 2 h 29´o9″  y un 55 puesto en la general y 27 de mi categoría Master 30. Pero el logro más valioso de todos fue mi segundo puesto como corredor local.

Ahora tocaba felicitar, charlar y compartir opiniones con los que ya habían terminado, con los que llegaban y con los que estaban como espectadores. La verdad es que tuve una acogida muy buena por parte de todos, demostrándome su apoyo en todo momento y esto siempre es de agradecer. Esperé al resto de compañeros comunitarios que iban llegando, entre ellos las campeonas María como primera fémina y Patricia Carmona, que a pesar de sufrir una caída, terminó la marcha haciéndose con el tercer puesto de féminas. Llegaban el resto de mis compañeros comunitarios, que también lo hicieron fenomenal, incluido Kronxito que aún es un misterio sin resolver el que se perdiera justo en un tramo que tenía más señalización que la M-30 jajaja.

Ahora tocaba la entrega de premios que, como está grabada, no la voy a relatar jajaja, que esto se hace demasiado largo, así que voy a despedirme. La comida y la piscina de después están fuera de la marcha jajaja, aunque solo diré que estuvo genial y de lujo, así que al año que viene estáis avisados: piscina y comida.

Bueno, para terminar, voy a escribir el discurso que hubiese dado en caso de haber hecho primero local jejejeje: «Quiero agradecer este premio a todos aquellos que me habéis apoyado durante estos años, a los que habéis creído en mí en cada momento y me animáis en el día a día. No me quiero olvidar de aquellos que no daban un duro por mí, de los que dudaban, pues si el apoyo se agradece lo otro me motiva a seguir día a día superándome. Es lo que tenemos la gente como yo, que nos gusta llevar la contraria a aquellos que dudan de nuestra capacidad».

Dicho esto solo me queda dar las gracias a todos mis compañeros amigos y conocidos, al igual que al Club Ciclista Fortuna Team y a los colaboradores de esta marcha, como son los voluntarios, fotógrafos y demás personas que han hecho posible que saliera de lujo.

¡MUCHAS GRACIAS A TODOS!

Atentamente vuestro comunitario Paquito206.

  • Fotos de la marcha BTT de la Pila: