Hola amigos de Comunidad Biker Mtb soy el comunitario vicepresidente Paquito206 y os voy a relatar lo vivido antes y durante este fin de semana en Riópar para disputar esta espectacular y dura marcha bike maratón, la  XIII Marcha BTT a los Calares del Río Mundo en Riópar (Albacete, España).

Todo comienza hace unos meses cuando decidimos apuntarnos a esta marcha  debido a las recomendaciones de muchos amigos, así que eso hicimos. Ya inscritos a la marcha solo quedaba esperar y gestionar el tema de la casa para alojamiento y demás, de esto se encargarían nuestros amigos de Cehegín, ya que nuestro amigo comunitario David de Ciclos Conde creo que tiene un don para buscar casas en los pueblos de las marchas. Allí hizo lo propio y encontró casa, no le fue fácil porque ya estaba aquello masificado. Así que en Riópar nos alojaríamos finalmente Juanfran, Patricia, Alonso, David, Juande, Tony y un servidor, Antonio Manuel y Aurelio tenían otra casa y el resto,  Ricardo, Ismael y Dompy llegarían el mismo día de la marcha. Nuestro amigo Kronxito que no pudo asistir debido a su lesión, nos acompañaba vía telefónica junto con Antonio de Maya, eso sí cada cual desde su casa.

Viernes 14 de octubre, el viaje a Riópar, la cena

Ahora paso a contar lo del fin de semana, empezando por el viernes. El comunitario Juanfran y yo decidimos ir el viernes en la noche hacia Riópar, para pasar el fin de semana tranquilos y de paso dar una vuelta por la zona el día de antes. Sobre las 20:30 partimos en su coche hacia Riópar, donde nos esperaban Aurelio y Anto para cenar. Recogemos la llave de nuestra casa y descargamos las cosas, nos abrigamos una chispa pues hacía algo de fresco. Sin más dilación nos fuimos al Asador de Emilio a tomarnos una buena cena y después a la cafetería Barbol a tomar un agua clara del grifo jajaja. Todo esto sin que faltaran las risas, como es normal. Una vez bien hidratados cada mochuelo se fue a su olivo, habiendo quedado para las 10 de la mañana del sábado, para realizar una ruta de reconocimiento y activación que pasaré a contar ahora.

Sábado 15 de octubre, la ruta de reconocimiento del terreno

Suenan los despertadores sobre las 9 de la mañana y Juanfran y yo nos ponemos en pie, nos preparamos para desayunar y vamos gestionando el tema del fresco, hacía mucho frío. Mientras desayunamos, por la ventana se nos asoman Anto y Aurelio que ya estaban preparados, así que nos ponemos en marcha lo más rápidamente posible. Intento gestionar también esta salida con la comunitaria Natalia, que venía hacia Riópar junto con Sergio, Rubén y Belén. Debido a que llegarían sobre las 12 aproximadamente decidimos vernos por la tarde, los horarios de la mañana eran incompatibles jejeje.

Nos acercamos al bar de la plaza para dejar las llaves de la casa por si nuestros amigos de Cehegín llegaban antes de que nosotros volviéramos y así no se encontrarían en la calle. Ahora, guiados por Aurelio y su GPS, empezamos a dar pedales,  ya de primeras,  a las 10 y pico de la mañana, con una temperatura bastante baja y una niebla bastante espesa comenzábamos a padecer, la humedad y el frío se metían en los huesos.

Tras varios giros y correcciones de la ruta tomamos finalmente, acompañados de otros dos ciclistas que también iban a dar una vuelta de reconocimiento, la primera subida por pista. Pasados unos kilómetros alcanzamos a unos muchachos que también andaban por allí en bici y casualmente seguidores nuestros, así que decidieron acompañarnos durante parte de la ruta y mostrarnos por dónde iba el recorrido. Tras hacernos unas fotos decidimos bajar una senda que en la marcha se hace de subida, pero como lo que queríamos era dar una vuelta nos  daba igual seguir el recorrido o no, así que bajamos la senda preciosa y con agua recorriéndola en su mayoría hasta llegar a la carretera, lugar donde tras las explicaciones de estos muchachos continuaríamos hacia Riópar Viejo para hacer otra parte del recorrido.

Seguimos nuestro camino y al llegar a Riópar Viejo decidimos parar a tomar un café en el bar que hay por allí. En ese momento aparecen unos compañeros de Molina de Segura que llegaban de hacer también una ruta de inspección. Continuamos nuestra ruta por la parte final del recorrido de la marcha a excepción de la subida de la senda del agua y volvemos hacia Riópar.

Nos dirigimos cada cual a sus respectivas casas para ducharnos e ir a comer, metemos las bicis en casa nos duchamos y quedamos en el restaurante Los Bronces, donde Aurelio había reservado mesa por la mañana temprano. Tras un paseo por el pueblo llegamos al restaurante y nos ponemos a comer. Después volvimos a Riópar y esperamos a David, Tony  y Juande que acababan de llegar.

Dimos unas vueltas por la zona de los Stand y fuimos a casa para descargar los enseres de los compañeros y acto seguido volver a la zona del stand para recoger los dorsales y hacer algunas compras. Tuvimos la suerte de estar de los primeros para recoger los dorsales, así que no hicimos cola, pues luego sería interminable jejeje.

Con los dorsales recogidos volvemos a la casa para colocarlos en las bicis y darles los últimos ajustes: limpiar y engrasar cadenas y horquillas. Llegaron también Alonso y Patricia que fueron a la casa a dejar las bicis y lugo a recoger los dorsales. A ellos les tocó  ponerse en la cola, aunque gracias a que Natalia, Belén, Sergio y Rubén que estaban ya puestos, los «colaron» un poco. Mientras tanto el resto fuimos al Mesón Riópar a tomar un bocado-merienda, Aurelio y Anto solo tomaron un refrigerio, ellos iban a cenar por otra parte. Tras tomar la merienda volvemos a casa y nos relajamos charlando, para luego ponernos a preparar la fiesta del macarrón.

La hora de cenar ha llegado,  la fiesta del macarrón comienza. Os preguntaréis ¿Qué es la fiesta del macarrón? jajajaja, ahora lo explico. Como bien sabéis o sino os lo digo yo, nuestro amigo David de Ciclos Conde, en esto del MTB, juega en otra liga y como tal su alimentación es algo más sana que la nuestra, por lo que el día de antes de la carrera su cena es rica en hidratos. Esto ya lo descubrimos cuando hicimos la Copa de Albacete y desde ese día hemos adoptado en todas nuestras convivencias seguir esa cena a base de hidratos en forma de macarrones. Siempre es bueno aprender de los que saben del tema, así que las cenas antes de la carrera las convertimos en la fiesta del macarrón. Básicamente lo que hacemos es cocer un montón  de macarrones y hacer dos sofritos con tomate y atún y tomate con carne para que cada uno los acompañe a su gusto.

Tras acabar la fiesta del macarrón hicimos un buen rato de sobremesa con risas y charlas y, acto seguido, cada uno a su camita que el día «D» esta por llegar. Otra vez Juanfran y yo compartiríamos el lecho aunque no conyugal jajaja.

Domingo 16 de octubre, la Bike Maratón de los Calares del río Mundo

Suena el despertador a las 7:30 y me pongo en pie, me aseo y me enfundo la equipación y los manguitos. Decidí ir de corto aún a sabiendas que de primeras iba a pasar bastante frío. Pero también siendo consciente de que con el paso de los primeros kilómetros la temperatura sería la idónea. Voy a la cocina y me voy cogiendo mi desayuno, zumo de naranja y un par de cruasanes de chocolate. Con el depósito lleno tocaba coger las reservas para la marcha: barritas de pienso de los pollos, como las llamo (Endurance Bar sabor plátano y chocolate blanco) y mis dos bidones con sales Winbi.

Comunitario Paquito206 con las sales WinbiSaco la bici y a la calle a adaptarme a la temperatura, algo fresca pero más cálida que la mañana anterior. Una vez todos listos nos dirigimos a la zona de salida, dando algunas vueltas por las calles para ir calentando un poco. Al aproximarse la hora nos dirigimos a la línea de meta, donde como de costumbre nos colocamos en las últimas posiciones, allí estábamos Anto, Aurelio, Patricia, Alonso, Juanfran y yo, así que sesión de fotos y a esperar la salida.

Y ahora a correr

En la lejanía se vislumbraba la línea de salida, unos 1.200 ciclistas situados delante y unos 78 kilómetros con sus 2.500 metros de desnivel acumulado me esperaban en esta mañana, una marcha dura pero muy bonita tanto por el paisaje como por el esfuerzo que supone hacer un reto de esta magnitud. Comienza la marcha y tras unos minutos saliendo ciclistas, poco a poco,  la parte de atrás de la cola se empieza a mover. Arrancamos y al pasar los primeros metros comienzo a escaparme, a pesar de que hoy esta marcha me la tomaría con tranquilidad, al mismo tiempo también quería meterle algo de ritmo. Vamos saliendo de Riópar bordeando un poco el pueblo y comenzamos con una subida por carretera que desembocaría en una pista para seguir subiendo.

Tras el primer ascenso de la mañana tocaba bajar, un descenso rápidó por pista y carretera, para llegar a los primeros caminos, donde iría a un buen ritmo a pesar del frío. Por esta zona, ya casi desde el principio, me tocaba mojarme los tobillos, algo que a pesar del frío no me desagradaba, pues cruzar riachuelos es mi perdición jajaja. Tras varios kilómetros recorridos, unos 15, a lo lejos veo un montón de ciclistas parados en el camino, efectivamente el primer tapón de la mañana, el paso de camino a senda es lo que tiene y más aún cuando el número de ciclistas es tan elevado. Paciencia y a esperar durante unos 30 – 40 minutos a que se fuese desatascando la senda.

Me meto en la senda y voy ascendiendo a poco ritmo, aún se hacían paradas intermitentes, también aquí tengo las primeras raíces húmedas que hacen que la rueda de la bici resbale como si fuese jabón, con un poco de pericia y control se van llevando bien. Rodando y bajando por la senda de las raíces y disfrutando de estos preciosos parajes, rodeados de vegetación, humedad y naturaleza virgen, un autentico espectáculo para los sentidos de todo aquel aficionado a la montaña.

Aquí no relatare con mucho detalle el recorrido por dos motivos, el primero porque a malas penas soy capaz de describir lo que vi, pues tanto verde y barro, además de la concentración, solo han dejado en mi recuerdo un sabor de boca inigualable pero con paisaje difuso y, en segundo lugar, el que quiera ver como es esto puede ver nuestros vídeos de la marcha.

Llega lo gordo de esta marcha, la subida al Calar, unos 12 kilómetros de ascenso, con uno intermedio de bajada para ir soltando piernas  (menuda bajadita para soltar piernas jajaja). Justo a pocos kilómetros de terminar la subida estaba el segundo avituallamiento, cosa que por mi experiencia me llevaba a pensar que algún jamón quedaba aún jajaja. Así fue, tras tomar medio plátano y reponer agua venía la parte final de la subida al Calar. Una subida un tanto peculiar, el paisaje cambia como de la noche al día, pasamos de un verde intenso y con vegetación abundante a un gris piedra y sin apenas árboles, aunque sí con algunas vacas apostadas a las orillas del camino, otro espectáculo para los sentidos, ver vacas sueltas y pasando mientras circulas en bici por la montaña.

Con el Calar ya comido toca bajar, culo atrás y a tirar de flow. Ahora las piedras y el barro me acompañarían durante varios kilómetros de sendas y camino, mientras desciendo algunas a buen ritmo y otras no tanto, dependiendo de si pillaba tapón o no. De hecho en este tramo me tocó poner pie a tierra en medio de una bajada debido a que el compañero que iba delante tuvo un amago de caída y frenó en seco, por lo que tuve que hacer lo mismo y finalmente hice unos metros a pie. Más adelante otro compañero cayó por detrás de mí, dándome un buen susto porque el estruendo fue descomunal. Por suerte fue mucho ruido y pocas nueces. Ya puestos a contar percances, en una de las zonas donde iba haciendo slalom entre los árboles, el compañero que circulaba delante tuvo un pequeño roce contra el tronco de un árbol, lo que hizo que saliera despedido por encima de la bici dándome otro buen susto,  desde atrás vi que iba directo hacia un árbol caído con varias ramas cortadas en punta que me hicieron por un momento temer lo peor. Por suerte este compañero tuvo la agilidad para sortear este obstáculo y no sufrió daño alguno. Tras preguntar por su estado y que me confirmara que estaba bien proseguí mi camino.

Con el descenso hecho y paralelos a la carretera llego al kilómetro 55 aproximadamente. La zona donde cruzamos la carretera y donde más público había, allí me encuentro con la grata sorpresa de ver a Natalia y Belén animándome y haciéndome alguna instantánea, aunque Natalia de primeras lo que hiciera fuese meterme prisa jajaja. Prosigo mi camino y poco más adelante también veo, cámara en mano, a la compañera Raquel, la cual me animó durante los puntos en los que estaba colocada, además de hacerme unas fantásticas fotos (tiene mérito pues salgo hasta favorecido jajaja). También estaba Toñi, que hizo lo mismo durante varios tramos de la carrera. Aprovecho para agradecer a todos por sus ánimos, al igual que a los reporteros por esa gran labor que hacen, inmortalizando estos momentos de disfrute y sufrimiento jajaja, aunque con un poco de postureo todo parece disfrute.

Subo por la pista y de nuevo entramos al maravilloso mundo de las sendas, algo que en esta marcha había para aburrir, kilómetros y kilómetros de sendas, algo increíble. Sigo disfrutando de este maravilloso lugar mientras pedaleo y poco a poco voy llegando a la zona de Riópar Viejo, que conocía del día anterior, así que ya sabía lo que me tocaba, una rampa fuerte de un 30% aproximadamente y unos 700 metros. La subí despacito, éramos varios los que íbamos por este paso y me vi obligado a bajar el ritmo de pedaleo, lo que me llevó a sufrir, casi al final, molestias en los isquios y gemelos. Un poco más adelante,  para no chocar con el compañero que iba delante de mí, me tocó poner pie al suelo y terminar los últimos 10 metros andando.

Subí a la carretera que va hacia Riópar Viejo y en este tramo empecé a comer algo de la barrita de pienso que ya había empezado allá por la subida al Calar y a beber del bidón de Winbi, para poner las piernas otra vez en su sitio. Justo en la bajada de Riópar Viejo estaba otra vez sin molestias. Ahora venía un descenso, por un bonito y delicado tramo. El final ya estaba cerca y sabía de antemano lo que había, ahora a disfrutar como un loco hasta la senda del agua, que el sábado hice de bajada y hoy tocaba subirla.

Afronté esta senda del agua bastante animado, sinceramente no era tan malo, a excepción del principio que lo hice a pie, lo demás lo subí muy bien y más aún cuando ves el agua bajar por el sendero como si de un riachuelo se tratara. Llego a la pista y, consciente de que quedaba poco, aumenté el ritmo. Raudo y veloz comienzo a subir por pista, pensando que volveríamos a Riópar por donde iniciamos la marcha en la mañana. Pero cual fue mi sorpresa al ver que, de repente, nos desvían hacia la zona de la cantera y veo a Gerardo, el chico que nos acompañó el día de antes y nos había advertido de que estaría en la última bajada.

Inicié este descenso, realmente técnico e inclinado. Me lancé hacia abajo cual kamikaze jajaja. Pero la cosa se iba poniendo fea por momentos y, de repente, viendo que ya no podía controlar la bici, decidí lanzarme sobre un arbusto para frenar el desastre jajaja. Abrazado al arbusto solté la bici de mis pies y me dispuse a bajar un poco andando. Unos metros más abajo retomé la bici y a seguir dando sartenazos para ir llegando a Riópar. En este tramo  estaban el comunitario Iván y sus compañeros, los cuales también me animaron.

Por fin llego a Riópar y me dirijo hacia la meta a gran velocidad, eufórico. Tocaba levantar los brazos y a hacer una entrada triunfal, como si hubiese ganado jajaja. Allí estaba la familia de nuestra comunitaria Patricia, esperando a darle una sorpresa.

Finalmente acabé esta bonita, preciosa y dura prueba en un tiempo de 5h 43´56″, haciéndome con el puesto 370 de la general y el 60 de mi categoría. Una muy buena posición, saliendo desde atrás del todo, teniendo en cuenta la parada del tapón y las pequeñas retenciones.

Ahora tocaba buscar a los que ya habían acabado y esperar a los que estaban por llegar. Tras dar unas vueltas por la zona busco a David de Ciclos Conde y decidimos ir a la casa a darnos una ducha y dejar las bicis. Luego volveríamos a la meta a por el resto de compañeros, que poco a poco irían haciendo sus respectivas apariciones.

Después de la marcha Bike Maratón de los Calares

Ya duchadito y de regreso a la zona de meta voy esperando al resto de mis compañeros comunitarios. Empiezan las anécdotas, risas y demás cosas que pasan justo después de las marchas.

Conforme llegan los compañeros y se van avituallando, poco a poco van yendo a la casa a ducharse y así hasta que todos estamos listos o casi listos. Decidimos ir a buscar un bar para poder comer, eran casi las 6 de la tarde. Finalmente todos, a excepción de Patricia y Alonso que aún estaban duchándose, nos pudimos sentar y pedir comida en el Asador. Allí comimos de maravilla y disfrutamos de una inmejorable compañía. Tras la comida era hora de volver a la casa a recoger las cosas y partir hacia nuestras respecticas casas, tras este estupendo y bonito fin de semana.

Solo me queda destacar y agradecer a todos y cada uno de los que han hecho posible que este fin de semana sea inolvidable, tanto a mis compañeros con los que hemos compartido casa, mesa, vivencias y un sin fin de cosas como a la organización de este evento, por crear una ruta espectacular y bonita donde las «haiga», que el haya es un árbol jajaja. También agradecer a los voluntarios, fotógrafos y público en general por su labor, siempre se agradece el no estar solo durante una prueba de estas y esos ánimos que nos van dando son como la gasolina para el motor.

Así que, amigos de Comunidad Biker, deciros que no dudéis en asistir a esta bonita prueba en su próxima edición, realmente merece la pena y  si no pasa nada allí estaré el próximo año, para repetir esta bonita experiencia.

Atentamente vuestro comunitario vicepresidente Paquito206.

  • Vídeo documental de la marcha BTT de los Calares del río Mundo en Riópar:

  • Todos las las sendas de descenso completas de la marcha BTT de los Calares del río Mundo en Riópar:

  • Fotos de la marcha BTT de los Calares del río Mundo en Riópar:

  • Track GPS de la marcha BTT de los Calares del río Mundo en Riópar: